Créditos: Prensa Comunitaria
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Kajkoj Máximo Ba Tiul*

Hombres y mujeres de todas las naciones que conforman este país. Estamos a una semana de ir a depositar el voto.  En nosotros está la decisión de cambiar el rumbo de nuestro país o seguir como estamos.

Es el momento de que la sangre de nuestros mártires comience a tener vida.  Que de verdad podamos resurgir de los restos y cenizas de quienes quisieron construir un país mejor.  De comenzar a pasar de la resistencia a la rebeldía.  De construir la patria para todos y todas.

Hoy los mártires de la Embajada de España, de Pambach, las Conchas, Marichaj, de Najtilabaj, Mexabaj, Panzós, Gancho Caoba, la Zona Reyna y de todo el territorio de Tezulutlán; están suspirando, hablando y contando sus experiencias cuando pasaron por aquí.

La marimba está sonando, se confunden el aroma de las candelas de arrayan, del pom y el de las hojas de pino.  Están juntando las ofrendas para ofrecérselos a los valles y montañas.

En Xucaneb, Panconsul, Panixkalera, Panquinich, La Campana, Chiwax, Wuqub Xiqin, Chu Q’unum, Qana Itzam, Paxil Kayala y en todos los lugares sagrados, sonará el tum, la chirimía y el tambor.  Danzarán los venados, las guacamayas y se confundirán con el baile de las aves, de las ardillas, de los venados, de los tepezcuintles, del jabalí.

Este 20 de agosto estará con nosotros el espíritu de nuestros antepasados, para que elijamos el mejor camino que debemos seguir, para recuperar la dignidad de los pueblos. Ellos saben que, con el voto, depende la ruta que vamos a seguir, para que comencemos a construir la nueva primavera.

PARA QUE VUELVA LA PRIMAVERA, DEPENDERA DE NUESTRO VOTO

*Maya Poqomchi, antropólogo, filósofo, teólogo, investigador.

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