Créditos: Prensa Comunitaria
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Kajkoj Máximo Ba Tiul*

 

Nuestro dirigente, líder y pensador maya Q’eqchi y poco conocido, Antonio Pop, en 1974 nos llamaba la atención con su conferencia “Réplica del indio en una disertación indígena”.  La actualidad del documento debería ser de lectura, análisis y reflexión, para quienes estamos pensando, como dijera Fausto Reinaga en una “revolución india”.

Pop decía en su momento: “En el mundo de los ladinos no solo se está poniendo de moda sino sobre todo se ha vuelto motivo de negocios, hablar, discutir, escribir, pintar, y hasta escenificar los temas de la vida indígena”.  Al mismo tiempo que decía: “Para conocer profundamente la idiosincrasia de un pueblo y hablar de él, es indispensable conocer, en el pleno sentido de la palabra, el medio más peculiar de su comunicación espiritual”.

Siguiendo estas palabras y ante la frustración que generó en muchos sectores, el esperado gabinete presentado hoy por Bernardo Arévalo, Karin Herrera y el movimiento Semilla, en un primer momento, no se podía esperar un mejor gabinete y que llenara todas las expectativas de cambio que exige el país, sobre todo por las condiciones tortuosas con la que está terminando este proceso iniciado unos meses antes de la primera vuelta electoral.

De ahí, que aunque Arévalo lo haya querido presentar como un gabinete paritario, incluyente, etc., no tiene esas condiciones, porque es un gabinete “blanco”, maniatado de entrada y producto de negociaciones, con sectores que siempre han tenido el control del país, como el CACIF, FUNDESA, AGER, FUNDACION LIBERTAD Y DESARROLLO, un sector del Ejército, Estados Unidos, y la Unión Europea, entre otros.  De esa cuenta, aunque lo quieran presentar como tal, no lo es, porque la paridad desde las políticas de la interculturalidad y de inclusión, no solo implica tener mujeres o indígenas en el gabinete, sino también es muy importante conocer y comprender la metodología que utilizaron para integrarlo.

Es un gabinete de transición, de estabilidad democrática, de concertación, diálogo y, por eso, algunos de sus miembros, difícilmente van a aguantar los cuatro años.  Por eso, se parecerá a la forma como gobernó Vinicio Cerezo con su famoso programa de concertación, las mesas de discusión que creo Arzú para distraer el proceso de paz o las mesas de diálogo de Portillo, Berger y Colom. Entonces es un gabinete híbrido.

Como gabinete de transición, tiene la función de estabilizar la democracia guatemalteca.  Y del éxito o fracaso de esta etapa, dependerán las otras etapas, que terminaría con el desmonte de este sistema corrupto e impune guatemalteco.

Atendiendo lo anterior, me atrevo a confirmar, que la decisión de los pueblos originarios de llamar a una movilización para evitar que el grupo criminal guatemalteco profundizara el golpe de Estado, no fue y léase bien, para defender a Arévalo y a Semilla, sino para restablecer la democracia burguesa y de ahí avanzar hacia la transformación o refundación de la misma democracia, sabiendo que para los pueblos cualquier tipo de democracia es dañina y de ahí el llamado a “restablecerla y profundizarla”.

De esa cuenta, nunca se pensó que este gobierno, era de “pueblos originarios”.  En las calles o plantones, nunca o por lo menos, fueron escasas las expresiones de defensa del binomio. En las calles se gritaba: “fuera corruptos, fuera consuelo, etc.” y democracia si, golpe de Estado no.

Para los pueblos indígenas en resistencia este gabinete, es de Arévalo, de Semilla y de los grupos de poder.

Si lo que se proponen es estabilizar el país, tendrán que tomar en cuenta las demandas de los pueblos y en ese sentido, deben tomar muy en cuenta otra de las consignas en las calles: “Si Arévalo se pone en contra del pueblo, también nos movilizaremos en contra de su gobierno”, este mensaje es claro y nunca se pidió en las calles que su gabinete hubiera indígenas, esto fue una demanda de los “indios permitidos”.

Entonces, para los pueblos no hay frustración, porque nuestro proyecto es para muchos años.  Y lo que queda, es que aquí en adelante se trabaje para fortalecer a las comunidades, a los pueblos y liderazgos.  Hacer un trabajo más coherente con nosotros mismos.  Y no aceptar, como ha sido, que por el hecho de ser un gobierno de transición, ajustarnos a sus normas y a sus directrices, como si solo cambiáramos de patrón.

Esperemos como transcurre el tiempo, que pasará de aquí al 14 a las 14, porque el grupo criminal sigue planeando acciones. Si al final se concreta la toma de posesión y el relevo de mando, qué pasará durante los primeros 100 días de gobierno y qué plan tendrán en definitiva.

Y mientras esto pasa, los pueblos no debemos soltar las calles.  Se debe profundizara la resistencia.

*El presente artículo forma parte de un documento más amplio que estamos escribiendo sobre este tiempo político en Guatemala.

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