¿Puede el Ministerio Público denunciar a la Unión Europea a través del SICA?

Tiempo de lectura: 3 minutos

 

El Ministerio Público de Consuelo Porras ha salido al paso de las sanciones de la Unión Europea y anuncia que se reserva el derecho de accionar legalmente a través del SICA por las sanciones en su contra y otros fiscales.

Por Regina Pérez

El comunicado emitido por el Ministerio Público (MP) ante las sanciones anunciadas por la Unión Europea (UE) contra la fiscal general, Consuelo Porras, su secretario general, Ángel Pineda y los fiscales Rafael Curruchiche y Leonor Morales han generado todo tipo de opiniones debido a que el ente investigador anunció que se reserva las acciones legales de forma unilateral o desde el espacio del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) del cual Guatemala forma parte.

Las medidas restrictivas anunciadas el viernes 2 de febrero por el Consejo de la UE contra Porras y sus fiscales, así como contra el juez Fredy Orellana se debe a que con sus acciones socavaron la democracia, el Estado de Derecho o la transición pacífica del poder en Guatemala.

En un comunicado que difundió el ente investigador, Consuelo Porras anunció que estas sanciones constituyen una abierta violación a la autonomía e independencia del Ministerio Público, una institución fundamental del Estado de Derecho de Guatemala que como país miembro del SICA ratificó el Tratado Marco de Seguridad Democrática de Centroamérica por lo que desde ya la institución se reserva las acciones legales bien sea de forma unilateral o desde el espacio multilateral del SICA “de conformidad con los principios y normas del Derecho Internacional Público que pudieran corresponder en contra de la Unión Europea”.

Lo anterior ha generado varias reacciones por diversas razones. “Es todo un absurdo”, indicó el exjefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), Juan Francisco Sandoval, quien señala que el propósito del SICA está relacionado con la integración de los países centroamericanos.

“Dista mucho de convertirse en una autoridad que vaya en defensa de individuos cuya actuación dista mucho de tener que ver con el propósito del SICA, no sé dónde sacaron ese fundamento”, expresó.

Para el politólogo Jorge Wong, es posible que el MP pueda realizar un reclamo a través del SICA, pero indica que eso no ha ocurrido nunca. Podría ser posible si en este momento se unieran pudieran lograr una cuestión de ese tipo, pero ¿Cuánto va a caminar? Ahí tiene que ver la negociación política de parte de los Estados, no solo Guatemala, cuestionó.

Este Sistema se constituyó en 13 de diciembre de 1991, cuando los países centroamericanos firmaron el Protocolo de Tegucigalpa, como un nuevo marco jurídico-político para todos los niveles y ámbitos de la Integración Centroamericana en aspectos económicos, sociales y culturales, políticos y ecológicos que permitieran visualizar un desarrollo integral para la región.

En redes sociales, el anuncio del Ministerio Público causó cuestionamientos. Manfredo Marroquín, fundador de Acción Ciudadana, indicó que la institución en posible abuso de autoridad y posible usurpación de funciones de la Cancillería de Guatemala amenaza a la UE con denunciarlos a través del SICA por sancionar a funcionarios del MP. “La Cancillería de Guatemala debiera evaluar tomar acciones”, expresó.

Sanción es contra individuos, no institución

El exjefe de la FECI, Sandoval, comentó que las sanciones de la Unión Europea son en contra de individuos que trabajan en el MP y no están condenando a la institución. Denota mucho el actuar de las autoridades que usan la plataforma institucional para la defensa de individuos que fueron sancionados, indicó.

Otro aspecto es que las personas señaladas invocan el respeto de principios que corresponden al proceso penal, cuando en la Unión Europea no les han iniciado un proceso penal por la posible comisión de delitos.

Por su parte, Wong hizo ver que lo principal son las pruebas de descargo para demostrar a la UE que está equivocada en lo que está diciendo. “Esa sería la ruta más correcta, a los hechos deberíamos remitirnos en estas cuestiones de política internacional”, señaló.

Llama la atención que en el comunicado del Ministerio Público se hizo referencia al Consejo Europeo en lugar del Consejo de la UE, que fue el que aplicó las medidas, lo cual para Sandoval es un disparate.

Las sanciones de la Unión Europea en contra de Porras, Pineda y los fiscales Curruchiche y Morales se suman a las medidas aplicadas ya por el gobierno de Estados Unidos en distintos momentos contra la fiscal general, el secretario general del MP y los fiscales de la FECI por su involucramiento en actos de corrupción y persecución de operadores de justicia, periodistas, defensores de derechos humanos y opositores políticos.

Conoce más detalles acá:

Unión Europea sanciona a Consuelo Porras, Fredy Orellana y a fiscales del caso Semilla

Pacto de Bukele con pandillas incluyó persecución de un exministro que supo cómo se preparó la negociación

Tiempo de lectura: 10 minutos

 

Preso desde septiembre de 2021 por un supuesto caso de corrupción, un exministro de seguridad que se enfrentó con la MS13 y el Barrio 18 se enteró de que Bukele negociaba con las pandillas desde 2018.

Mauricio Ramírez Landaverde, encarcelado por orden del fiscal general leal al presidente Nayib Bukele, denunció persecución política en su contra motivada por el pacto entre las pandillas MS13 y Barrio 18 y el actual gobierno salvadoreño.

Por Héctor Silva Ávalos

El comisionado Mauricio Ramírez Landaverde, exministro de seguridad pública y exdirector de la Policía Nacional Civil de El Salvador, debería de estar libre, fuera de la cárcel en la que el sistema penitenciario, controlado por el presidente Nayib Bukele, lo metió hace casi dos años y medio, acusado de actos arbitrarios en un caso judicial que la fiscalía, también a las órdenes del presidente, no ha podido probar en dos años. Dos tribunales diferentes han ordenado la libertad provisional de Ramírez, pero a pesar de que mantenerlo preso es ilegal, el director de cárceles del gobierno se ha negado a liberarlo.

Ramírez Landaverde asegura que el gobierno salvadoreño lo detuvo y no quiere soltarlo porque él, cuando era el jefe máximo de la fuerza policial y de la inteligencia anticrimen, fue informado de que las poderosas pandillas MS13 y Barrio 18 preparaban un pacto electoral y de gobernabilidad con Bukele, entonces alcalde de San Salvador, la capital.

La última vez que un tribunal ordenó la liberación de Ramírez Landaverde fue el pasado 11 de diciembre de 2023, cuando el Quinto de Sentencia de San Salvador emitió orden de libertad luego de que se cumplieron dos años de detención provisional sin que la Fiscalía General haya podido probar los crímenes de los que lo acusa. El gobierno de Bukele, sin embargo, se ha negado a dejar en libertad el exfuncionario. El 21 de diciembre, el Comité de Familiares de Presos Políticos de El Salvador (COFAPPES) puso un aviso penal ante la fiscalía por los delitos de desacato judicial, privación de libertad por funcionario o empleado público y actos arbitrarios contra Osiris Luna, el director carcelario del gobierno Bukele, y contra Juan José Ramírez Montano, el director del Centro Penal La Esperanza, donde Ramírez Landaverde está recluido.

Ramírez Landaverde, como la mayoría de quienes han sido detenidos durante el gobierno Bukele, tanto antes como durante el régimen de excepción decretado el 22 de marzo de 2022 y que persiste hasta ahora, perdió contacto con su familia cuando entró a la cárcel y apenas ha podido hablar con su abogado. Antes de desaparecer en el agujero carcelario, sin embargo, hizo una denuncia a la procuradora para la Defensa los Derechos Humanos (PDDH), una funcionaria que llegó al puesto gracias al apoyo de los diputados de Bukele y que ha guardado silencio ante denuncias de abusos carcelarios.

En su denuncia, Ramírez Landaverde asegura que su captura es parte del pacto que el candidato presidencial Nayib Bukele hizo con las pandillas aun antes de acceder a la presidencia del país. Desde que Bukele era alcalde, dice el exministro de seguridad, él sabía que los pandilleros habían acordado apoyar al “movimiento político” del futuro presidente.

“Por las responsabilidades que ocupamos en el ministerio de Justicia y Seguridad Pública y en la Policía Nacional Civil… recibimos información de las instituciones y entidades responsables de la inteligencia y de otras a cargo de la obtención, análisis y procesamiento de información sobre peticiones, pláticas y entendimientos entre miembros de pandillas con representantes del movimiento político que participaría en las presidenciales de 2019 y que ahora es el partido en el gobierno”, escribió el exministro en el escrito que presentó a la PDDH el 5 de octubre, poco menos de un mes después de que la policía de Bukele lo detuviera por primera vez.

Después de aquella primera captura, el 9 de septiembre de 2021, el juzgado segundo de instrucción de San Salvador, a cargo de conocer el caso en primera instancia, otorgó medidas sustitutivas a la prisión de Ramírez Landaverde y a otros cuatro acusados, todos subalternos del exministro. Pedro Cruz, el abogado de Ramírez, salió optimista de esa audiencia: la jueza, dijo el letrado, había “señalado deficiencias serias en la investigación de la Fiscalía”. El tribunal impuso una fianza relativamente baja: USD 5,000. La alegría duró poco.

La fiscalía apeló y el caso pasó a conocimiento de un tribunal de apelaciones. Mientras ese juzgado estudiaba mandar a Ramírez de nuevo a la cárcel, un acto disciplinario se gestaba en el Judicial: la Corte Suprema de Justicia (CSJ), dominada también por magistrados leales a Bukele, envió a Edelmira Violeta Flores Orellana, la jueza que había dado arresto domiciliar a Ramírez, al exilio en un tribunal en las afueras de San Salvador. Al final, la fiscalía consiguió una nueva orden de captura a principios de diciembre de 2021. Al enterarse, el exministro se seguridad se entregó a la Policía Nacional Civil, de la que él había sido el jefe y desde la cual, según lo dijo a la procuradora de Defensa de Derechos Humanos, reunió la primera información sobre el pacto entre el gobierno de Nayib Bukele y las dos pandillas más importantes del país.

Copia de la denuncia hecha por el exministro Mauricio Ramírez Landaverde ante la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador.

Antes de ir por segunda vez a prisión, Ramírez Landaverde dejó escrito: “En dichas negociaciones (del pacto pandillero) se trató el punto de represalias a futuro que el nuevo gobierno debería tomar contra los funcionarios que integrábamos en ese momento el gabinete de seguridad, por lo cual estamos convencidos de que la persecución política de la que somos víctimas actualmente responde al cumplimiento de tal exigencia que en su momento se discutió y que se está materializando con la persecución penal y administrativa en nuestra contra, sin elementos de prueba ni fundamentos jurídicos”. Lo escribió el 5 de octubre de 2021 pero el documento no había sido público hasta ahora. La PDDH nunca investigó los alegatos.

El pacto entre Bukele y las pandillas volvió a la mesa a mediados de noviembre pasado, cuando policías mexicanos y estadounidenses detuvieron a Élmer Canales Rivera, alias Crook, uno de los máximos líderes de la MS13 a quien un funcionario cercano a Bukele sacó ilegalmente de una cárcel y lo llevó hasta Guatemala, de donde viajó a México.

En enero de este año, el periódico digital El Faro publicó audios y otras pruebas de que el jefe de una división especial de la policía salvadoreña había intentado entregar dinero al Cartel Jalisco Nueva Generación para que regresara al Crook a El Salvador. Para entonces, los funcionarios de Bukele sabían que agentes estadounidenses habían ubicado al jefe pandillero y estaban en pláticas con los mexicanos para capturarlo y llevarlo a Nueva York, donde es reclamado por actos de terrorismo. Una de las primeras cosas que el Crook dijo a sus captores es que el gobierno salvadoreño le había facilitado un arma de fuego durante su huida.

Las primeras investigaciones sobre el pacto pandillero de Bukele

Agentes federales de los Estados Unidos y subcontratistas del Departamento de Justicia han investigado el pacto de gobernabilidad entre el gobierno de Nayib Bukele y las pandillas MS13 y Barrio 18 desde al menos 2018, incluso, antes de que Bukele ganara las elecciones presidenciales en febrero de ese año. Las primeras fuentes de información de los norteamericanos fueron los mismos pandilleros y datos interceptados por la inteligencia estatal, sobre todo la penitenciaria, cuyos informes recibía de forma regular Mauricio Ramírez Landaverde cuando fue ministro de seguridad en el gobierno de Salvador Sánchez Cerén (2014-2019).

Los pactos pandilleros con gobiernos salvadoreños habían empezado mucho antes. Entre 2011 y 2012 se gestó el más importante, conocido como La Tregua, durante el gobierno del expresidente Mauricio Funes. Cuando Sánchez Cerén, el jefe de Ramírez Landaverde, llegó a la presidencia en 2014, aquella tregua se había roto. Los líderes de la MS13 y el Barrio 18, sin embargo, emprendieron una nueva negociación, esta vez con un joven político en ascenso, el alcalde de San Salvador, Nayib Bukele, quien empezaba a perfilarse como candidato presidencial.

Las investigaciones de la policía y la fiscalía salvadoreñas sobre los acercamientos entre los jefes pandilleros y el movimiento político de Nayib Bukele, habían empezado en 2018. Aquel año, un fiscal llamado Álvaro Rodríguez estaba a cargo de un expediente de investigación en el que aparecían nombres de asesores cercanos a Bukele, como el de Ernesto Sanabria, su actual secretario de prensa, según reveló una investigación publicada por el medio especializado InSight Crime.

El fiscal Rodríguez y los investigadores hicieron seguimientos e intervinieron teléfonos. Detectaron que el 18 de diciembre de 2018, Vicente Ramírez, un jefe de vendedores informales que para entonces servía de enlace entre los pandilleros en las calles del centro de San Salvador y los jefes de la MS13 presos en la cárcel de máxima seguridad del país, se reunió con Sanabria. Uno de los enlaces de Ramírez era Cristina Esmeralda Vásquez de Grijalva, cuñada de Borromeo Henríquez, alias Diablito de Hollywood, uno de los máximos líderes de la MS13. A Sanabria el Departamento de Estado en Washington lo ha incluido en una lista de funcionarios antidemocráticos y corruptos, la llamada Lista Engel.

Seguimientos posteriores ordenados por los fiscales detectaron también reuniones con otros funcionarios cercanos a Bukele, como el actual alcalde de San Salvador, Mario Durán, y Carlos Marroquín, quien luego se convertiría en secretario presidencial de tejido social y el principal enlace del presidente Bukele con los líderes pandilleros que negociaron el pacto de gobernabilidad.

El Departamento del Tesoro del gobierno Biden en Washington sancionó a Marroquín y lo señalan de ”negociar” con las pandillas en nombre de Bukele. El Departamento de Justicia, a través de una fuerza especial de tarea llamada Vulcano, preparó una acusación criminal contra Marroquín, según reportó la agencia Reuters en diciembre de 2021; esa acusación se estancó por razones políticas de acuerdo con dos funcionarios del gobierno Biden que hablaron con Infobae bajo condición de anonimato por no estar autorizados a hacerlo en público.

Una de las principales tesis de la fuerza Vulcano, que empezó a colaborar activamente con los fiscales salvadoreños que habían detectado los tratos de Bukele en San Salvador, es que aquellos entendimientos se convirtieron luego en un pacto que incluía a todo el país y que fue gestado con los líderes máximos de las pandillas, como Diablito de Hollywood o Élmer Canales Rivera, alias Crook, el jefe al que Carlos Marroquín, el ayudante de Bukele, ayudó a escapar de una cárcel salvadoreña.

Fue eso, la génesis del pacto pandillero, lo que la inteligencia penitenciaria detectó durante la gestión de Mauricio Ramírez Landaverde como ministro de seguridad en el gobierno que antecedió al de Bukele y al que luego los hombres del presidente, incluido el fiscal general, metieron preso.

Exministro Mauricio Ramírez Landaverde

Un exfuncionario de la Fiscalía General de la República (FGR) de El Salvador y un subcontratista del gobierno estadounidense familiarizado con las investigaciones de las agencias del gobierno Biden en el país centroamericano confirmaron que los subalternos de Ramírez en la policía y en el sistema penitenciario alimentaron los expedientes sobre los pactos entre Bukele y las pandillas. A la postre, ya en 2020, en plena pandemia de coronavirus y antes de que Bukele la controlara, la FGR, apoyada por la fuerza estadounidense Vulcano, juntaron todas aquellas investigaciones en un solo expediente al que, por su alcance y tamaño, llamaron Caso Catedral.

Las tiendas de las cárceles y el funcionario cercano al presidente

En esencia, Rodolfo Delgado, el fiscal general que diputados de Bukele eligieron de forma ilegal el 1 de mayo de 2021, acusa a Ramírez Landaverde de apropiarse de fondos obtenidos por una asociación creada para administrar dineros provenientes de la red de tiendas penitenciarias, donde los miles de reos del sistema compran productos básicos de higiene, comida y otros, como cigarrillos.

Las tiendas penitenciarias ya eran fuentes de corrupción a principios de siglo. Entre 2009 y 2014, durante la gestión del expresidente Mauricio Funes, jugaron un rol importante en la tregua que aquel gobierno pactó con las pandillas MS13 y Barrio 18 para canalizar fondos hacia adentro y hacia afuera de las cárceles, según confirmó a Infobae un alto jefe policial que conoció de cerca aquellas negociaciones.

En 2016, cuando Mauricio Ramírez Landaverde era el ministro a cargo del sistema penitenciario, la contraloría estatal salvadoreña hizo un examen al sistema de tiendas y detectó que los fondos se manejaban de forma opaca. Los auditores recomendaron crear un mecanismo para supervisar mejor el dinero y sugirieron, entre otras cosas, crear un asociación público-privada para administrarlo; nació así ASOCAMBIO, una entidad sin fines de lucro.

Fue el mismo Nayib Bukele quien en junio de 2019, días después de ser juramentado como presidente del país, dijo que Ramírez Landaverde y otros funcionarios habían desviado USD14 millones a través de ASOCAMBIO. El presidente no presentó pruebas ni explicó si la fiscalía general tenía abierto un expediente. Fue dos años después, en 2021, cuando ya Bukele había nombrado a un fiscal general completamente leal a él, que la acusación presidencial se convirtió en un caso criminal, y fue entonces que el vía crucis de Ramírez Landaverde empezó.

El expediente judicial contra Ramírez, a parte del cual Infobae ha tenido acceso, no es abundante en pruebas. Los fiscales apenas han podido demostrar movimientos por unos USD 400,000 de las cuentas de ASOCAMBIO y no han podido acreditar que ese dinero haya ido a parar a cuentas del exfuncionario.

Rodolfo Delgado, el fiscal general al que Bukele y sus diputados impusieron tras ganar la super mayoría en el Congreso en 2021, no ha desistido en su empeño de mantener preso a Ramírez Landaverde a pesar de que un juez de primera instancia y otro de apelaciones lo han beneficiado con arresto domiciliar, y de que uno de esos juzgadores advirtió a la fiscalía de la debilidad de su prueba. Cuando, en diciembre de 2023, Ramírez cumplió dos años de arresto preventivo -el máximo permitido por la ley salvadoreña- y un tribunal volvió a ordenar su liberación, los fiscales a las órdenes de Delgado se apresuraron a apelar la decisión. Así, el exministro de seguridad pública a quien la inteligencia penitenciaria avisó que un pacto se cocinaba entre el hombre que se convertiría en presidente del país y los máximos líderes de la MS13 y el Barrio 18 presos, sigue en prisión, recluido del mundo y de la posibilidad de explicar con más amplitud qué vio en aquellos informes de inteligencia.

Delgado ha conocido un caso diferente que involucra también al dinero de las tiendas penitenciarias. Este caso, en el que fiscales anteriores sí recabaron pruebas contundentes, involucra a Osiris Luna Meza, el director carcelario nombrado por Nayib Bukele, y a quien el gobierno de Biden también ha acusado de corrupto y ha investigado, entre otras cosas, por el pacto pandillero.

De Luna Meza, el Departamento de Estado en Washington dijo en 2021 que está implicado en “corrupción significativa relacionada con contratos gubernamentales y sobornos”. Y en su informe sobre el estado de los derechos humanos en el mundo de 2022, el gobierno de Biden escribió: “las pandillas acordaron reducir dramáticamente el número de homicidios en el país a cambio de varias demandas, incluida la protección del gobierno a ciertos líderes pandilleros para evitar la extradición a Estados Unidos”; uno de los gestores de ese acuerdo, dicen los estadounidenses, es Osiris Luna.

Antes del fiscal general Delgado, los fiscales que investigaron a funcionarios del presidente Bukele, apoyados por los agentes estadounidenses, lograron determinar que Osiris Luna y su madre, Alma Yanira Meza, formaron una red que desvió USD 8.1 millones de las tiendas penitenciarias y que esa red creó 10 plazas fantasmas por las que Luna cobró USD 278,353.48.

Delgado nunca tocó aquellos expedientes, los que sus antecesores en la fiscalía habían reunido en el llamado Caso Catedral. Lo que sí hizo en fiscal general de Bukele fue allanar las oficinas de los investigadores que habían trabajado en los casos contra Meza y otros funcionarios de Bukele, incluidos sus hermanos, su jefa de gabinete, varios de sus ministros y algunos de sus asesores extranjeros. Y lo que también hizo Delgado fue meter en la cárcel a uno de los primeros exfuncionarios que detectó el pacto entre el presidente y los jefes de la MS13 y el Barrio 18.

Dos resoluciones judiciales reconocen al periodismo comunitario, pero todavía hay camino por recorrer

Tiempo de lectura: 7 minutos

 

Este 31 de enero, dos juzgados en el oriente del país, uno en Puerto Barrio, Izabal, y el otro en Chiquimula, resolvieron a favor de dos periodistas comunitarios que esperaron varios años por lograr justicia. Los hechos que llevaron a Carlos Choc a ser criminalizado por una transnacional extractiva y, a Norma Sancir por las fuerzas policiales, buscaban desacreditar su labor periodística y su rol como actores comunitarios, con el propósito de desmovilizarlos.

En la actualidad, el periodismo comunitario, fuertemente vinculado a las realidades y necesidades de los pueblos (predominantemente indígenas) a los que describe para el mundo entero, continúa ejerciéndose con limitaciones ante la falta de reconocimiento que puede facilitar condiciones de violencia y criminalización.

De esa cuenta, las agresiones contra la prensa se mantienen. Solo en 2023, se registraron 277 casos, la mayoría de los cuales, rara vez, llegan a adquirir relevancia judicial.

Los recientes fallos restituyeron los derechos de los periodistas comunitarios y dan un ápice de esperanza para otros que, como ellos, siguen ejerciendo el periodismo en un contexto en el que la libertad de expresión ha estado comprometida por la constante vigilancia y acoso de los gobiernos, las élites, empresas transnacionales y el crimen organizado.

Algo innegable en ambos casos es que, la condena de los policías es menor al tiempo que le tomó a Sancir conseguir justicia y que, nadie aun, se ha preocupado por el impacto que Carlos Choc sufrió en su vida personal y profesional, al ser denunciado falsamente.

Por Paolina Albani

Un repaso de los casos

La mañana del 31 de enero, el juez Aníbal Arteaga, del Juzgado Penal de Puerto Barrios, Izabal, levantó el cargo de detención ilegal y cerró el caso penal, por falta de pruebas, contra el periodista comunitario maya Qʼeqchiʼ, Carlos Choc, y los tres integrantes de la Gremial de Pescadores Artesanales (GPA), Tomas Che, Cristóbal Pop y Vicente Rax, criminalizados durante siete años por la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN), propiedad de la transnacional Solway Investment Group.

El caso, que inició en 2017, cuando la GPA salió a las calles de El Estor, Izabal, a exigir el cierre de la mina CGN por la contaminación que provocó en el lago de Izabal, se judicializó por una denuncia de la minera. La mancha roja que denunciaron en esa ocasión causó que varias especies animales murieran, afectando la actividad principal de supervivencia de la población del lugar: la pesca.

El argumento del Ministerio Público (MP), al principio, fue que durante esa movilización los pescadores taparon una carretera y retuvieron a algunos trabajadores de la mina, pero, en 2019, la fiscalía distrital de Puerto Barrios solicitó el cierre del caso por falta de pruebas.

El juez Arteaga, quien ha sido aliado de la empresa y de quien recientemente se solicitó el retiro de su inmunidad por señalamientos de corrupción, se negó y dio dos meses más para que la fiscalía ubicara las pruebas. Dos meses se convirtieron en siete años de espera, por la ausencia de los representantes de la minera.

Durante el proceso penal, se argumentó que Carlos Choc era uno de los manifestantes antimineros, pero se pudo probar que su asistencia a la protesta era con fines periodísticos de documentación.

El MP nunca encontró evidencia que los culpara de los delitos señalados por CGN. Demostrando que se utilizó al sistema judicial para dar trámite a denuncias falsas, con el fin de entorpecer la labor de quienes incomodaban a la empresa.

Horas antes de la audiencia, Mary Lawlor, Relatora Especial sobre la Situación de los Defensores de los Derechos Humanos, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), anunció que seguiría de cerca la audiencia de Choc, quien enfrentaba “cargos relacionados con su trabajo periodístico sobre los impactos ambientales de las actividades empresariales en Izabal”.}

Eso y la pesada vigilancia de la comunidad internacional sobre Guatemala, durante y después de las elecciones generales de 2023, jugaron un rol de presión en la desestimación del caso.

Conoce más detalles acá:

Inocentes: juez cierra el caso de criminalización de tres pescadores y un periodista comunitario

El caso de la periodista maya Kaqchikel, Norma Sancir, es otro ejemplo de cómo la justicia ha sido tardía para los periodistas comunitarios.

El mismo día que se resolvió el caso de Choc, a unos 145 kilómetros de distancia, el juez Jorge Douglas Ochoa, del Tribunal de Sentencia Penal de Chiquimula, condenó al excomisario Ceferino Salquil Solval y a las policías Olga Leticia Segura y Mirna Marleny Agustín a 3 años y 9 meses de prisión conmutable, por el delito de abuso de autoridad, por la detención ilegal de Sancir, en septiembre de 2014, mientras realizaba una cobertura periodística en Camotán.

Las sentencias fueron reducidas a 2 años y 6 meses de prisión. El excomisario fue señalado en su calidad de autor y las agentes por cómplices en el delito.

El juez Ochoa reconoció que “la agraviada estaba presente en el lugar cubriendo una nota periodística y que fue aprehendida sin ningún caso de flagrancia”.

Tras el fallo, Sancir dijo estar satisfecha con la condena, tras nueve años de espera. En los que tuvo que mantener su caso vigente para evitar que a los cuatro agentes señalados les dejaran libres. En 2018, se les declaró con falta de mérito. Por eso, recusó al juez que llevaba su caso, y tuvo que esperar que se repitiera el proceso legal. Ese juez los envió a juicio en 2020, pero el debate no empezó sino hasta 2023.

Conoce más detalles acá:

Periodista Norma Sancir logra justicia contra policías que la detuvieron ilegalmente

La criminalización como arma de desmovilización

El periodismo comunitario rompe con la forma tradicional de generar noticias y se distancia de la faceta corporativa que prioriza, algunas veces, las historias sensacionalistas o las que generan interés a ciertos grupos de poder sobre otras.

En el periodismo comunitario, una de las formas de generar información, se hace a partir de que son los sujetos quienes producen y difunden la información. Tiene un fuerte sentido de responsabilidad social y política, un compromiso con la transformación de la realidad y las formas de comunicar con un sentido de pertenencia.

Este involucramiento vuelve al periodista comunitario en un actor político porque también trae a la esfera pública un entramado histórico de las comunidades.

Por estos motivos, Úrsula Roldán, directora del Instituto en Ciencias Socio Humanistas, de la Universidad Rafael Landívar (URL), reconoce que quienes ejercen el periodismo comunitario, “son más vulnerables por el racismo y la discriminación. También porque tienen menos posibilidades de defensa frente a un Estado con relaciones de poder desiguales”.

Para Santiago Bastos, fundador de Prensa Comunitaria e investigador emérito en FLACSO Guatemala, cuando se les criminaliza, no solo se atenta contra la libertad de expresión sino contra el rol que ocupan como actores locales.

“La criminalización más que buscar una condena o algo parecido a la justicia, el objetivo que tiene es anular políticamente a los sujetos y hacer que la persecución no les permita actuar libremente por estar perseguidos. Eso es muy claro de parte de Carlos Choc, con los retrasos en el proceso.

Cuando por fin se entra a juzgar, no hay elementos para buscar un enjuiciamiento. Estos casos han sido una estrategia de desmovilización de sujetos comunitarios, de sujetos incómodos como son los periodistas comunitarios”, indicó Bastos.

Sin embargo, la resolución del periodista Choc también podría responder al momento político. Con un nuevo gobierno a cargo, de corte democrático, que ha prometido dejar de perseguir a los periodistas y las sanciones a directivos de Solway Group, dueña de CGN; y exfuncionarios del gobierno saliente, como Alberto Pimentel, a quien Estados Unidos señala de haber recibido sobornos para favorecer a la mina, el camino para desligar a Choc de los cargos falsos se despejó.

Conoce más detalles acá:

Presidente Arévalo: “En nuestro Gobierno nadie será perseguido por sus opiniones”

Para Bastos, esto puede deberse a que algunos jueces están “tan acostumbrados a depender del poder que están dispuestos a transformarse para no perder lo que tienen”.

Si bien el cambio de gobierno no es una garantía de protección para los periodistas, sí renueva la esperanza de que inicie un cambio de época. Sobre todo para las poblaciones indígenas que mostraron un liderazgo fundamental, en la defensa de la democracia ante los intentos de golpe de Estado, dijo Roldan.

“Con esas resoluciones se restituyen sus derechos, algo que venía viciado que estaba en el marco de la impunidad y el abuso de poder… las criminalizaciones son un signo del sistema que la población rechazó en las urnas”, indicó Úrsula Roldán.

“Las resoluciones son un síntoma del buen funcionamiento del Estado y de la democracia. Pero, el Estado guatemalteco nos queda debiendo cuando una periodista debe esperar nueve años para que se haga justicia. Este tipo de justicia no es sostenible. Un fallo tardío nos alegra tanto como debería preocuparnos”, fue la opinión del antropólogo maya K’iche’, Carlos Fredy Ochoa.

Ochoa resaltó que la labor, en una época de comunicaciones inmediatas y virtuales, mantiene su importancia porque hace un tratamiento sistemático de la noticia, por su capacidad de vincular lo local con lo nacional y porque estos medios aseguran la memoria de la sociedad. Sobre todo, cuando las comunidades aún viven ante grandes desafíos y para conseguir que se cuide la naturaleza.

¿Una esperanza para el periodismo comunitario?

La resolución de los juzgados de Puerto Barrios y Chiquimula generó reacciones en los periodistas comunitarios, quienes, en su mayoría, vieron los fallos como una luz de esperanza en un contexto en el que la libertad de expresión ha estado comprometida por el asedio de los gobiernos, élites y grupos criminales.

Elmer Ponce, periodista comunitario de Sayaxché, Petén, compartió su opinión tras enterarse de las decisiones de los juzgados: “Esto representa para todos un bálsamo que da esperanza, que se puede confiar, que si acompañamos la lucha de los pueblos, el pueblo mismo nos respaldara.

Ya que no es para nada bueno vivir con el temor de que existan represalias por nuestra labor, y aún más cuando se hace periodismo en regiones tan alejadas como las nuestras, en donde la mayor parte de nuestro ejercicio estamos solos enfrentándonos al monstruo del poder y de las grandes empresas”.

Ponce también resaltó el coraje de los periodistas que se mantuvieron fuertes “ante esta situación nada agradable para ellos y sus familias”.

Imelda Tax, periodista de Totonicapán, notó que aunque se dio una resolución favorable a favor de Sancir y Choc, durante el proceso penal estuvieron en incertidumbre.

“Siempre estamos expuestos porque damos a conocer la verdad de lo que está pasando en nuestras comunidades, en nuestros territorios… Sin embargo, -las resoluciones- nos motivan a seguir adelante y agarrar más fuerza para seguir difundiendo la información clara, para que las personas sepan qué es lo que está pasando a nuestro alrededor”.

De acuerdo a Joel Pérez, periodista comunitario de Ixcán, Quiché, las decisiones de ambos juzgados sientan un precedente de la vulnerabilidad ante la criminalización y persecución a la que están expuestos en el desarrollo de la labor. “Principalmente de empresas y del Estado porque no se valora el trabajo que realizan los periodistas comunitarios”.

Y dijo que espera que los fallos pongan un alto a estas acciones que los desacreditan e inmovilizan, no solo a ellos, sino a los pueblos a los que pertenecen.

“Esperamos que esto sirva tanto para las autoridades, como para las empresas y las personas que se dedican a desprestigiar, a perseguir y amenazar a periodistas, principalmente, comunitarios”, dijo Pérez, quien opinó que en el caso de Sancir, la condena de los policías fue muy leve.

Algo innegable en ambos casos es que, la condena de los policías es menor al tiempo que le tomó a Sancir conseguir justicia y que, nadie aun, se ha preocupado del impacto que Carlos Choc sufrió en su vida personal y profesional, al ser denunciado falsamente.

Si bien, Choc salió librado de ir a juicio y Sancir obtuvo una condena contra los policías, el panorama para los periodistas en Guatemala es uno complicado. Aquí, la justicia opera lentamente y la cooptación del Organismo Judicial, además de la manipulación y fabricación de casos que el MP ha dirigido, ha dejado pocas probabilidades para la defensa legítima.

En tanto, las agresiones a la prensa persisten y otros periodistas como Jose Rubén Zamora, exdirector de elPeriódico, aún esperan que el sistema de justicia también salga en su defensa.

Funcionarios de administraciones pasadas permanecen en el gobierno de Arévalo

Tiempo de lectura: 4 minutos

 

Funcionarios que fueron designados en las administraciones de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei continúan en sus cargos durante el gobierno del presidente Bernardo Arévalo. Entre estos figuran el director de Aeronáutica Civil, Francis Argueta y el de la Superintendente de Administración Tributaria (SAT), Marco Livio Díaz Reyes quien permanecerá al frente de esa institución.

En tanto, en algunos ministerios como el de Energía y Minas se han reportado nombramientos de personas con vínculos cuestionables.

Por Regina Pérez

Una de las expectativas al asumir el presidente Bernardo Arévalo fue la designación de funcionarios que no tuvieran nexos con los gobiernos anteriores o que estuvieran libres de señalamientos. Sin embargo, algunas de estas personas continúan en sus puestos o han asumido otras que tienen señalamientos.

El 16 de enero, pocos días después de asumir, el mandatario anunció que destituiría a Francis Argueta, titular de la Dirección de Aeronáutica Civil (DGAC) designado durante el gobierno de Jimmy Morales, cuya administración ha sido objeto de críticas por el estado del aeropuerto y quien ha tenido varios señalamientos por deficiencias en su gestión.

Una de las críticas hacia Argueta es el mal estado en que se encuentran las instalaciones del Aeropuerto Internacional La Aurora. Usuarios comúnmente compartían videos y fotos del estado de los baños y salas de espera, así como otros espacios, que a su criterio ofrecían una mala imagen de las instalaciones por estar descuidadas y sucias.

En varias ocasiones, Argueta fue citado por diputados que le cuestionaron por servicios que no estaban funcionando, como Rayos X en el ingreso y salida de equipaje para pasajeros.

Otro tema que se le señaló a su administración fue un contrato por Q8 millones firmado por la DGAC para adquirir ocho elevadores y escaleras eléctricas. Según el medio Prensa Libre, el tamaño de los elevadores y escaleras no se ajustaron a lo que se había solicitado y quedaron grandes.

En una publicación realizada este viernes 2 de febrero, el presidente Arévalo escribió en su cuenta de X que “la destitución de Francis Argueta es inminente y será muy pronto. Estamos por nombrar nuevas autoridades en la DGAC. Autoridades que enfrentarán el desafío de una institución golpeada que debe ser saneada y fortalecida”, en referencia al inicio del proceso, a 17 días del nuevo gobierno.

Jefe de la SAT permanecerá en el cargo

En tanto, el Directorio de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) dirigido por el ministro de Finanzas, Jonathan Menkos, anunció el pasado 31 de enero que Díaz Reyes continuará al frente de la SAT al superar la meta de recaudación tributaria. La Directiva estableció que el funcionario finalizará su periodo al frente de la institución, que concluye en abril de 2025.

El superintendente asumió el cargo en abril de 2020, durante la administración de Alejandro Giammattei.

Otro nombramiento que llama la atención es el de Rocael Cardona, designado por el presidente como asesor presidencial en Asuntos Municipales. Cardona ha tenido experiencia trabajando en otros gobiernos.

Fue Comisionado Presidencial de Diálogo durante el gobierno de Jimmy Morales, una instancia que fue instalada, en 2016, para atender y resolver conflictos sociales, sin embargo fue destituido del cargo en 2017.

Al hacer la consulta sobre estos funcionarios, la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia (SCSPR) señaló que en el caso de Rocael Cardona, su experiencia en temas de diálogo y gobiernos locales ha sido considerada importante para el trabajo del presidente Arévalo. “Haber trabajado anteriormente en un gobierno no es una condena. En algunos casos representa experiencia”, indicaron.

En el caso del director de la DGAC, indicaron que “Francis Argueta será destituido muy pronto y serán nombradas nuevas autoridades para la DGAC”.

El analista político José Alfredo Calderón señaló que al principio se puede pensar en una “metida de pata” de parte del gobierno pero genera preocupación el caso del director del Aeropuerto al extremo que tuvo que salir el presidente a informar que sí lo destituirá. O el caso del ministro de Salud, Óscar Cordón, quien mostró que no estaba preparado al llegar a la cartera.

Cordón había anunciado que mantendría temporalmente a tres viceministros de la administración pasada en sus cargos: Edwin Montufar, Ariel Estuardo Hernández y Leslie Lorena Samayoa. Al 2 de febrero, la Comunicación Social del Ministerio de Salud indicó que ya fueron relevados de dichos puestos.

Un perfil cuestionado llega al MEM

En el Ministerio de Energía y Minas (MEM) se anunció el pasado 1 de febrero el nombramiento de Edvin Danilo Mazariegos Can como viceministro de Desarrollo Sostenible. En su currículum se destaca que Mazariegos es abogado y notario egresado del Centro Universitario del Norte (CUNOR), que cuenta con dos maestrías y tiene Pensum Cerrado en Maestría en Derecho Penal.

Sin embargo, los nexos de Mazariegos van más allá. Fue candidato a diputado por Totonicapán en las elecciones generales de 2023 por el partido BIEN en la segunda casilla y se le señala de ser allegado al exdiputado de Totonicapán por esa agrupación, Marvin Alvarado, quien fue quinto secretario de la Junta Directiva de Shirley Rivera en el periodo 2022-2023.

En publicaciones en la red social Facebook, el abogado apoyó la planilla que presidió Walter Mazariegos, rector impuesto de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) en mayo de 2022, cargo al que llegó de manera ilegítima tras un fraude en las elecciones. “Sí a la Innovación, por la mejor propuesta para rector de nuestra amada casa de estudios”, fue uno de los comentarios que puso Mazariegos Can apoyando a Innova.

Según Calderón, aún no se ha cumplido un mes de que haya asumido el nuevo gobierno y el descontento ya es palpable. El daño ya está hecho y los primeros días de gobierno son fundamentales, el desencanto lo tienen encima, indicó.

Tenían una oportunidad de oro, no creo que la recuperen, en el Congreso se desgastaron en muy poco tiempo, opinó sobre los primeros días del nuevo gobierno.

 

Juez favoreció al exministro Acisclo Valladares antes de dejar Juzgado de Mayor Riesgo “D”

Tiempo de lectura: 3 minutos

 

El juez Juan José Jiménez resolvió retirar del juzgado especializado para casos de alto impacto el expediente por supuesto lavado de dinero contra el exministro de Economía, quien actualmente enfrente una condena en los Estados Unidos.

Por Alexander Valdéz

El juez Juan José Jiménez Texaj, antes de dejar el Juzgado de Mayor Riesgo “D”, dictó una resolución favorable para el exministro de Economía, Acisclo Valladares, quien figura como acusado en el caso de corrupción denominado “Red de Poder, Corrupción y Lavado de Dinero”.

Jiménez Texaj ordenó que el expediente del exministro no continuara en un juzgado especializado para casos de alto impacto y fuera enviado a uno ordinario. El proceso será enviado al Juzgado Cuarto Pluripersonal Penal.

“El infrascrito juez al analizar las presentes actuaciones y la ley aplicable al caso concreto, con base a los principios del debido proceso y de la tutela judicial efectiva, considera que la situación jurídica del sindicado Acisclo Valladares Urruela debe de dilucidarse en la investigación que ya realiza el MP (…). El juzgador considera que debe ser remitido el expediente relacionado a Acisclo Valladares Urruela al Juzgado Cuarto de Primera Instancia Penal Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente en el estado en que guardan los autos”, indica.

Hace una semana, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) autorizó el trasladó al juez Jiménez Texaj, quien durante su gestión al frente de esa judicatura enfrentó señalamientos y una denuncia penal por supuestamente favorecer a acusados en casos de corrupción, como a los exministros Alejandro Sinibaldi y José Luis Benito.

Jiménez Texaj volvió a integrar el Tribunal de Mayor Riesgo “E”, del que era parte antes de ser enviado a sustituir a la exjueza Erika Aifán en el Juzgado de Mayor Riesgo “D”.

Conoce más detalles acá:

CSJ autoriza trasladar a Juan José Jiménez del Juzgado de Mayor Riesgo “D”

Un caso pendiente de dilucidarse

Valladares Urruela enfrenta una orden de detención por asociación ilícita y lavado de dinero. La Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) y la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) evidenciaron como contratistas del Estado, particularmente de la construcción, concertaron con funcionarios de gobierno el pago de sobornos para acceder a cuantiosos contratos o tener relación en el pago de deudas. En ese caso se reveló el uso de mecanismos sofisticados para el lavado de dinero proveniente de hechos de corrupción en la contratación de obra pública.

“El origen ilícito del dinero era blanqueado por medio de una serie de transacciones financieras así como de operaciones inmobiliarias ficticias (compraventas o arrendamiento), entre varias entidades off shore. El dinero provenía de transacciones millonarias, previamente acordadas entre el entonces secretario privado de la Presidencia, Gustavo Alejos, y el empresario de la construcción José Mynor Palacios Guerra (Sigma Constructores, S.A., Lanello Contratistas Generales, S.A. y HW Contractors, S.A.)”, indicó el Ministerio Público (MP).

No es el único caso en el que Valladares fue señalado, la FECI de Juan Francisco Sandoval, también lo relacionó al de Subordinación de Poderes, en el que se le vinculó a una presunta organización criminal que sobornó con más de Q50 millones a los diputados del desaparecido Partido Patriota (PP) para aprobar determinadas leyes.

Conoce más detalles acá:

CC deja firme la orden de captura contra Acisclo Valladares

Una condena en Estados Unidos

El exministro de Economía fue condenado en julio de 2022. Valladares Urruela reconoció su culpabilidad ante la justicia de los Estados Unidos al admitir que ingresó al sistema financiero de ese país US$350,000, apenas el 3.5% de lo descrito en la acusación inicial y confesó que no actuó solo.

El expediente que documenta la condena señala que Valladares debe cumplir 12 meses más un día de prisión, sumado a tres años de libertad condicional y el pago de US$100 (unos Q785) por costas procesales.

Conoce más detalles acá:

Exministro Valladares se entregó a la justicia de EE.UU. por lavado de dinero

Alta Verapaz: excesivo despliegue policial en una comunidad Q’eqchi’ por posible desalojo

Tiempo de lectura: 3 minutos

 

Aunque el Ministerio de Gobernación y la PDH aseguran que el pasado 31 de enero no se trató de llevar a cabo un desalojo en la comunidad Ch’ina Cangüinic, de Alta Verapaz, la Unión Verapacense de Organizaciones Campesinas (UVOC) sostiene que recibieron una alerta de comunitarios sobre un operativo de esa naturaleza.

Por Regina Pérez

El pasado 31 de enero, por la mañana, población del departamento de Alta Verapaz alertó sobre el avance de un fuerte contingente de la Policía Nacional Civil (PNC) que supuestamente se dirigía a la aldea Ch’ina Cangüinic, ubicada a más de una hora de Cobán, la cabecera departamental, para ejecutar un desalojo.

Según la información a la que tuvo acceso Prensa Comunitaria, un grupo de personas se organizó para impedir que los agentes de la PNC llegaran a la localidad, al taparles el paso a la altura de la aldea Cubilgüitz.

Fuentes oficiales consultadas negaron que se tratara de un desalojo y dijeron que la movilización de los agentes era por un allanamiento.

Carlos Guillermo Artola, auxiliar de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), en Alta Verapaz, señaló que el pasado 31 de enero no estaba programado ningún desalojo sino allanamientos, aunque dijo no tener claro si era en la referida aldea.

“Sí, estaba programado un desalojo para otra fecha en ese proceso de Cangüinic, pero fue suspendido por la jueza desde la semana anterior”, indicó. Sobre esta orden, el auxiliar dijo que es el Ministerio Público (MP) el que tiene los detalles. “Determinar si son los legítimos propietarios, eso le corresponde al señor juez”, agregó.

En tanto Julio Orozco, vocero del Ministerio de Gobernación (MINGOB), informó que el MP requirió el apoyo de agentes de la PNC para apoyarlos en un allanamiento.

Es importante entender que no es un operativo coordinado por la PNC, sino por el MP, que previendo cualquier situación solicita el apoyo de la policía, que da su apoyo pero tiene instrucciones claras del tema de manejo de derechos humanos, expresó.

“Incluso la cantidad de personal de policía no lo define la PNC, sino lo define en su solicitud el MP”, justificó. “Entendemos a la sociedad que se vio sorprendida pero todo se hizo dentro del marco de la ley y ellos tendrán la oportunidad a través de los medios de comprender que no es una situación de PNC y menos del Ministerio de Gobernación sino del MP que hizo una solicitud de ese tamaño”, agregó.

Se asignaron 1,194 agentes para la diligencia de Ch’ina Cangüinic, según la Subdirección General de Operaciones de la PNC.

UVOC: sí fue intento de desalojo

Sandra Calel, de UVOC, indicó que según la información que recibieron de comunitarios de la aldea sí se trató de un intento de desalojo, por lo que alertaron a varias instituciones, entre ellos la Secretaría Privada de la Presidencia.

En 2023, la organización campesina registró siete desalojos en Alta Verapaz y en 2024 el caso de China Cangüinic sería el primero en intentar ejecutarse.

Calel indicó que desde que inició el gobierno de Bernardo Arévalo pidieron una moratoria para que antes de realizar desalojos se realice una investigación catastral histórica para no llegar a esas consecuencias.

La movilización excesiva de agentes de la PNC generó preocupación ya que durante el gobierno de Alejandro Giammattei los desalojos fueron una constante en el departamento, uno de los más afectados por la problemática agraria.

De acuerdo con Calel, una de las principales causas de la conflictividad agraria en Alta Verapaz es la falta de voluntad política del Estado y de los diferentes gobiernos para buscar las rutas para resolver la problemática.

“La población indígena y campesina siempre ha reclamado su tierra ancestral e histórica, ningún gobierno le ha dado prioridad para resolver esta situación que afrontan las familias”, expresó.

No, no acaban de condenar a Israel por genocidio

Tiempo de lectura: 5 minutos

 

El viernes pasado, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió una resolución de medidas cautelares en el caso donde Sudáfrica acusó a Israel de violar la Convención contra el Genocidio por su incursión militar en Palestina. La noticia dio la vuelta al mundo, y con razón, es una resolución histórica; sin embargo, también ha dado lugar a titulares engañosos por uno y otro lado, hablando de una “condena” o una “victoria” para Israel. Esto no es lo que ocurrió, por lo que nos permitimos aclarar.

Por Samantha Orozco y Javier Urízar[1]

¿Qué pasó?

El 29 de diciembre de 2023, Sudáfrica presentó un caso en contra de Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), alegando que Israel había violado sus obligaciones bajo la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (“Convención del Genocidio”) por hechos cometidos en las operaciones militares de Israel en Gaza y pronunciamientos de altas autoridades israelíes sobre la población palestina.

En particular, se refiere a la invasión militar en Gaza que hizo Israel después del 7 de octubre, cuando varias ciudades israelitas sufrieron ataques terroristas por parte de Hamás, un grupo independentista de Gaza; fueron asesinadas aproximadamente 1,200 personas, la mayoría israelíes y secuestradas otras 250.

Israel respondió inmediatamente y, con fuerza. Emprendiendo una campaña militar de proporciones masivas. A la fecha, al menos 25,700 palestinos han sido asesinados, 63,000 lesionados, 360,000 casas han sido destruidas o dañadas, y 1.7 millones de personas han sido desplazadas internamente (un 77% de los 2.2 millones que vivían en Gaza). Se ha privado a los palestinos de agua, comida, gasolina, electricidad, servicios e insumos médicos y otros servicios básicos.[2] Se ha calculado que el promedio diario de muertes en Gaza (250 personas al día) es superior al de cualquier otro gran conflicto armado reciente, incluyendo Siria (96.5), Sudán (51.6), Irak (50.8), Ucrania (43.9), Afganistán (23.8) y Yemen (15.8).

Es por ello que Sudáfrica inició procedimientos ante la CIJ bajo el argumento de que por acción u omisión, Israel está cometiendo genocidio en contra de los palestinos en Gaza.

“Israel en La Haya”

El caso fue reportado como: “Sudáfrica llevó a Israel a La Haya”. En la cultura popular, “La Haya” es conocida como la ciudad donde se juzga a criminales de guerra, por lo que se difundió, erróneamente, que autoridades Israelitas estarían siendo juzgadas por el genocidio.

La confusión surge de que hay dos tribunales internacionales en La Haya: la Corte Penal Internacional (CPI) y la Corte Internacional de Justicia. La primera, la CPI, ha juzgado y condenado criminales de guerra, es a la que la gente se refiere cuando dicen “deberían llevar a X a La Haya”. Su mandato es determinar si se cometieron crímenes penados bajo el Estatuto de Roma: genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra o el crimen de agresión. Las “denuncias” las puede presentar el Fiscal de la CPI, los Estados parte del tratado o el Consejo de Seguridad de la ONU.

La CIJ es un tribunal distinto. Este no puede juzgar sobre responsabilidad penal, sólo conoce la responsabilidad de Estados. La CIJ sólo puede resolver si un Estado incumplió con sus obligaciones bajo un Tratado; cualquiera, de cualquier tipo. La CIJ ha resuelto sobre áreas de pesca, fábricas de pulpa, fronteras, entre otros.[3] Las quejas de incumplimiento de un tratado sólo las pueden presentar Estados.

Se ha criticado ampliamente que “no se esté juzgando a Hamás”, pero legalmente esto es imposible. Hamás no es un Estado, no pertenece a la ONU, por lo que la CIJ no puede adjudicar sus responsabilidades. Aquí sí entra la CPI, que está investigando la comisión de crímenes de guerra por ambas partes (Israel y Hamás) y eventualmente condenará a los responsables.

Entonces, al concluir este caso, nadie irá preso, nadie será responsable penalmente. Sólo se resolverá si Israel incumplió sus obligaciones bajo un tratado específico: la Convención del Genocidio.

Las medidas provisionales

El viernes pasado, la CIJ resolvió otorgar “medidas provisionales” en el caso, ordenando a Israel tomar todas las medidas a su alcance para:[4]

  • Evitar que más palestinos sigan muriendo, sufriendo graves lesiones corporales o mentales, estén sometidos (intencionalmente) a condiciones de vida que puedan destruir su población (p.ej. Dejarles sin agua, comida, electricidad), o sufran de acciones intencionales tendientes a impedir los nacimientos en el grupo (p.ej. Esterilizaciones forzadas)
  • Que se provea a los palestinos de servicios básicos y asistencia humanitaria urgente.
  • Prevenir la destrucción y asegurar la preservación de toda la evidencia que pueda ser relevante para el caso.
  • Prevenir y castigar el incitamiento público y directo de cometer genocidio de los palestinos en Gaza. Sobre este punto hizo mención explícita a las siguientes declaraciones de altos funcionarios israelíes:
    • Isaac Herzong, presidente de Israel: “Es toda una nación la responsable. No es cierta esa retórica de que los civiles no son conscientes de que no están implicados. Es absolutamente falsa […]”
    • Yoav Gallant, Ministro de Defensa: “un asedio total sobre la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni alimentos, ni gas, todo está cerrado. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos de forma acorde.[…] Vamos a eliminar todo
    • Israel Katz, entonces Ministro de Energía e infraestructura: “¿Ayuda humanitaria a Gaza? No se encenderá ningún interruptor eléctrico, no se abrirá ninguna fuente de agua ni entrará ningún camión de combustible hasta que los secuestrados israelíes sean devueltos a casa. Humanitario por humanitario. Y nadie nos predicará sobre moral.

También le ordenó presentar, en términos de 1 mes, un reporte a la CIJ sobre las medidas adoptadas para cumplir con esta orden.

Estas medidas no significan que se haya concluído que Israel es responsable de haber cometido genocidio, pues son medidas que se otorgan para proteger los derechos en riesgo mientras se llega a sentencia (que usualmente toma años).[5] De cualquier manera, Israel está legalmente obligado a acatarlas, pero, de no hacerlo, no sufrirá consecuencias.

La CIJ no tiene forma de “obligar” al cumplimiento de sus órdenes, no tiene policía ni ejército, no puede imponer sanciones. Legalmente puede pedir al Consejo de Seguridad de la ONU apoyo para ejecutar la decisión, pero se debe recalcar que aliados de Israel (incluyendo EEUU y países europeos) tienen derecho a veto en este Consejo. Días después de la orden, distintos aliados retiraron su apoyo económico a la agencia de la ONU creada para Palestina, por la presunta presencia de Hamás entre sus empleados.

Entonces, ¿de qué sirven las medidas?

Incluso si Israel no acata las medidas, la resolución desde ya es histórica: el más alto Tribunal de la ONU considera que hay un riesgo real, probable e inminente de que Israel es o pueda ser responsable de cometer genocidio contra el pueblo palestino; los aliados que están financiando la guerra podrían estar contribuyendo a un genocidio.

La ONU nació después del genocidio del pueblo judío en la segunda guerra mundial, con el objetivo de “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”.

Que sus países miembros fracasen en cumplir este objetivo sería un insulto a uno de sus principios fundantes: “la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas”.

[1] Samantha Orozco es una abogada de derechos humanos graduada de la Universidad Rafael Landívar, con una maestría en Derecho Internacional Público con especialización en Paz, Justicia y Desarrollo por la universidad de Leiden, Países Bajos. Actualmente trabaja como investigadora de DDHH en la ONG “Broken Chalk”, con sede en Ámsterdam, Países Bajos.

Javier Urízar es un abogado de derechos humanos graduado de la Universidad Rafael Landívar. Actualmente trabaja en la ONG “International Service for Human Rights”, con sede en Ginebra, Suiza. En 2023 realizó una visita de derechos humanos a Palestina.

[2] Ver página 5 de la orden de la Corte Internacional de Justicia.

[3] Guatemala tiene pendiente un caso ante la CIJ, relacionado con la frontera con Belice.

[4] La CIJ no otorgó la medida más importante para Sudáfrica: ordenar un cese al fuego (algo que ha hecho en otros casos), lo cual ha sido reportado como un reconocimiento de la legalidad de los actos de Israel. Esto es falso. La medida no se ordenó porque hay una discusión legalmente compleja al respecto. Al respecto, ver: https://www.youtube.com/watch?v=bL8CDALFgU4&ab_channel=EstudiaDerechosHumanos.

[5] Son similares a un “embargo” en un juicio civil o la prisión preventiva en un juicio penal. Las medidas no implican que la persona embargada / apresada sea responsable de lo que se le acusa; simplemente se busca asegurar que, para el momento en que llegue la sentencia, si la persona se encuentra responsable, existan condiciones que permitan cumplir la sentencia (en el caso del embargo, que exista dinero para pagar la deuda / en el caso de la prisión preventiva, que esté la persona para cumplir su condena).

Bernardo Arévalo nombra a Ligia Hernández como directora del Instituto de la Víctima

Tiempo de lectura: 4 minutos

 

El presidente destituyó a Alejandra Carrillo, quien enfrenta una sanción del gobierno de los Estados Unidos, que la considera una actora corrupta. Durante su gestión enfrentó señalamientos de corrupción que no fueron investigados por el Ministerio Público.

Por Alexander Valdéz

Tras el fallo de la Corte de Constitucionalidad (CC) que revocó la protección para Alejandra Carrillo, el presidente Bernardo Arévalo ordenó su destitución y nombró a la exdiputada Ligia Hernández como la nueva directora del Instituto de la Víctima.

La designación fue confirmada por la Secretaría de Comunicación de la Presidencia. Hernández llega a una institución que ha sido cuestionada en los últimos años por los nombramientos de familiares y amigos de jueces, magistrados y políticos con señalamientos de corrupción.

“Aunque algunos se aferran a lo viejo, a lo malo, las cosas van a cambiar aquí. Llegamos para devolverle las instituciones a la gente. Es momento de que las víctimas de violencia tengan justicia para que puedan reconstruir sus vidas”, escribió Hernández en la red X.

Hernández fungió como diputada en IX Legislatura . En las últimas elecciones generales de 2023 no participó en puestos de elección popular.

CC libró el camino para mover a Carrillo

El lunes 29 de enero , la Corte de Constitucionalidad resolvió por mayoría otorgar un recurso de apelación presentado por la Procuraduría General de la Nación (PGN) y revocó el amparo provisional que un juzgado civil había concedido a favor de la entonces directora del Instituto de la Víctima.

La resolución abrió el camino para que el presidente iniciara el proceso de destitución de Carrillo y nombrar a otra persona que considerara idónea para el puesto. El Instituto de la Víctima fue creado para brindar de forma gratuita asistencia y atención especializada a la víctima del delito, pero la gestión de la exdirectora ha sido cuestionada por los contratos de trabajo entregados a familiares de magistrados y políticos.

Conoce más detalles acá:

CC revoca protección a Alejandra Carrillo y abre camino para destituirla

La PGN accionó contra el amparo provisional que había concedido el Juzgado Quinto Civil a cargo de Karin Sorelly Gómez Girón, una de las juezas con mayor cercanía a la exmagistrada Silvia Valdés, ya que trabajó con ella como secretaria del Juzgado Sexto del Ramo Civil donde Valdés fue jueza titular.

La protección provisional impedía que Carrillo fuera removida, pese a que su periodo había vencido en diciembre del año pasado. La justificación era que se debía crear un reglamento interno para la designación de la sustituta. Sin embargo, a criterio del apelante, la decisión de la jueza que amparó a la exdiputada no hizo un análisis lógico ni jurídico.

Protección para cercanos a Carrillo

Fuentes a lo interno del Instituto de la Víctima, informaron que al día siguiente de emitida la resolución el Instituto pidió a la CC ampliar su contenido para ganar tiempo. Con estos artilugios legales se dio espacio para que esta semana 21 trabajadores de esa entidad, todos afines a la directora saliente, presentaron una solicitud para organizar un sindicato, además de plantear un conflicto colectivo de carácter económico social contra la institución.

Por primera vez desde que el Instituto de la Víctima entró en funciones, en 2019, se creó un sindicato. El objetivo de esta acción buscaría lograr el emplazamiento de la institución para evitar que la nueva directora pueda realizar movimientos de personal como despidos o remociones.

Señalan que el interés de la esposa del diputado Felipe Alejos, es mantener control sobre las plazas de la institución.

Cuestionamientos de corrupción

La exdirectora fue señalada también por su supuesta participación en el caso Comisiones Paralelas 2020. En el 2021, Evelyn Vega denunció a Carrillo, su testimonio alcanzó a la presidenta del Organismo Judicial, Silvia Valdés y a la magistrada Vitalina Orellana, quienes habrían participado en la manipulación de la elección de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y Sala de Apelaciones, conocidas en este caso. Luego la testigo, tuvo un caso penal en su contra a solicitud de las magistradas involucradas.

La investigación que llevaba el Ministerio Público (MP) sobre 109 plazas, que podrían ser fantasmas en el Instituto, era llevada por Eduardo Pantaleón, auxiliar fiscal a quien cambiaron de puesto días después de que trascendiera la investigación. Pantaleón fue criminalizado y encarcelado bajo acusaciones como incumplimiento de deberes para otro caso.

El 12 de octubre, el MP confirmó que Carrillo no sería investigada por el caso de la supuesta adjudicación irregular del edificio en el que funciona el Instituto de la Víctima, pese a la existencia de una denuncia, documentos y chats que señalan un supuesto negocio irregular.

Incluso, el 10 de junio del 2021, la Fiscalía Contra la Corrupción allanó la sede del Instituto de la Víctima para obtener información en seguimiento a una denuncia por supuestas irregularidades en el contrato de arrendamiento del edificio. En esa diligencia el MP comunicó que se trataba de un caso por la presunta sobrevaloración del edificio donde funciona la institución.

Según la investigación que anunció el MP, en 2021, la exdiputada Carrillo se habría beneficiado con una comisión ilícita por el arrendamiento del edificio donde actualmente opera el Instituto de la Víctima.

Chats de la plataforma WhatsApp que expuso elPeriódico y que son parte de una denuncia contra Carrillo, evidenciaron cómo se hizo la negociación para conceder la adjudicación a la empresa Inversiones Herzasa S.A. por recomendación de Cristian Castañeda, amigo de Carrillo, a cambio del supuesto pago de un soborno.

Conoce más detalles acá:

MP favorece a Alejandra Carrillo y cierra caso por corrupción en su contra

 

Unión Europea sanciona a Consuelo Porras, Fredy Orellana y a fiscales del caso Semilla

Tiempo de lectura: 2 minutos

 

Las sanciones aplicadas por la Unión Europea a funcionarios del MP y el juez Fredy Orellana se originan por las constantes acciones para bloquear al partido Semilla e intentar que Bernardo Arévalo y Karin Herrera asumieran en el cargo.

Por Alexander Valdéz

La Unión Europea (UE) anunció sanciones contra la fiscal general Consuelo Porras, el secretario Ángel Pineda, y los fiscales Rafael Curruchiche y Leonor Morales, y el juez séptimo Fredy Orellana, quienes han estado a cargo de la investigación que buscó anular los resultados de la elección presidencial que ganó Bernardo Arévalo y Karin Herrera.

Según informó la UE, el Consejo decidió imponer medidas restrictivas contra los cinco funcionarios guatemaltecos por “las acciones que socavan la democracia, el Estado de derecho o la transferencia pacífica del poder en Guatemala”.

Aseguran que estas personas son responsables de socavar la democracia, el Estado de derecho y la transferencia pacífica del poder en nuestro país. Y por esa razón, ahora estarán sujetas a una congelación de activos y a los ciudadanos y empresas de la UE se les prohíbe poner fondos a su disposición; también se les restringirá el ingreso o tránsito por territorio de la UE.

De esa cuenta, no podrán ingresar a los siguientes países: Alemania, Bélgica, Croacia, Dinamarca, España, Francia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Suecia, Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Grecia, Malta, Polonia, República Checa, Austria, Chipre, Eslovenia, Finlandia, Hungría, Italia, Lituania, Portugal y Rumanía.

“Cuando viajé a la Ciudad de Guatemala lo hice sabiendo que la presencia de numerosos invitados internacionales, no sólo enviaría un fuerte mensaje de apoyo a la democracia en Guatemala, sino también una fuerte señal a los obstruccionistas de que eludir los procesos democráticos no sería tolerado por el gobierno y la comunidad internacional. La UE está dispuesta a adoptar nuevas medidas para exigir responsabilidades a los responsables”, dijo Josep Borrell, Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.

La UE añadió que está plenamente comprometida con el apoyo a la democracia en Guatemala y dispuesta a trabajar en estrecha colaboración con el nuevo gobierno del presidente Bernardo Arévalo en cuestiones clave de interés mutuo, como fortalecer el Estado de derecho.

“La decisión de hoy sigue a la adopción, del 12 de enero de 2024, de un marco específico para medidas restrictivas en apoyo de la democracia y una transferencia pacífica y ordenada del poder en Guatemala. El marco se adoptó antes de la toma de posesión del presidente democráticamente elegido Bernardo Arévalo, el 14 de enero de 2024, a la que asistió el Alto Representante Josep Borrell”, explicaron.

Una doble sanción por corrupción

La Unión Europea se sumó a Estados Unidos, que fue el primero en aplicar sanciones para funcionarios guatemaltecos que han sido señalados en actos de corrupción y que han apoyado las acciones de criminalización contra operadores de justicia, abogados, políticos de oposición, periodistas y defensores de derechos humanos.

Quienes fueron incluidos en la primera lista de la UE ya enfrentan sanciones por el gobierno estadounidense, e incluidos en la lista de actores corruptos. Es decir, dichos funcionarios ahora no solo no podrán visitar EE.UU. sino los países antes citados.

A raíz de las acciones de criminalización, actualmente más de 70 guatemaltecos están en el exilio, entre políticos, activistas, defensores de derechos humanos, operadores de justicia y periodistas.

Aquí otra nota relacionada al tema:

Estados Unidos implementa ley para sancionar penalmente a funcionarios extranjeros