Créditos: Prensa Comunitaria
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El Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) muestra un crecimiento de la migración en la última década. Las remesas enviadas por migrantes repercuten en la economía nacional y permite mejorar la vida de las personas. Por otro lado, las deportaciones no han alcanzado las cifras de 2019, antes de la pandemia.

Por Regina Pérez

La migración de personas guatemaltecas hacia Estados Unidos ha sido una de las tendencias demográficas analizadas por el Fondo de Población de Naciones Unidas en su último informe “Guatemala, un país de infinitas posibilidades” el cual señala que el flujo migratorio es constante y con una tendencia de crecimiento. Según estimaciones del organismo internacional, cada año 41 mil guatemaltecos se dirigen a ese país.

Debido a que la mayoría de personas que migra lo hace de manera irregular, sin registrarse en puestos migratorios, la migración es difícil de medir. Sin embargo, estimaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (UNDESA), señalan que el promedio de la tasa neta de migración por cada 1000 personas para el periodo de 2012 al 2021 es de 2-5, equivalente a 41 mil migrantes anuales.

De acuerdo con el último censo de población de 2018 el número promedio anual de migrantes jóvenes se incrementó 3.2 veces entre 2002 y 2018, de los cuales el 77.5 de los migrantes eran hombres. La migración de mujeres también ha aumentado de manera significativa.

Utilizando diferentes fuentes, incluyendo el Buró de Censos de Estados Unidos, el UNFPA estima que 1.9 millones de personas guatemaltecas residen en el extranjero.

En ese país, los guatemaltecos se emplean principalmente en el sector de servicios, 29. % y recursos naturales, construcción y mantenimiento 24.3 %., entre otros.

Detenciones de migrantes a la baja en los últimos dos años

Según el informe, el total de las detenciones de migrantes guatemaltecos en la frontera de Estados Unidos se ha mostrado una tendencia a la baja durante los dos últimos años. El año con mayor cantidad de detenciones fue 2021 con 279 mil 280;  En 2022 y 2023 se registraron 228 mil 592 y 213 mil 887 casos, respectivamente.

Los registros oficiales correspondientes a los últimos 8 años muestran que el número de personas retornadas de Estados Unidos y México ha sido variable, pero en general, se observa que durante los años posteriores a la pandemia, este indicador no ha superado los niveles en 2019.

La pandemia implicó una caída de la cantidad de población retornada para 2020, alcanzando su valor más bajo durante los últimos ocho años. Entre 2021 y 2022 hubo un incremento de retornados con tasas de 374 y 544 por cada 100,000 mil habitantes cuando en 2015 se registró una tasa de población retornada de 701 por cada 100 mil habitantes.

Deportaciones no superan los niveles alcanzados en 2019. Foto: Prensa Comunitaria.

Según el documento, desde temprana edad, la migración se instala como una estrategia para afrontar las adversidades, formando parte de un imaginario social asociado con la posibilidad de éxito, logro y alcance de niveles de bienestar que definen el rumbo de los planes de vida a nivel personal, familiar y comunitario.

Esto se retroalimenta sistemáticamente con la falta de respuesta del Estado en materia de política social y de desarrollo económico.

Esta migración tiene un impacto significativo en la economía del país y contribuye al bienestar de los hogares siendo un factor que eleva la probabilidad de que las personas tengan mayor acceso a educación, salud, alimentación y mejores condiciones de vida.

Actualmente representan el principal flujo de recursos del exterior hacia Guatemala, lo que repercute en el dinamismo de la economía nacional, señala el informe.

“El porcentaje que representa anualmente el volumen de remesas con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) permite dimensionar la importancia que tienen estos ingresos del exterior dentro de la economía nacional” subraya el documento.

Por ejemplo, en 2022 las remesas que se enviaron a Guatemala alcanzaron un valor cercano al de los ingresos por exportaciones y de la inversión extranjera directa, constituyendo el 93.1 % del valor agregado de ambos rubros. Esto representa el 19.1 % del PIB

Frente al escenario de la migración, el UNFPA indica que es indispensable la implementación a corto plazo de políticas públicas que promuevan la creación de empleos y salarios dignos, enfatizando la incorporación de mujeres y de los jóvenes en el mercado laboral.

Más jóvenes ingresan al mercado laboral pero no hay empleo

Uno de los rasgos distintivos de la población guatemalteca es un elevado número de personas jóvenes. Con el aumento gradual de la población en edades activas y la disminución de proporción de niñas, niños y adolescentes se ha dado inicio al periodo del dividendo demográfico, lo cual constituye una ventana de oportunidad para el impulso económico y desarrollo del país señala el UNFPA, siempre y cuando se impulsen políticas adecuadas que favorezcan la productividad y la inclusión laboral, especialmente de mujeres y jóvenes.

Foto: Prensa Comunitaria

El bono demográfico comenzó en 2017, fase en la cual más personas están en edad productiva, lo cual finalizará en 2070. Su impacto es que dos terceras partes del crecimiento económico per cápita se debe a ese factor, por el incremento del número de personas en edad de trabajar. Es por eso que el organismo llamó a invertir en capital humano.

“Tenemos que aprovechar que esas personas nuevas que entren en el mercado laboral vengan con más capacidades, es un tema clave para poder incrementar la productividad” señaló Pablo Salazar Canelos, representante del UNFPA en Guatemala.

Sin embargo, en el país existen brechas en la participación por parte de las mujeres, donde solo el 41 % de la población femenina participa en el mercado laboral.

El informe del UNFPA resalta que en 2022 ingresaron 200 mil jóvenes al mercado laboral pero el Estado guatemalteco genera menos de 20 mil empleos. “Hay una brecha, hay uno de los desacomodos en términos de generación de empleo y de estructura laboral, que produce migración y un incremento del mercado informal en la sociedad guatemalteca” señaló Salazar Canelos.

Embarazos en adolescentes

Uno de los desafíos que destaca el organismo internacional para la participación laboral de las mujeres es la fecundidad adolescente. Una de cada cinco niñas es madre en Guatemala. Esto significa que aproximadamente 2000 niñas se convierten en madres cada año.

El embarazo adolescente limita la participación laboral de las mujeres. Foto: Prensa Comunitaria

Esto implica una pérdida anual por ingresos de las mujeres, impuestos no percibidos y el gasto público en salud derivado del embarazo adolescente equivalente a 0.28 del PIB, lo que representa US$265.9 millones de dólares cada años. Cada cuatro años, los embarazos en adolescentes le cuestan a la sociedad guatemalteca más de US$ 1,000 millones.

En el reciente informe presentado por el UNFPA se analizaron tres tendencias demográficas observadas en Guatemala: la fecundidad, la mortalidad y la migración y se emitieron recomendaciones al Estado para adaptar políticas y programas de gobierno a la realidad de la población.

Algunas de las recomendaciones son revisar y diseñar políticas sectoriales tomando en cuenta los cambios demográficos; priorizar la inversión publica en capital humano e incrementar la participación de jóvenes y mujeres y la cantidad de empleo en el país.

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