Créditos: Prensa Comunitaria
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Por Kajkoj Máximo Ba Tiul[1]

En la tradición popular, cuando alguien está presagiando algo y peor si es malo, le dicen; que no “sea pájaro de mal agüero”.  En el pensamiento indígena, se relaciona con el canto de la lechuza, el búho, el tecolote, “tukur” en los idiomas mayas, en el canto del “Pich” (pájaro carpintero).  Puede ser también presagio de algo, si al caminar nos encontramos con una ardilla o una culebra, dependiendo de qué lado lo encontramos, si en la izquierda o la derecha.  El aullido de los perros o la pelea de gatos en el tejado, nuestro abuelos y abuelas decía, que “nos manifiestan algo que puede o va a pasar”.

El escenario político actual no es nada halagüeño. Los tambores de guerra del pacto golpista, aunque hayan callado un poco por la resolución de la CC, que deja claro que el cambio de gobierno debe garantizarse, estos unas horas antes de la toma de posesión o poco después, buscarán la forma de consolidar su proyecto.  Las trompetas de alerta están sonando fuerte, pero no cala en la mayoría de la población guatemalteca, sobre todo en estos tiempos cuando el consumismo impulsado por el capitalismo, llena los corazones, las cabezas y los estómagos de los guatemaltecos y del mundo global, llevándonos a una situación de amnesia total o conformismo, esperando no solo las fiestas de fin de año, sino la fiesta del 14 a las 14.

El proyecto del pacto criminal y/o pacto golpista, no solo es contra Arévalo y Semilla, es contra el pueblo guatemalteco y cómo hemos insistido muchas veces, solo el pueblo podrá detener este proyecto.  Por eso, no podemos alegrarnos.  Las autoridades indígenas, manifestaron que seguirán resistiendo en las tomas de la capital hasta el 14.  Pero después del 14, como dijera el chavo del 8 y ¿quién podrá defenderme?

No olvidemos que las resoluciones de la Corte de Constitucional, son gallo-gallina, que dejan un sabor agri-dulce. No olvidar que, ante cualquier resolución ambigua y triunfalista, el pacto criminal responde con acciones que desmovilizan, como ejecutar órdenes de captura o cualquier otra acción, porque el pacto criminal, al tener el sistema de justicia a su favor, no solo sigue con la idea de “no permitir la transición, sino no permitir que se le termine el gran negocio y eso solo lo logrará con el control absoluto del aparato del Estado”.

La situación de hoy, no es para alegrarnos, ni tampoco para ir a comernos el tamal o a tomarnos el trago de media noche, sin tener un ojo puesto en la trama política del pacto criminal.  El golpe no se ha caído, como lo pretenden hacernos creer algunos analistas, cuando nos dicen que ya casi está resuelto la toma de posesión.  O como lo afirma el binomio electo que “tomarán posesión y que gobernarán sin miedo”.

No olvidemos que el grupo criminal guatemalteco, todos de extrema derecha, no quieren perder sus privilegios, como el 50% del presupuesto general de la nación que se la juegan en corrupción, la cantidad de recursos que se juegan en el trasiego de drogas, trata de personas, tráfico de armas, que, dicho sea de paso, también trastoca los intereses dentro del ejército y la policía nacional.  Los contratos en construcción, con proyectos mal diseñados y mal construidos; como la carretera de San Cristóbal Verapaz a Chicamán, un millonario proyecto, mal construido, mal diseñado y que en poco tiempo comienza a deteriorarse.  Como le va a pasar a la autopista sacada de la manga, de Santa Cruz Verapaz a Cobán, que, dicho sea de paso, será construida por la misma empresa, sin estudios geológicos, de impacto ambiental previos, prueba de ello, es la forma como están rellenando ríos y quebradas a lo largo de la carretera.

Pero, cuando se piensa que el golpe no se instaló, porque el ejército no tuvo estuvo involucrado, es una ingenuidad.  El ejército es una de las instituciones más corruptas y criminales del Estado de Guatemala.  Y con la función que le confiere la Constitución Política, de proteger la seguridad interna y externa del país, le da toda la potestad de estar en las acciones sin quemarse.  Esto lo aprendió de la guerra y lo supieron olfatear, porque Estados Unidos, al haber nombrado a su nuevo embajador, les mandó un mensaje diciéndoles: “Ojo no se metan mucho, porque ustedes están en la mira”[2].

Entonces, aún hay peligro para que el pacto criminal o el pacto golpista, inicie una nueva estrategia para implementar nuevas formas de golpe, claro que sí.  No olvidemos que Arévalo no tiene una buena correlación de fuerza en el legislativo, la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio Público siguen respondiendo al grupo criminal.  Muchos que se colgaron de Semilla en la segunda vuelta, están en función de un “trabajito” y, eso hace que sus estructuras municipales y departamentales, sean débiles.  Además, de los tres o cuatro grupos que hay en el movimiento, como cualquier otro movimiento y que, dicho sea de paso, tendrán que ponerse de acuerdo para gobernar, comenzando con el gabinete y que ojalá no esté lleno de ex funcionarios de otros gobiernos y tanques de pensamiento de centros académicos neoliberales o con una sola clase social: “blanquitos de clase media alta”.

En fin, la única fortaleza de Arévalo, son los pueblos y para eso, seguimos insistiendo que no solo debe quedarse en reunioncitas con el dizque liderazgo que lleva años de vivir en la capital[3].  Tiene que voltear su vista a los territorios, en donde los pueblos si están disputando la tierra y el territorio contra el capitalismo y donde está la legítima resistencia.

[1] Maya Poqomchi, antropólogo, filósofo, teólogo, investigador.

[2] Con el nombramiento de Bradley, EE.UU. retoma la lucha contra el narcotráfico y la corrupción – Prensa Comunitaria, visto última vez el 22 de diciembre del 2012.

[3] Pueblos indígenas presentan propuesta a vicepresidenta electa Karin Herrera (lahora.gt), visto última vez el 22 de diciembre del 2012

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