Por Héctor Silva
Un día de infamia para la prensa guatemalteca y centroamericana. Después de haber sido víctima de una persecución implacable, dirigida desde el Ministerio Público que preside Consuelo Porras, elPeriódico anunció, el 12 de mayo de 2023, que cierra todas sus operaciones. Desaparece, así, uno de los medios más relevantes del país.
La embestida final empezó el 29 de julio de 2022, cuando, por órdenes de Porras y con un caso espurio montado en tres días por el MP y la Fundación contra el Terrorismo (FCT), la policía del presidente Alejandro Giammattei detuvo a Jose Rubén Zamora, el presidente y fundador de elPeriódico.
El supuesto caso judicial contra Zamora tiene todos los ingredientes de ser una chapuza armada para cumplir un fin político, no el de hacer justicia, sino el de eliminar a un adversario. En ese caso, está más claro ahora que ha iniciado el juicio oral y público contra el periodista, los testigos de la fiscalía se contradicen, las pruebas incluyen escuchas judiciales que nunca fueron autorizadas ni sancionadas por la autoridad competente, hay evidencia que nunca fue resguardada bajo una adecuada cadena de custodia, y todo ha incluido una ofensiva legal paralela que ha impedido a Zamora tener acceso a una defensa adecuada: sus abogados también están presos.
La justicia guatemalteca, infiltrada en lo más profundo de su entraña por redes políticas criminales, tiende a simular justicia en un afán por legitimar sus actuaciones. Por eso el show, por eso las pruebas montadas, por eso los recursos económicos para querellantes particulares. Por eso la trampa mediática de intentar confundir a reporteros y opinión pública con leguleyadas y la apariencia de corrección procesal. Pero basta escarbar un poco, solo un poco, para entender que no hay nada aquí legítimo, que todo se resume en dos palabras: persecución política.
Por eso hay que repetir lo evidente: Jose Rubén Zamora está preso por su condición de periodista, de director del diario que puso a varios poderosos, incluido el presidente Giammattei, ante el espejo de sus propias miserias y corrupción. Zamora no está en Mariscal Zavala o en la Torre de Tribunales, sin abogados, porque es un empresario periodístico, como ha dicho Rafael Curruchiche, el jefe de la FECI; Zamora está ahí porque ha sido reportero y editor, periodista.
Y lo que el MP, la FCT y sus financistas pretenden hacer con Zamora y elPeriódico va más allá de lo que ya hicieron, que es meter preso al periodista y cerrar el diario; también quieren hacer de todo esto un ejemplo para que los demás periodistas de Guatemala tengan miedo, para que se queden sin el dinero que necesitan para sobrevivir y, quizá lo más importante, para criminalizar a sus fuentes de información.
¿Quiénes son responsables? Para empezar el Estado de Guatemala, que en su afán por proteger las redes criminales y de corrupción que lo pudren desde adentro, convirtió al Ministerio Público en un arma política para perseguir a quienes los desafiaron. Se ha dicho hasta la saciedad, en foros internacionales, a representantes de gobiernos que se dicen preocupados pero en realidad no hacen nada… a quien haya querido escuchar: Guatemala destruyó sus instituciones para hacer, sin obstáculos, cosas como meter preso a uno de los periodistas más relevantes del país y empujar al cierre del periódico que dirigió dos décadas.
Los criminales que pueblan las oficinas públicas del país también son culpables. Y están en todos lados. En las altas cortes, en el MP, en los tribunales, en la fuerza pública.
También son responsables los financistas de la Fundación Contra el Terrorismo, ese esperpento a medio camino entre el delirio contrainsurgente, la cobardía que se esconde tras cuentas de Twitter sin nombre y la operación paralegal que usurpa funciones al Ministerio Público. En Guatemala es secreto a voces quiénes financian a la FCT, y son, como se dice en El Salvador, los mismos de siempre: quienes nunca entendieron que el país no es su finca y siempre hallaron muy molestos esos inconvenientes de la democracia como los contrapesos al poder, la prensa independiente, el derecho al debido proceso o la independencia judicial.
El 12 de mayo de 2023, día en que elPeriódico anunció su cierre definitivo, debe de ser recordado como una fecha en que la democracia guatemalteca recibió otra puñalada en su ya moribundo rostro. Como un día en que ganaron los enemigos de esa democracia, los malos.