Por Miguel Ángel Sandoval
Uno de los temas en la historia reciente del pueblo judío, es la tragedia sufrida en Europa, especialmente Alemania, con el auge del nazifacismo antes, y durante la segunda guerra mundial. El mundo entero apoyó a Las víctimas. Todos vieron con horror las matanzas de judíos en los campos de exterminio, y todo eso que sabemos por el trabajo de documentación realizado. Por ello la creación del estado de Israel y el de Palestina. Esto apenas en 1948.
De entonces a la fecha una historia de desencuentros entre estos dos estados, por ello las guerras en los años siguientes, particularmente en 1956, 1967, 1971, antes y después; en donde hubo participación de otros países árabes. Hoy no es el caso, y es necesario decirlo, hubo por parte de Israel una política sostenida de desconocer el acuerdo fundación de dos estados en un territorio con vecinos históricos.
Hoy la historia es otra. Asistimos a la gran paradoja; las víctimas se convirtieron en los victimarios. Se puede estar de acuerdo con el hecho que el Holocausto no es lo que existe en Palestina, especialmente en la franja de Gaza, pero no se puede ocultar que en ese territorio palestino se está cometiendo un genocidio solo comparable al holocausto. No basta que se utilicen todas las formas de propaganda para ocultar un hecho inocultable: Israel está destruyendo hasta en sus cimientos el territorio de Palestina en Gaza. Y eso se denomina genocidio.
No es casual que países como Sudáfrica hayan denunciado el genocidio de Israel, o que Brasil haya denunciado con energía el genocidio y que ahora mismo, el caso se encuentre en la corte internacional de la Haya. Son varios países que han condenado el genocidio que comente en Israel, fundado por víctimas del Holocausto, que ahora en una vuelta de la historia cometen mucho de lo que, en los años pasados, sufrió el pueblo judío.
La historia de esta paradoja se pierde en el tiempo y adquirió sin darnos cuenta ribetes bíblicos. Pero ello no es suficiente ni alcanza para ocultar lo que hoy realiza el gobierno de Israel en Gaza, territorio palestino, en donde vemos un despliegue militar desproporcionado con dos objetivos: limpieza étnica y ocupación de territorio, lo cual es sin dudar dos veces, la expresión máxima del genocidio.
Se puede invocar cualquier pretexto por los gobernantes de Israel, pero las acusaciones de muchos países, de hombres y mujeres que queremos dejar de vivir en la barbarie, deben bastar para juntar al más amplio rechazo y condena a esa política que quienes fueron víctimas ahora la impulsan con armas más modernas y sofisticadas.
¡Paz y vida para Palestina!
