Lluvias intensas en la Franja Transversal del Norte a tres años de las tormentas Eta e Iota

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Créditos: Cortesía
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Esta emergencia ha afectado a 168 mil 991 personas. De las cuales, 106 son damnificadas, 183 fueron evacuadas y 81 fueron albergadas. Al menos, 93 viviendas tienen riesgo de daño y 11 carreteras quedaron dañadas.

Redacción: Por Paolina Albani

Reporteo en campo: Joel Pérez, Pablo Cucul, Elías Oxom, Juan Bautista, Alva Batres, Tik Laz, Lencho Pez y Tunk Misael.

Ríos desbordados, caminos y viviendas inundadas, hundimientos en carreteras y surcos en caminos de tierra se reportaron en los territorios de Huehuetenango, Quiché, Alta Verapaz, Petén e Izabal, parte de la Franja Transversal del Norte (FTN), como algunos de los impactos de las intensas lluvias registradas en los últimos tres días, resultado de la tormenta Pilar y el ingreso de dos frentes fríos al país.

Los estragos surgen tres años después del paso de las tormentas tropicales Eta e Iota que dejaron a varias comunidades del norte del país, aisladas y desoladas, las cuales apenas estaban recuperándose de las pérdidas de noviembre de 2020, sumadas al impacto de la pandemia de la COVID-19.

Esta vez, que el panorama parece repetirse, ha sido la organización comunitaria la que ha liderado, nuevamente, las acciones preventivas como las evacuaciones de viviendas, ante la ausencia de las autoridades municipales, a excepción de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) que ha llegado a algunos lugares para entregar paquetes de ayuda humanitaria.

La advertencia y el recuento de los daños

El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) ya había advertido de la llegada de dos frentes fríos que afectarían principalmente a la FTN y al Caribe guatemalteco, el pasado 31 de octubre, y que podría tener un mayor impacto por el paso de la tormenta Pilar.

 

Las primeras lluvias, a finales de octubre, estuvieron asociadas al paso de Pilar y a los frentes fríos 1 y 2. A partir del 3 de noviembre, cuando la tormenta se alejó del Pacífico guatemalteco, las lluvias, lloviznas y nublados se asociaron al frente frío 2, explicó el vocero de la coordinadora, Giovanni Pérez.

Este lunes, la Conred registró 24 incidentes en el área norte del país como consecuencia de ese frente frío. Entre las cuales contaron 3 derrumbes, 10 deslizamientos, 2 hundimientos, 10 inundaciones especialmente en Izabal y Alta Verapaz; 1 socavamiento, 1 árbol caído, y daños a cultivos.

Esta emergencia ha afectado a 168 mil 991 personas. De las cuales, 106 son damnificadas, 183 fueron evacuadas y 81 fueron albergadas. Al menos, 93 viviendas tienen riesgo de daño y 11 carreteras quedaron dañadas.

Fuente: Conred
Fuente: Conred

Tormenta en los territorios

 En Cobán, Alta Verapaz, las lluvias iniciaron el jueves 2 de noviembre, de forma intermitente. Arreciaron en la tarde del viernes y desde entonces no ha dejado de llover, según reportaron los periodistas comunitarios.

Como resultado de las lluvias, se han desbordado algunos ríos y arroyos, entre ellos el río Chixoy, que han dejado incomunicadas a varias poblaciones de Cobán e Ixcán en el departamento de Quiché por afectaciones a la infraestructura como el hundimiento en la carretera principal que comunica a ambos departamentos, a la altura del kilómetro 70 de Cobán.

O los surcos en el suelo, en el kilómetro 80 de la ruta que conecta a las comunidades de la región de Nimlajacoc y Rocja Pasacuc. Estas rutas también quedaron bloqueadas por el deslizamiento de un cerro en el camino hacia Copal AA la Esperanza.

Los reporteros comunitarios también informaron que existiría peligro de que se perdiera la estructura del Instituto Regional y de una de las viviendas en Nimlajacoc, por la intensidad de las lluvias y el azote del viento.

En Chinajacoc, una familia fue evacuada la noche del domingo 5. Otras familias de Bella Vista fueron advertidas de dejar sus casas por las autoridades comunitarias, este lunes 6 de noviembre, ante la ausencia de las autoridades municipales.

Lo mismo ocurrió en la Zona Reina de Uspantán, Quiché. Ayer, los habitantes reportaron que el río empezó a salirse de su caudal y en el transcurso de la noche, varias familias dejaron sus viviendas.

En la madrugada de este lunes, los pobladores de la aldea Playitas Copón, de la misma zona, reportaron que el río Copón destruyó la escuela primaria del lugar y obligó a que varias familias abandonaran sus casas por la subida del río.

Los vecinos de la aldea San Benito, en Cobán, sufrieron el mismo impacto por el desbordamiento del río Las Mulas. Además, de la carretera que conduce de Cobán a Chisec.

En Nebaj y Chajul, Quiché, se registró la inundación de un barranco por la subida del río Xacbal, que también aisló a varias comunidades maya Ixil.

En la madrugada del lunes, en San Juan Ixcoy, Huehuetenango, las lluvias derribaron el único puente que conecta al centro de salud con la cabecera municipal.

Aunque las autoridades comunitarias han sugerido a la población que viven a la orilla del río, que dejen sus casas, no hay albergues a los que puedan acudir. La única alternativa ha sido refugiarse en los hogares de parientes cercanos. Autoridades del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) del lugar, señalaron que algunos vecinos se negaron a dejar sus casas.

Desde el viernes 3 de noviembre, cuando se intensificaron las lluvias, la disposición comunitaria fue hacer grupos con los hombres jóvenes de San Juan Ixcoy, para turnarse la vigilancia del pueblo, por seguridad.

En la comunidad de K’isil, el sábado pasado, evacuaron a 21 familias, cifra que luego se triplicó por la intensidad de las lluvias. Se estima que al menos 350 personas fueron sacadas de sus casas. De ellas, 200 serían niños o jóvenes.

La ruta de paso de Nub’ilwitz, en Santa Eulalia, Huehuetenango, también quedó inundada. Un policía de tránsito advirtió a los transportistas que la vía para salir al cantón Belén y a la cabecera del departamento, quedó obstaculizada por las lluvias.

En la tarde, se supo que las fuertes lluvias y vientos, y la crecida del río Morelia destruyeron el soporte central del puente colgante de Santa Eulalia, que quedó en peligro de desplomarse completamente por la corriente.

El río Tinajas en El Estor, Izabal, también creció, y aisló a varias comunidades del área sur. Se reportó que una mujer embarazada por emergencia intentó cruzar el río en un cayuco, pero tras sufrir el impacto de las lluvias, fue traslada por autoridades del municipio hacia el Hospital de Alta Verapaz.

Por otro lado, los estragos de las lluvias también derrumbaron el muro de contención de la Escuela Ana Dolores Cabrera de la colonia San Manuel en Puerto Barrios. La estructura de las aulas corre riesgo de derrumbarse de persistir las mismas condiciones climáticas.

En fin de semana pasado, en el centro de Puerto Barrios, el río Cacao se salió de su cauce e inundó la Colonia El Mitch y la Escuela Obed Cisneros, del barrio la Refinería.

La intensidad del agua también acaparó buena parte del Cementerio General del municipio, que una semana antes, se llenaba de colores y vida por el Día de Todos los Santos y los Difuntos.

En Petén, la Conred reportó una inundación súbita en el Barrio San Juan, del municipio San Benito, como consecuencia de las fuertes lluvias.

Las lluvias ya se habían instalado en el departamento desde el sábado 4 de noviembre, sobre todo el Melchor de Mencos, de acuerdo a la Conred.

Un repaso a las tormentas ETA e IOTA

Foto de Prensa Comunitaria/Entre Tormentas

A finales de 2020, las tormentas Eta e Iota azotaron el territorio centroamericano y del Caribe, y son recordadas como la segunda ocurrencia climática más potente después del paso de la tormenta Mitch, en 1998.

Eta e Iota dejaron más de 1.8 millones de damnificados, 61 muertos y un centenar de desaparecidos, 92 mil viviendas y 447 escuelas afectadas, además de Q6 mil millones de en pérdidas económicas, según la Conred.

Durante los casi dos meses que las tormentas permanecieron en el territorio norte, soltaron más de 12 pulgadas (305 milímetros) de lluvia en Guatemala, Belice y Honduras. Sin embargo, Nicaragua se llevó la peor parte con 24 pulgadas (609 milímetros), refieren los datos oficiales de la NASA.

Si se toma en cuenta que un litro de agua por metro cuadrado es el equivalente a un milímetro de lluvia, entonces, se entiende que entre Guatemala, Belice y Honduras llovieron 305 litros de agua por metro cuadrado.

Los expertos consideran que arriba de los 60 milímetros de lluvia o 60 litros de agua por metro cuadrado, es que las precipitaciones son consideradas torrenciales y de alto riesgo.

Como resultado de la afectación en los territorios predominantemente indígenas, Prensa Comunitaria documentó el impacto de las tormentas y resultó en la realización del especial periodístico llamado “Entre Tormentas”, que resalta el abandono del Estado en poblaciones con alta la vulnerabilidad climática en Petén, Quiché y Alta Verapaz.

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