Varias comunidades de la región de los Copones de Ixcán y la Zona Reina de Uspantán lograron limpiar una parte de la carretera Zona Paz, que quedó destruida parcialmente por grandes proporciones de tierra que se desprendieron por las intensas lluvias de la tormenta Pilar.
Por Joel Pérez
Tras el deslizamiento de grandes cantidades de tierra en un tramo de la carretera Zona Paz, a causa de las fuertes lluvias que azotaron al país a inicios de noviembre, varias comunidades de la región de los Copones de Ixcán y la Zona Reina de Uspantán, Quiché, quedaron incomunicadas.
La necesidad de comunicarse entre comunidades y viajar hacia la Zona Reina e Ixcán, llevó a que este 10 de noviembre, un grupo de transportistas de esa región tomaron acciones al respecto y con sus propios recursos comenzaron a habilitar el paso.
“Diariamente viajamos en esta carretera y si no habilitamos el paso, nadie más lo vendrá a hacer, las autoridades del CIV -Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda- brillan por su ausencia”, señaló un transportista.
Los transportistas organizados residen en diferentes aldeas de la región, tanto del municipio de Ixcán como de Uspantán, principalmente de la Zona Reina.
El deslizamiento dejó tierras, palos y piedras sobre la carretera, según se observa en las fotografías que personas de la comunidad compartieron a Prensa Comunitaria.
Ante la necesidad de habilitar el paso vehicular de forma inmediata, varios transportistas que utilizan en la ruta contrataron los servicios de una empresa que hasta las 17 horas de este viernes continuaba trabajando en el lugar para habilitar el paso.
Según indicaron “la maquinaria está cobrando 400 quetzales por cada hora de trabajo”, lo cual será reunido en efectivo y cancelado por los transportistas.
La carretera Zona Paz es un proyecto vial inconcluso en la región norte del departamento de Quiché. Su ejecución está bajo la responsabilidad de la empresa constructora Solel Boneh Internacional, misma que en su momento construyó la Franja Transversal del Norte (FTN), la cual también quedó inconclusa.
Los estragos provocados por la tormenta Pilar se dan tres años después del paso de las tormentas tropicales Eta e Iota, cuyos efectos dejaron a varias comunidades del norte del país, aisladas y afectadas, que estaban recuperándose de las pérdidas, de noviembre de 2020, condiciones a a las que se suma el impacto de la pandemia de la COVID-19.
Ahora que el panorama parece repetirse, ha sido la organización comunitaria nuevamente, la que ha liderado las acciones preventivas como las evacuaciones de viviendas, ante la ausencia de las autoridades municipales, a excepción de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) que ha llegado a algunos lugares para entregar paquetes de ayuda humanitaria.
Conoce más detalles acá:
Lluvias intensas en la Franja Transversal del Norte a tres años de las tormentas Eta e Iota
