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Cómo ha afectado el indigenismo en Guatemala: ideas para el debate. Primera parte

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Créditos: Prensa Comunitaria.
Tiempo de lectura: 6 minutos

Kajkoj Máximo Ba Tiul[1]

¿Cuál es la verdadera intencionalidad de Giammattei al decir que expulsaría a USAID?  ¿Existe en él una suerte de frustración porque sabe que se está quedando solo? ¿Cómo se encuentra hoy la correlación de fuerzas en los grupos de poder de Guatemala? ¿Está pretendiendo que suceda un aislamiento del país y así ejecutar su nuevo proyecto contrainsurgente?

¿Por qué la noticia de su descontento contra USAID sale en el mismo momento en que le entrega a un grupo de indígenas el carnet para ser reconocidos como “sacerdotes mayas”? ¿Giammattei tiene conocimiento del significado de indigenismo para los pueblos originarios? ¿Qué grupos de poder están enojados con los pueblos indígenas y por qué? ¿Será que fue por la oposición a la creación del superministerio de ambiente, o porque los pueblos indígenas también se oponen a la privatización de los lugares que ellos llaman “prehispánicos”?

Así como analizamos el discurso presidencial sobre la “lista del zopilote”, en la que apreciábamos la continuidad de la estrategia de represión implementada por los grupos anticomunistas durante la guerra fría (1960-1996)[2]; también su discurso sobre el “indigenismo” y “multiculturalismo” merece el análisis, ya que, aunque pareciera que le provoca miedo, es todo lo contrario.

Giammattei, como parte del grupo criminal que tienen secuestrado al Estado, junto a grupos económicos, políticos, militares y religiosos, busca excusas para iniciar un modelo de represión, que podría considerase como una política contrainsurgente de nuevo cuño.

El indigenismo es una política continuada de asimilación, cooptación, e integración de los pueblos indígenas hacia el Estado. Lo que el gobierno actual realiza, incluyendo toda su política hacia los pueblos indígenas, no es nada nuevo.

La entrega de carnet a grupos considerados “guías espirituales, sacerdotes mayas o aj q’ij”, que, dicho sea de paso, es una propuesta de algunos miembros de lo que fue la Comisión de Lugares Sagrados, que nace del Acuerdo Sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, y puesto en marcha por quien fuera Ministra de Cultura, Otilia Lux. Giammattei solo lo confirma, con una carga fascista y racista.

Todo esto forma parte de la política indigenista que tienen su origen a mediados del siglo pasado, con el Congreso Indigenista de Pátzcuaro, México, en 1940, y reciclado con la política neoindigenista de 1985 más o menos, que se llamó la política multicultural e intercultural, que se fundamenta en las políticas de inclusión de corte liberal, impulsado por Charles Taylor, Ronald Dworkin, Michael Sandel, Willy Kymlicka, Michael Walzer, entre otros y ahora llevado a su máximo nivel con el actual indigenismo neoliberal.

Un error en el que han caído algunas propuestas refundacionales denominadas Estados Plurinacionales. Sobre todo las que se construyen bajo la lógica del diálogo intercultural o modelos de descolonización, decolonialidad o el modelo del Buen Vivir, como una interpretación limitada y occidental del paradigma de los pueblos originarios[3], incluyendo incluso la doctrina internacional en materia de derechos de los pueblos indígenas, que únicamente las relacionan con derechos colectivos y derechos económicos, sociales  y culturales, limitando así,  la propuesta de los pueblos originarios que va mucho más allá de los llamados Estados Plurinacionales hasta ahora reconocidos: Ecuador, Bolivia y Chile este último en discusión. Hasta el momento estas formas estatales son solo un maquillaje del Estado neoliberal extractivista.

El indigenismo nunca fue amigable con los pueblos indígenas como lo pretenden presentar algunos intelectuales supuestamente progresistas[4].  No fue pensado para apoyar o estar en sintonía con los pueblos. Sus propuestas fueron: integrar, asimilar, ladinizar. Nunca resolvió los problemas más profundos de los pueblos originarios, a pesar de algunas buenas intenciones, siguió desarrollándose el modelo colonial, como en su momento lo afirmaran quienes participaron en el encuentro de Barbados, el 30 de enero de 1971.  “El análisis que realizamos demostró que la política indigenista de los estados nacionales latinoamericanos ha fracasado tanto por acción como por omisión. Por omisión, en razón de su incapacidad para garantizar a cada grupo indígena el amparo específico que el Estado le debe y para imponer la ley sobre los frentes de expansión nacional. Por acción, debido a la naturaleza colonialista y clasista de sus políticas indigenistas.

Este fracaso arroja sobre el Estado culpabilidad directa o connivencia en muchos crímenes de genocidio y etnocidio que pudimos verificar. Estos crímenes tienden a repetirse y la culpabilidad recaerá directamente sobre el Estado”[5].

El indigenismo, como política de los Estados, consideró como objetivo resolver el “problema indígena” o el “indio como problema”. De acuerdo a la convención de Pátzcuaro, “los gobiernos contratantes acuerdan elucidar los problemas que afectan a los núcleos indígenas en sus respectivas jurisdicciones, y cooperar entre sí sobre la base del respeto mutuo de los derechos inherentes a su completa independencia para la resolución del problema indígena en América”[6].

En este congreso también se propuso el 19 de abril como “el día del indio” o “el día del aborigen”.  Fueron pocos los indígenas que asistieron al encuentro de Pátzcuaro y el caso de Guatemala, estuvieron presentes: Carlos Girón Cerna, abogado y poeta, secretario de la embajada guatemalteca y cónsul en México; y David Vela.

Su propuesta fue la “incorporación a la ciudadanía indígena por medio de la educación, de una legislación especial y, sobre todo, de la adquisición de la tierra”[7].

Otro de los invitados al congreso y que no asistió, fue Fernando Juárez Muñoz, con mucha influencia del “positivismo”[8]. Tanto Juárez Muñoz como Vela, estaban influenciados fuertemente por el momento revolucionario de 1944 y algunas de sus ideas fueron incluidas en el texto de la Constitución de 1945. Artículo 83: “Crear y mantener las instituciones o dependencias convenientes que concentran su atención sobre los problemas indígenas y garanticen de manera efectiva el empleo de los servicios del gobierno en favor de la resolución de aquellos problemas”. Esta disposición la considera como función principal del presidente de la república; artículo 137, inc. 15.[9]

Volviendo al origen del indigenismo, que lo podemos encontrar en el evento de Pátzcuaro, este acontecimiento dio origen al Instituto Indigenista Interamericano y en Guatemala se creó el Instituto Indigenista Nacional (1945), que en el acuerdo gubernativo de creación manifiesta: “Que Guatemala, en su constitución étnica confronta el problema de grupos indígenas con una cultura cuyos valores positivos deben protegerse, pero a los cuales es preciso estimular para que eleven su nivel cultural, social y económico y concurran en mejor forma a la integración de una fuerte nacionalidad y que la Constitución de la República, en el inciso 15 artículo 137, dispone la creación y mantenimiento de instituciones que concentren su atención sobre los problemas indígenas y aseguren el concurso del Estado para la pronta resolución de dichos problemas”[10]; posteriormente se creó el Seminario de Integración Social Guatemalteca (1955).

Instituciones que se encargaron de realizar investigaciones en comunidades indígenas. Se abrió el espacio para discutir a los pueblos indígenas desde la teoría del folclore y entendiéndolos como pueblos muertos, sin cultura y que lo mejor que se podría hacer es que fueran asimilados por el Estado-Nación.

Por eso los programas de alfabetización fueron en realidad programas de castellanización.  La lingüística fue a través de programas religiosos, sobre todo de cuño evangélico, impulsado por el Instituto Lingüístico de Verano que llega a Centroamérica (Guatemala y Honduras) en 1952.  La exaltación del indio fue por medio de festivales folclóricos, etc.

La política indigenista fue criticada duramente por indígenas del continente. En Guatemala, sobresalen las críticas de Antonio Pop Caal, con su discurso: “Replica del indio a una disertación ladina” y el documento anónimo: “Réquiem a los homenajes a la raza maya”[11].

Ambos documentos son un rotundo rechazo a la asimilación e integración del “indio” al Estado-Nación e incluso es una severa crítica a los estudios indigenistas. Plantean que los únicos autorizados en estudiar y decidir sobre lo que queremos somos nosotros los indígenas.

El viejo indigenismo, aunque continúan algunas de sus propuestas, fue sepultado supuestamente con el ingreso del multiculturalismo, sobre todo en la discusión del Acuerdo Sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas y programas dirigidos desde las Naciones Unidas, sobre todo del PNUD y la cooperación internacional, como el Programa Maya, financiado por el gobierno de Noruega; el Mecanismo Oxlajuj Tzikin, financiado por el gobierno de Suecia; la Cooperación Multilateral, que financió el programa Municipios Democráticos; y otros pequeños programas, como: el programa de investigación “Mayanización y Vida Cotidiana”, ejecutada por FLACSO-Guatemala, Por qué Estamos como Estamos, de CIRMA, que, desde el modelo del multiculturalismo liberal, crean una serie de instituciones que promueven lo que podríamos llamar el “neoindigenismo”.

[1] Maya Poqomchi, antropólogo, filósofo y teólogo, investigador.

[2] Kajkoj Maximo Ba Tiul, https://prensacomunitaria.org/2022/05/mensaje-claro/,  visto última vez el 31 de mayo de 2022.

[3] Hidalgo Flor, Francisco (editor), Proceso Constituyente y Buen Vivir (2007 al 2022), Universidad Central del Ecuador, Quito, 2021.

[4] https://www.youtube.com/watch?v=K0lFj9TLWvY, visto última vez el 3 de junio de 2022.

[5] Declaración de Barbados I, efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/http://www.servindi.org/pdf/Dec_Barbados_1.pdf, visto última vez el 7 de junio de 2022.

[6] Convención de Pátzcuaro, https://catedraunescodh.unam.mx, visto última vez el 7 de junio de 2022.

[7] Giraudo, Laura, Un campo indigenista transnacional y casi profesional: la apertura en Pátzcuaro (1940) de un espacio por y para los indigenistas, en La ambivalente Historia del Indigenismo, campo interamericano y trayectorias nacionales 1940-1970, Instituto de Estudios Peruanos, Perú, 2011.

[8] Ibidem.

[9] Texto de la Constitución Política de la República de Guatemala de 1945.

[10] Belaubre, Christophe, La Política de Integración Social en Guatemala a la luz del Seminario de Integración Social Guatemalteca, cademia.edu/17247549/La_política_de_integración_social_en_Guatemala_a_la_luz_del_Seminario_de_Integración Social Guatemalteca, visto última vez el 8 de junio de 2022.

[11] Bonfill Batalla, Utopia y Revolución: El Pensamiento político contemporáneo de los indios en América Latina, Editorial Nueva Imagen, México 1988.

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