Partidos, creencias y cambio de época

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Créditos: Prensa Comunitaria
Tiempo de lectura: 5 minutos

 

Por Miguel Ángel Sandoval

En mi sitio de FB ha tenido lugar una interesante discusión sobre una notita que escribí sobre el silencio de los partidos políticos ante la barbarie que está impulsando el MP en contra del partido movimiento Semilla y el silencio de gritería del resto de partidos políticos del sistema. En total unos 25 que hacen mutis. En la misma nota digo que con excepciones, pero algún irritable miembro de uno de ellos dice, ¡mi partido si se pronunció!

Hace varios años escribí un largo artículo sobre la disyuntiva nacional: democracia o barbarie. Ya sé que alguno saldrá a decir que eso es teóricamente inexacto o que es una copia de lo que hace más de un siglo había escrito Rosa Luxemburgo. Le asiste razón, y lo hago evocando a la revolucionaria alemana. Pero a lo concreto. La disyuntiva que menciono es debido a que, en la coyuntura actual, y me refiero a la coyuntura mundial, esa es la situación que existe, especialmente al ver la remontada del fascismo con todas sus variables en el mundo entero.

No me parece que haya que explicar con mucha más amplitud. Y aquí hay otro dato que merece estar presente en el análisis, si el mismo es serio. Se trata de la debacle mundial de una izquierda que no supo leer los contenidos concretos de la época actual. De ello es un muestrario enorme el que existe. Organizaciones que hicieron intentos pero que terminaron en medio del olvido muy poco tiempo después por no haber entendido que la disyuntiva era de democracia o barbarie.

Si pensamos en la década de los sesenta, la disyuntiva era capitalismo o socialismo. Y había ejemplos claros. El campo socialista crecía, Europa del este, unos países de Asia, procesos de liberación en África, convulsiones sociales en nuestro continente, huelgas masivas en países industrializados, y un largo etcétera. En la Europa capitalista, había fuertes partidos comunistas o socialistas, incluso los denominados de la nueva izquierda. Hoy en todos estos países estos partidos no existen más o se mantienen, como en conserva, como un fenómeno marginal. Salvo unos cuantos entre ellos.

El punto es que hubo un cambio de época que no supieron entender.

En el patio interno, hay algo o mucho de esto que se señala para otros países, otros procesos y otras realidades políticas. Pero el drama es que hay la negativa a darse cuenta que existe un cambio de época y que lo que era correcto hace años, hoy no lo es. Y no se trata de tirar todo por la borda, sino se trata de entender que con lo mismo no se puede hacer cosas nuevas. Esa es la más grave de las miopías. Por supuesto que no se trata de renunciar a la idea de un mundo de iguales, en donde no exista la explotación del hombre por el hombre y todo lo que sabemos. Y ello, en la época actual se puede conquistar por la vía electoral, con fuertes apoyos sociales, lo cual no es descubrir el hilo negro.

Hace muchos años, Luis Augusto Turcios Lima, comandante insurgente, decía en uno de sus escritos: “La revolución no pasa por las urnas electorales”. Se podría decir que hoy eso es algo desfasado, que no tiene el menor sentido, y muchas cosas más. Pero eso hacía referencia a un momento en donde el dato fundamental era la opción por la lucha armada en nuestro país, y no solo en el nuestro, sino que a nivel mundial. Si alguien se diera a la tarea de ver cuántos movimientos insurreccionales había en el mundo en los años 60, podría tener una idea de las razones que asistían a Turcios Lima, para proclamar esa aseveración. Hoy no es el caso. Es probable que en el continente el único país que no conoció movimientos armados haya sido Costa Rica, pero no pocos ticos fueron a otros países y esa pequeña nación fue refugio, y en su momento, base para el sandinismo y otras expresiones de otros países. Hoy las condiciones son otras y los referentes también.

Así, en el nuestro continente hay procesos progresistas, que han luchado, pero no se han planteado hacer la revolución. ¿Qué significa esto? A mi juicio que han entendido las posibilidades de la época actual. Es el caso de Lula en Brasil, de Mujica en Uruguay, o de otras expresiones. Se trata de revolucionarios que, si entendieron que la época nos lleva por otros cauces a esa idea del bien común, del mundo con igualdad de oportunidades, con el estado como eje de las políticas públicas de contenido social, y muchas cosas más. Por supuesto que no se me escapa que alguien con aires de indignación diga que eso es reformismo, o cosas por el estilo, pero son los parámetros de la época. Que además la utopía de justicia social y libertaria no se agota por ello, pero las sociedades no viven solo de utopías. Así funciona en la vida real.

Ahora bien, que no hayamos podido entender el cambio de época no significa que la gente este condenada a vivir siempre prisionera de la miopía de alguna izquierda, o de una forma de ser de la izquierda, o de la manera en que la izquierda guatemalteca vive este cambio de época. Dicho de otro modo y acudiendo a una figura, el agua siempre busca por donde salir, moverse, correr. Y eso es precisamente lo que ocurre en nuestro país en estos días. El movimiento semilla, es en estos tiempos y por ahora, es lo que más se parece a esa imagen del agua.

Hubo gente de muchas creencias que votó Semilla y por una agenda moderada, pequeña, aunque suficiente para desencadenar fuerzas sociales que estaban al acecho, pues no estaban dormidas ni ausentes. Quizás no estaban para entender el llamado de expresiones que no habían ganado su confianza o que les regresaban a épocas de triste recordación. Me toco participar en alguna elección y en verdad el recuerdo de la guerra no fue un atractivo para nadie. Quizás fue el mayor disuasivo para entender el mensaje de la izquierda que había participado del conflicto. Son hechos.

Ahora tenemos varios temas que hace falta resolver. La izquierda histórica necesita refundar sus partidos, replantear sus mensajes, revisar su estructura, sus métodos, pues como están en la actualidad solo un milagro podría hacer que tuvieran mejores desempeños. No escribo al tanteo. Esa visión que se queda en las viejas fórmulas o aparentes novedades, pero que le acompaña la miopía política como norma, no puede tener mejores desempeños. El caso más dramático es de unas pocas expresiones, no sé si de grupos o de personas aisladas, que ante la segunda vuelta el 20 A, llamaron al voto nulo. Mas miopía no es posible de encontrar.

Ello pues estaban en disputa una expresión moderada, progresista, que levantó la bandera anticorrupción, concitando apoyo popular, particularmente de jóvenes, al tiempo que creaba condiciones para una recuperación de la memoria histórica de nuestro país, al evocar la década democrática del 44-54. Mientras que el otro contendiente era, ahora, la expresión articulada del pacto de corruptos. Aquí asistimos al deslizamiento firme, seguro y continuo, de un partido miembro de la internacional socialista, hacia posturas conservadoras, reaccionarias. No es casual que hubiera una clara alianza con el partido de gobierno, o con agrupaciones como fundaterror, Avemilgua, y otras expresiones de derechismo rancio alineados.

De la misma manera que el silencio que se observa en estos días de persecución, judicialización o simple acoso, a una expresión progresista moderada como es Semilla. Es terrible no escuchar proclamas, o promover actividades de calle, masivas, aunque fuera pocas. O promover foros políticos, para expresar el apoyo a los que ahora, por levantar la lucha contra la corrupción son perseguidos en expresiones de barbarie política. Y no me refiero solo a las expresiones progresistas, de izquierda o revolucionarias. Incluso las expresiones que no reivindican la agenda progresista, pero si tienen un compromiso con la democracia, deberían de hacer sentir su desacuerdo con lo que ocurre en contra de un partido político, que, respetando las reglas de la democracia, encuentra que es condenado en nombre de la democracia y la ley…. Un verdadero sin sentido.

El silencio nunca fue la mejor manera de hacer política. Menos vivir apegado a fórmulas atemporales o ajenas a la vida real. Puedo estar equivocado en algunas afirmaciones que se hacen en este artículo, aunque sería interesante que el mismo sirviera para un debate franco e informado.

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