Créditos: Prensa Comunitaria
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Por Miguel Ángel Sandoval

La incertidumbre se apoderó del proceso electoral guatemalteco. Nada se ha hecho conforme a lo que establece la ley, el ordenamiento del país, o el estado de derecho. Se puede decir de todas las formas posibles, pero hay una constante: todo se está haciendo fuera del marco de la ley, de la institucionalidad, de las normas más apreciadas en una democracia republicana.

Las últimas 48 horas han sido prodigas en desencuentros y mentiras institucionales, en desatinos jurídicos y en silencios acusatorios, de muchos de los actores involucrados de una forma o de otra en el proceso electoral guatemalteco, que, judicializado como esta, gradualmente deja de dar garantías a un proceso democrático.

Una de las primeras señales recibidas (me refiero a esta explosión de una crisis que venía incubándose desde hace mucho tiempo) fue un mensaje que se pretendía tranquilizador del presidente de la república, que decía, cito de memoria, que iba a cumplir con su periodo y el 14 de enero entregaba su mandato. Ello luego que el rumor nacional decía de un golpe de estado en curso y que pretendía extender el mandato de forma indefinida. Es lo que ha llevado a muchos analistas a decir que vivimos en una dictadura corporativa, amparada por el manejo abusivo de las leyes y las instituciones.

El segundo tema tiene que ver con la idea de unos cuantos partidos dependientes del ejecutivo o de eso que denominamos como el pacto de corruptos, para repetir las elecciones pues la segunda vuelta era y es impensable con opciones como la UNE y Semilla. Esto estaba fuera de los cálculos políticos del pacto de corruptos. Pretendieron empujar a fuerza al candidato del oficialismo, Conde, que nunca levantó a pesar de los múltiples esfuerzos. Los resultados hablan por sí mismos.

Y esta situación tuvo paralizado al TSE, que además de las exclusiones de varios candidatos, se hizo de la vista gorda con las campañas anticipadas de los candidatos oficialistas. Solo recordar las mega vallas en los meses previos a la convocatoria oficial, llamando a la “afiliación”, posicionando símbolos y candidatos, pero sin decir, vote por mi partido y mi candidato. La farsa más grotesca en este proceso. En pocas palabras, los partidos con plata se robaron la salida.

Finalmente hubo la demora de unos 15 largos días para sancionar las elecciones y definir lo que se había hecho en las urnas. UNE y Semilla a la segunda vuelta. Pero de manera simultánea, en un acto irreflexivo, pero sobre todo ilegal, el MP pide la cancelación del registro de semilla y un juez venal, hace una resolución que, de acuerdo con abogados consultados, es nula de pleno derecho. Es la postura del TSE. Mientras tanto, desde el ejecutivo silencio y renuncia de dos ministros. Es una crisis imposible de ocultar.

El 12 de julio vimos desfilar en cosa de horas, pronunciamientos del TSE, del MP, del juez séptimo, del Cacif, de varios partidos, de los principales involucrados y de los más diversos analistas. Las redes estuvieron dando información a todo vapor, con infinidad de videos, Tik Tok, twitter, etc. Y no podía faltar la postura del departamento de estado de EEUU y del resto de la comunidad internacional. Incluyendo, radio y TV como CNN.

Todo como parte de una especie de golpe de estado técnico, anunciado, Y preparado con tiempo, para defender la permanencia del sector que está en el poder y con las alianzas que posee. Sin embargo, todo este edificio de fraude o fraudulento, inicio su proceso de descomposición con los resultados electorales que nunca previeron que una expresión política como Semilla pasara a segunda vuelta, con resultados que sorprenden a los propios integrantes de ese partido.

Que hay en la actualidad. Salvo un golpe de estado a la antigüita, habrá segunda vuelta, pero todos los desaciertos cometidos por el MP, la CSJ, jueces, la propia CC, el TSE, deberán pasar la factura más tarde o más temprano. Los alineamientos en el bloque de poder tendrán que ser reencauchados pues no hay forma de construir nada con los parámetros actuales.  Especialmente por el manoseo de las instituciones del país, particularmente en la justicia.

Adicionalmente la aceptación por el Cacif (los dueños de la finca) de los resultados electorales, nos dicen de una relación crispada con el presidente de la república a quien muchos ven como el factor desencadenante de la crisis que vemos ante nuestros ojos en tiempo real.

Y hay los silencios que se escuchan en todo el país. Son los diputados del congreso que hacen mutis cómplice, pues si bien no son una perita en dulce, bien podrían asumir una actitud en defensa de la democracia que se cae en pedazos ante nuestros ojos, pero se limitan a ver los acontecimientos de forma vergonzante.

Amargas horas vive nuestro país, pero por suerte, la ciudadanía está dispuesta defender los resultados del 25j, y a trabajar por la preservación de la democracia que tanto nos está costando construir. En la movilización social de la ciudadanía guatemalteca reside en la actualidad el futuro de la democracia, pues las instituciones ya demostraron su incompetencia unas y el alineamiento con la corrupción otras, acaso la mayoría.

En la actualidad todo se procesa en horas, y ante ello tenemos la gran tarea pendiente: rescatar la democracia, la constitución y la paz. A eso nos debemos como ciudadanos y esa es nuestra divisa.

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