Créditos: Prensa Comunitaria
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Por Fernando Espina 

Yo estaba convencido de que sería en las elecciones del 2027 cuándo las fuerzas políticas progresistas de Guatemala tendrían una posibilidad real de ganar la presidencia, después de que un nuevo fracaso en 2023 -por haber participado de forma separada- las convenciera de que la única manera de vencer al sistema sería presentarse unidos en un frente amplio progresista contra la corrupción. Sin embargo, la presión por ahogar a la democracia que ejerció el gobierno de turno y la buena campaña de Semilla, hizo que las condiciones políticas se aceleraran y que esa posibilidad se esté dando ahora.

Aunque las posibilidades son reales, Semilla tiene varios obstáculos extra que por ser una fuerza progresista – la más moderada- le complican el camino. Enumero los que me parecen más importantes:

1) Un gobierno que los ve como sus enemigos y está usando la institucionalidad pública para sacarlos de la contienda por la vía judicial. Lo cual los desgasta, los cansa y crea una atmósfera de confusión e incertidumbre alrededor de ellos y de la elección. La gente ya no sabe a quién escuchar, qué creer, ni qué hacer.

2) Una contrincante con mucho colmillo y cintura política que puso su bancada, la más grande en la actual legislatura, al servicio de la alianza de partidos políticos que gobierna Guatemala desde tiempos de Jimmy Morales. Tonto sería pensar que dicha alianza se romperá en estos momentos, en los que más unidos necesitan estar, por sentirse realmente amenazada. Para medir el peso de la alianza haga usted un ejercicio sencillo: sume los votos obtenidos para la presidencia por los partidos que tradicionalmente han votado junto con el oficialismo y tendrá un buen indicador.

3) Una sociedad sumamente conservadora que durante décadas ha sido atormentada con propaganda de las élites políticas y económicas con el fantasma del comunismo, con la amenaza a la familia tradicional y a los valores cristianos por parte de cualquier candidato que amenace el statu quo. Lo usaron exitosamente contra Sandra Torres en las últimas dos elecciones y ahora lo aplican con toda su fuerza contra Semilla, pues la UNE pasa a ser su partido.

Para superar esos obstáculos y ganar la contienda, Semilla tiene los siguientes tres caminos:

1) Continuar avanzando solos ante las adversidades, como lo han venido haciendo, alcanzando acuerdos de bajo perfil con ciertos sectores de las élites económicas y esperando que la población los acuerpe de forma voluntaria y tome como propia la lucha por salvar su partido y ganar la elección.

2) Tender puentes e involucrar en su campaña a otras expresiones políticas progresistas y a expresiones políticas conservadoras no alineadas con el actual gobierno, para sumar a sus votantes y muy posiblemente a un buen número de las personas que votaron nulo, al posicionarse Semilla como una opción con visión de país y no de intereses partidarios. Esta opción de paso sienta las bases para la consolidación del frente progresista de cara a las elecciones de 2027.

3) Tender puentes hacia los sectores más conservadores de la sociedad y bajar la cabeza ante las más duras élites económicas, pactando para garantizarles sus intereses a cambio de que: 1) Presionen al gobierno para que los deje en paz; y 2) Pongan sus recursos y maquinarias electorales a su favor el día de la elección.

Los escenarios de alianzas son complicados e implican sacrificios porque el primero ahuyenta al segundo y viceversa. Desde mi punto de vista la población estaría más cómoda y dispuesta a apoyar a Semilla en una alianza con partidos progresistas y no alineados, porque la gente ya entendió que una buena parte del problema son las élites económicas. En cambio, aliarse con las élites económicas puede garantizarles una elección pero los situaría al lado de lo que la sociedad aborrece y no quiere más. Por eso, ante lo complicado de las alianzas tampoco se descarta que Semilla decida seguir solo y por su cuenta en la contienda, para no tener deudas políticas ni compromisos que le pesen en un posible gobierno o en una futura contienda.

Yo personalmente creo que el sistema es un monstruo muy grande y poderoso al que un partido político en soledad difícilmente podrá derrotar, por eso insisto que el frente amplio progresista es necesario. Sin embargo, eso en estos momentos es decisión de Semilla, por eso les deseo mucha sabiduría y espero que hagan lo correcto, porque la ciudadanía observa sus movimientos con mucha atención y esperanza. Una esperanza que hace mucho tiempo no tenía.

 

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