Créditos: Prensa Comunitaria
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Por Miguel Ángel Sandoval

-I-

Por medio de las redes sociales, tuits, fb, conversaciones telefónicas, reuniones con amistades, se puede tener el pulso de los acontecimientos, y acaso con la lectura de un par de medios escritos que aún quedan. Sin embargo, los hechos tienen una celeridad propia de procesos políticos vivos, con gente en movimiento. En pocas palabras, lo que se escriba a las 7 am, como lo hago, puede que a las 11am ya haya cambiado por el efecto de nuevas acciones de los diferentes actores. Sirva esto como una advertencia. No obstante, hace falta hacer algunas puntualizaciones.

A pesar de todas las maniobras y los recursos invertidos, de los errores por falta de oficio y por estupidez pura y simple, el proyecto oficialista y de manera general de todos los involucrados en el pacto de corruptos, o alianza mafiosa, no prosperó. Esto es, un balotaje entre la hija del genocida y el ungido por el gobierno de turno. Es lo que todos sabemos. Para ello se eliminó los riesgos potenciales: Telma Cabrera, Roberto Arzú, Carlos Pineda, y a otros actores molestos como Aldo Dávila, Juan Francisco Solorzano Foppa.

En ese contexto, la mesa estaba servida. Sin embargo, nunca se dieron cuenta que el hartazgo de la población era muy fuerte, que la clase política o sus expresiones más rechazadas como el payaso Morales, o la hija del general, no podrían en ningún caso, captar la simpatía ciudadana, de igual manera que el incoloro Conde. Y así llegamos al 25J que, a pesar de la compra de votos, acarreo, complicidad de unos cuantos fiscales, presiones, chantajes, y todas las trampas de viejo cuño, arrojó resultados que incluso al día de hoy, tienen a esas coaliciones de la corrupción y la impunidad en estado de shock.

A partir de estos hechos demostrables, una cadena de errores que no permiten actuar como que si nada hubiera acontecido. Incluso sus operadores políticos gritan de manera destemplada por aquí por allá, pero no encuentran eco a sus actos irreflexivos hoy pintados todos, por un odio visceral la democracia, y de ningún respeto al voto popular que se expresó de forma clara el 25J. Y esto nos revela de manera muy clara lo que durante años afirmo: las elites dominantes de este país le tienen pánico a la democracia, pues esta implica que los ciudadanos tomen sus propias decisiones, que escojan el gobierno que quieren. Y eso no cabe en la mentalidad de finca y ahora, neofascista de estas elites.

Ahora, los grupos de poder a quienes el resultado del 25J con todo y sus complejidades, buscaron inicialmente desconocer los resultados, y para ello varios partidos satélites del oficialismo han intentado anular estos, y por la vía de resoluciones jurídicas entorpecerá la realización de la segunda vuelta entre los partidos UNE y Semilla, prevista para el 20 de agosto. En este contexto, una resolución de la CC, que como siempre con lenguaje sibilino, da para todas las interpretaciones posibles, pero no puede, aunque quisiera, posponer las elecciones, anularlas o cancelar la segunda vuelta. Ya la población y los sectores progresistas encontraron el sentido de las supuestas anomalías, de las reales, de las inventadas y con ello, hay férrea oposición a revisar el resultado de las elecciones y por los medios al alcance ya se habla de la segunda vuelta como algo inminente.

-II-

En el origen de este debate poselectoral hay un dato que no puede perderse de vista. Las propuestas de la vieja clase política y oligarquía anquilosada perdieron de calle las elecciones, pues ninguna de sus fórmulas alcanzo a pasar al balotaje. En ese sentido, los herederos del genocidio y nostálgicos de la guerra y el estado represivo, perdieron quedando en un 6 o 7 lugar. De igual manera, el candidato oficial, con todos los recursos públicos a su alcance, con unos 200 alcaldes cooptados y chantajeados, no pudo pasar al balotaje. Si a ello se suma el voto antisistema que representa semilla, sectores e la Une y el masivo voto nulo, se podrá entender la dimensión del fracaso electoral del denominado pacto de corruptos, que no es más que la oligarquía histórica, con aliados de ocasión como son la clase política corrupta y los modernos narcos políticos.

Precisando un poco más este razonamiento, se trata de una derrota electoral de los restos de los sectores que vienen usufructuando en estado desde la invasión del 1954, que han torpedeado desde el inicio la transición democrática iniciada en 1985 y que se negaron a impulsar los Acuerdos de Paz de 1996. Y que en otro terreno se niegan a modernizar la idea de finca y del estado patrimonial que desde siempre se ha mantenido en el país.

Los resultados de esta visión son demoledores. Guatemala es hoy, el país más pobre del continente, a pesar de riquezas naturales importantes, población laboriosa, que tiene que emigrar para sobrevivir, como resultado de un país con una estructura de riqueza que impide que lleguen a las mayorías los beneficios del crecimiento económico, que en medio de todo se puede detectar en las cifras macroeconómicas del país.  Pero una excesiva concentración de la riqueza y una mentalidad ultraconservadora, no permiten una mejor distribución del ingreso y con ello, una pobreza extendida. Es lo que explica que, incluso la teoría neoliberal del derrame sea imposible de impulsar en Guatemala. Y su correlato político son las construcciones ideológicas ultraconservadoras y neofascistas.

Mención especial merece el deterioro institucional del país durante los últimos gobiernos. La corte suprema de justicia es acaso la muestra más clara de violación al ordenamiento legal del país, pues por razones inconfesadas, tiene más de tres años a los magistrados, usurpando el cargo pues la mayoría del congreso no eligió a una nueva por las múltiples tranzas o favores que hay para ese recambio o en lugar de ese recambio. En otras palabras, la oligarquía y sus achichincles optaron por vivir fuera del estado de derecho y así manejar un país sin ley ni orden legal. Es por ello el shock que ha sido para estos el resultado electoral, pues se dan cuenta, aún si no lo creen a cabalidad, que el fin de la impunidad y del estado finquero patrimonial, toco a sus puertas.

Aún si esto no es totalmente claro en los actores que ahora deben disputar el balotaje, es lo que se encuentra en la base de esa ola de posturas o demandas o planteamientos antisistema. El hecho que el balotaje se dé entre dos partidos con aires socialdemócratas, como Semilla y a pesar de las fundadas críticas a la UNE y su líder, no hacen menor el hecho que se trata de dos planteamientos que tienen, al menos en teoría, postulados que hacen de las clases y grupos desposeídos el eje de no pocas de sus intenciones de gobierno. Y como tema que no puede faltar, es que los dos proyectos deben situar en lugar privilegiado la lucha contra la corrupción y la impunidad pues de lo contrario habrá una crisis aún más profunda.

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