Créditos: Elmer Ponce
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La Fundación Cambia una Vida donó 50 pupitres, tres archiveros, libros y mochilas para las y los niños de la escuela de la aldea Unión Cruceña, ubicada a 5 kilómetros de la cabecera municipal de La Libertad, Petén. En abril pasado, madres y padres de familia organizaron la rifa de un chompipe con tal de recaudar fondos para comprar escritorios.

Texto y fotos por Elmer Ponce*

Con sonrisas y mucha alegría, estudiantes, personal docente, padres y madres de familia recibieron a una comitiva que viajó desde la ciudad de Guatemala para entregar un donativo a la Escuela Oficial Rural Mixta Cooperativa Unión Cruceña, ubicada a 5 kilómetros de la cabecera municipal del municipio de la Libertad, Petén.

El pasado 15 de junio, casi 3 meses después de la publicación que se viralizó en redes sociales y luego de varias conversaciones con la directora de la Fundación Cambia Una Vida, se logró coordinar la donación de 50 pupitres y tres archiveros, escritorios para los docentes, libros y mochilas para los pequeños. El mobiliario fue trasladado muy temprano ese día a la comunidad, contó Jennifer Chacón, la madre de familia que donó el chompipe que se rifó.

El profesor Eder Omar Pacay Mendoza, director del centro educativo, indicó que el pasado 9 de mayo la Dirección Departamental de Educación de Petén del Ministerio de Educación (Mineduc) optó por equiparles con 25 escritorios los cuales integraron a sus aulas luego de que se diera a conocer el caso de dicha escuela a través de medios de comunicación y de las redes sociales.

Esto se sumó a los cinco escritorios que compraron las madres de familia que con esfuerzo realizaron una rifa donde el premio mayor fue un chompipe donado por la madre de familia Jenifer Chacón Bracamonte, promotora de esta iniciativa.

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En Petén, madres de familia rifan chompipe para comprar escritorios

Carlos Vásquez, de dicha Fundación, señaló que se enteraron de la situación de la escuela por medio de una noticia por lo que decidieron apoyarlos. Nos dedicamos a poner un granito de arena en muchos lugares, escuelas donde lo necesitan, ahorita estamos viendo las carencias, estamos aquí tratando de ayudar y hacer un mejor futuro para nuestra niñez, que son ellos los que importan, puntualizó.

Por su parte Chacón Bracamonte, promotora de la rifa del chompipe, agradeció el apoyo que recibieron de la Fundación, “lo agradezco de todo corazón, nuestra escuelita es pequeña y en mal estado, tengo sentimientos encontrados pero no de tristeza, si no de alegría, soy honesta cargo el corazón acelerado pero de felicidad”, indicó.

Según dijo, hasta el día de la entrega de la donación había personas que estaban escépticas sobre si llegarían a la aldea a darles lo prometido, “y dije sí, yo confió en Dios, yo sé que ellos van a venir les dije y cuando vi el camión me sentí tan contenta porque dije ya se logró”.

Las gestiones, dijo Chacón, se realizaron con el apoyo de Carmen Campollo, quien fue la que estuvo comunicándose con ella para lograr este donativo.

La comunidad Unión Cruceña tiene aproximadamente 200 habitantes, muchos se dedican a la agricultura y otras actividades con tal de llevar sustento a sus hogares. Su capacidad económica es limitada y el trabajo que realizan es solo para “irla pasando” según una madre de familia, quien con el delantal puesto le daba vuelta a una gallina que prepararon para darles a sus invitados en muestra de agradecimiento por la donación realizada.

Una escuela con muchas necesidades

La necesidad más urgente de la escuela de la Unión Cruceña fue la de los escritorios, luego de que los alumnos retornaran a la modalidad presencial tras dos años de estudiar de manera híbrida por la situación de la COVID-19. Esto reveló las carencias de la educación y del establecimiento que pertenece al sector público, por la falta de escritorios, aulas, libros y personal docente.

El profesor Eder Pacay tiene a su cargo 15 estudiantes que reciben clases bajo los árboles de marañón que se encuentran a un costado de la escuela, debido a que no cuentan con un espacio adecuado.

En su aula, a un lado se encuentra la maestra que atiende tres grados, 1º. 2do.  y 3ro. primaria y en otro se encuentra la maestra de preprimaria, eso lo ubica en el centro, en un aula de 3 metros de ancho y aproximadamente seis de largo, sin división, únicamente separa el cuarto una pared de plywood, por lo que es imposible para él poder trabajar porque los tres se interrumpen al hablar.

A esto se suman las condiciones climáticas. En el departamento de Petén la temperaturas oscilan entre los 38 a 40 grados, lo que hace insoportable estar en un aula con techo de lámina de zinc de baja calidad.

Es por ello que los maestros se ven en la necesidad de dar clases bajo los árboles, con una pequeña pizarra deteriorada. Al preguntar a uno de los estudiantes sobre esa situación explicó que “es muy chiquita el aula y no se entiende nada cuando los tres maestros hablan, y el calor es muy fuerte, es mejor aquí, hay menos calor y escuchamos mejor”.

La cocina donde las madres se encargan de hacer la refacción para los niños es muy pequeña, apenas permite que tres madres de familia puedan trabajar de manera ordenada. La altura es de dos metros y medio aproximadamente, fue construida por un grupo de seminaristas en 2015 ante la necesidad en el lugar.

A pocos metros está la letrina que tampoco reúne las condiciones para la atención de los 50 niños y el personal docente que labora en este centro educativo.

Los sueños del personal docente y las madres de familia es que un tiempo no muy lejano puedan tener aulas dignas y que los niños puedan tener un lugar acorde para poder trabajar y estudiar, por lo que hacen el llamado a las autoridades correspondientes para hacer realidad ese sueño.

Según Lilia Toranzos, de la Dirección Nacional de Evaluación del Ministerio de Cultura y Educación de Argentina, una educación de calidad es “aquella que ofrece a niños y adolescentes un adecuado contexto físico para el aprendizaje, un cuerpo docente adecuadamente preparado para la tarea de enseñar, buenos materiales de estudio y de trabajo, estrategias didácticas adecuadas, entre otros”.

De acuerdo a datos de la Dirección de Planificación Educativa (DIPLAN) del Mineduc, en el país existen 49,115 centros educativos pertenecientes al sector oficial, privado, por cooperativa y municipal. De estos centros el 33% son del nivel de educación preprimaria; 40% de primaria; 17% del ciclo de educación básica y 10% de educación media, ciclo de educación diversificada.

Fundación busca aportar al cambio

La Fundación Cambia Una Vida que apoyó a la escuela de Unión Cruceña se identifica como una entidad privada sin fines de lucro, fundada en 2013 por una pareja de guatemaltecos que buscan contribuir y cambiar la situación del país. Según indicaron, gestionan ayuda y apoyo para las personas que lo necesitan, pero especialmente para proyectos relacionados con la salud y educación.

Foto: Elmer Ponce

Ellos creen que es por medio de la educación que el país puede salir adelante. Asimismo manifestaron que la ayuda que canalizan varía dependiendo de la situación y del proyecto, puede ser desde contribución en alimentos, medicinas, equipo médico, ropa, zapatos, juguetes, terapia, materiales de construcción, apoyo médico, legal, asesoría profesional, etc.

Así mismo señalaron que no reciben donaciones aleatorias, sino específicas, es decir para determinado caso y que ninguno de sus miembros recibe remuneración alguna. Cada apoyo que se recibe es debidamente direccionado y están abiertos a la fiscalización contable (y de todo tipo) por parte de los colaboradores, pues únicamente buscan apoyar y canalizar los apoyos.

*Editado por Regina Pérez

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