Por Nicasio Claudio
Un aproximado de 200 alumnos del nivel pre primario y primario de la aldea Nueva China Tzejá, en el municipio de Ixcán, Quiché, recibe clases en diferentes instalaciones comunitarias debido a que los espacios en el predio escolar no son suficientes para la población educativa. Con esfuerzo comunitario, los padres de familia construirán una escuela sencilla con siete aulas.
Para atender a los niños y niñas, los docentes recurren a alternativas como alquilar la cocina de una iglesia y un centro de convergencia comunitario. Según Marvin Caal Ibarra, docente de la escuela, es una situación preocupante porque si la cocina se ocupa o el enfermero llega al centro de convergencia, inmediatamente deben desalojar el lugar.
Además de la carencia en infraestructura, en los pequeños salones construidos con hojas y palos se pueden observar a cuatro alumnos alrededor de cada mesita para hacer los apuntes y en temporada de invierno, las clases se dificultan, debido a que la lluvia se filtra en los techos y los salones de clase se llenan de lodo.
Según los docentes, la única escuela formal que existe en la comunidad es un salón construido por el Fondo de Inversión Social (FIS) desde hace más de 30 años y actualmente sus paredes se están deteriorando, pero ante la falta de espacios, aseguran que no tienen alternativa.
“Desde el 2009 hemos gestionado la construcción de una escuela formal con el Ministerio de Educación, pero nunca hemos sido escuchados y los pocos espacios educativos existentes en el predio escolar, han sido construidos con los recursos propios de la comunidad” relató el alcalde comunitario, Roberto Coc.
Moisés Coc Cac, presidente de padres de familia, expresó que ante el abandono del Estado y del gobierno municipal, la comunidad se ha organizado para construir con sus propios recursos una escuela sencilla de siete aulas, donde cada padre aportará quinientos quetzales y las faenas necesarias para la construcción de dicha obra.