Créditos: Prensa Comunitaria
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Por Jesús Hernández

En el idioma maya k’iche’, la palabra ak’ab’al significa amanecer. Cobra sentido en el calendario maya en tanto que hace el balance del momento justo del paso de la oscuridad a la luz; es el momento del contacto con los primeros rayos del sol… Nos llega o comienza el día. Se recrea con la imagen de los animales del día y de la noche, los que cuidan y los que guían… Un mundo simbólico por el mensaje que transmite a una sociedad entera, a los cuatro pueblos que cohabitamos en este territorio: el amanecer es un paso lento.

Este amanecer es sentido de comunidad ante la mirada del cambio en el tiempo, se hila con lo que hace unos pocos días hemos conocido en los distintos medios de comunicación: el balance de los primeros 100 días del gobierno y las principales acciones realizadas a favor de la sociedad guatemalteca. Parece que lo urgente es la seguridad y la lucha contra la corrupción, necesarias para alcanzar la justicia social, tan urgente en cada uno de los rincones de esta Nación Plurinacional. Y para ello, hay que contar con las personas idóneas, capaces y probas para tomar los distintos espacios como servidores públicos. Es decir, es la oportunidad de corregir la ruta tortuosa que dejaron algunos impresentables y alcanzar mejores condiciones de vida para la ciudadanía. Es como el paso de la oscuridad a la luz: Sirvan como ejemplo, los TikTok que usan algunos diputados y diputadas, que muestran los niveles de corrupción y abuso de poder de algunos servidores públicos. ¡Qué niveles!

Y justo con estos 100 días, también un punto de equilibrio con la “defensa a la democracia”, llamado así a lo que se conoció como el “paro nacional”, que durante más de 106 días de manifestación, expresión y resistencia de los cuatro pueblos que recrean esta Nación, hizo pensar a los distintos sectores de la sociedad sobre la importancia de respetar la “voluntad popular” expuesta en el proceso electoral. Sin duda el paso de la noche hacia el día implicó reacciones de algunos sectores a los que les gusta actuar en la oscuridad, para provocar choques e incluso incitar a la violencia para deslegitimar la defensa de la democracia.

Pero también el amanecer llega poco a poco, tiene su tiempo a veces corto y a veces muy largo y, seguramente, hay que encontrar aprendizajes que resaltan en este juego democrático de la historia:

  • El liderazgo y servicio comunitario de las autoridades comunitarias, que con distinta expresión y experiencia, es un referente de normas, decisiones y vigilancia permanente que se respeta en la región. Para ello, pienso que será suficiente que, ellos y ellas, convoquen a una magna reunión para tratar asuntos de política comunitaria. Pensamos en un Estado Plurinacional. Capacidad, autoridad y espacio lo tienen, no necesitan pedir permiso para hacerlo.

 

  • Lo anterior, ante la convocatoria del diálogo para el impulso de una agenda y política de pueblos indígenas, impulsado en la actual legislatura del Congreso. Este mecanismo tiene enormes desafíos, porque a pesar de su buena intención, habrá que esperar qué políticas incluyentes son las que se tendrá que construir.

Veremos si se aceptan las rutas que tiene el Pueblo Maya, especialmente en el occidente del país, que se han dicho de muchas formas a los sectores de poder económico y político: respeto al territorio, respeto a la autonomía, protección de las semillas, respeto a los derechos humanos y las oportunidades de desarrollo económico que han sido negadas por más de 200 años desde la fundación de la República… ¿Habrá que decirles nuevamente eso para que lo redacten a su manera? Memoria hay, plurinacionalidad también.

Como rezan los sabios ancianos: se lo decimos una vez, dos veces, tres veces… ¿Cuántas veces hay que decirles que ya es momento de incluir a los cuatro pueblos de esta gran nación? O más bien, que los cuatro pueblos, paritariamente representados, somos quienes tenemos que construir esta gran nación… pero no, se convoca al diálogo, y vamos nuevamente…

De repente se acerca el amanecer, de repente…

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