12 de febrero 2019
Ayer 11 de febrero, se conoció una denuncia interpuesta ante la Contraloría General de Cuentas y la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) por la contratación de la viuda del difunto alcalde de la Ciudad de Guatemala, Álvaro Arzú Irigoyen, en la municipalidad. Así como por la falta de pago de impuestos de la cuñada del hijo de Arzú quien hasta el año pasado trabajó en la comuna.
Patricia Escobar fue contratada tras la muerte de Arzú con un salario mensual de Q25 mil, según el vocero de la municipalidad “para continuar con la labor que realiza todos los días en escuelas con niños en riesgo de calle”.
Según la denuncia, la esposa del actual presidente del Congreso e hijo del difunto alcalde Arzú también labora para la municipalidad.
Además, la esposa del actual alcalde Ricardo Quiñónez es sobrina del fallecido Arzú.
En la municipalidad todos los empleados y amigos del difunto alcalde continuaron en sus puestos tras su muerte.
La Corte Suprema de Justicia (CSJ) evitó que se pudiera investigar al alcalde, pese a las pruebas que fueron presentadas por el Ministerio Público en el caso “Caja de Pandora”, que destapó un foso séptico de financiamiento electoral ilícito pagado con recursos de la municipalidad, además de varias plazas fantasma, entre estas, la de la esposa del fallecido reo Byron Lima.
Al parecer, el fantasma de Arzú aún ronda la municipalidad.
¿Qué piensas de que familiares y amigos del difunto alcalde continúen con el control de la municipalidad?
¿Estás de acuerdo con el contrato que se le entregó a la viuda de Arzú en la municipalidad por Q25 mil mensuales para “continuar la labor que realizaba”?
¿Crees que con la muerte de Arzú, alguien más pueda ocupar la alcaldía o consideras que Ricardo Quiñónez, casado con una sobrina de Arzú mantendrá el control en las próximas elecciones?