Pueblo K’iche de Totonicapán sepulta a cuatro migrantes fallecidos en accidente

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Créditos: Leopoldo Batz
Tiempo de lectura: 3 minutos

 

“Si hubiera trabajo y oportunidades en nuestro pueblo él no hubiera viajado y estuviera entre nosotros. No podía sostener a su familia con los 30 quetzales que ganaba a diario”, dijo Florencio Baten.

Por Leopoldo Batz

La tarde del martes, 21 de febrero de 2023, el pueblo K’iche de Totonicapán dio sepultura a los cuerpos de cuatro de 11 jóvenes migrantes que murieron el 7 de febrero luego del accidente ocurrido en el estado de Nuevo León, México, cuando el vehículo que los llevaba hacia Estados Unidos, cayó a un río.

Foto: Leopoldo Batz

Los cuatro regresaron a su natal Totonicapán y fueron velados en distintas comunidades de Momostenango y San Francisco El Alto.

Jennifer Batz Cuyuch, de 20 años, viuda de Cender Baten Argueta y madre de dos niños, recibió el ataúd, junto a su familia.

En una entrevista previa a Prensa Comunitaria, Jennifer lamentaba que Cender se haya ido sin despedirse, “Quizás lo hizo para no preocuparnos o para sorprendernos con su llegada a los Estados Unidos, pero la sorpresa para nosotros fue su muerte”, dijo.

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Una caravana de vehículos seguía a la carroza fúnebre, en el viaje desde la ciudad capital. La familia de Cender y su viuda aún no podían creer lo sucedido. En su intervención, Florencio Baten, uno de sus hermanos, agradeció el apoyo de los vecinos y vecinas en estos días y pidió a los compatriotas en Estados Unidos que ayuden a la viuda y sus pequeños hijos.

Foto: Leopoldo Batz

“Si hubiera trabajo y oportunidades en nuestro pueblo él no hubiera viajado y estuviera entre nosotros. No podía sostener a su familia con los 30 quetzales que ganaba a diario”, indicó.

Decenas de personas acompañaron el féretro de Cender Baten hasta el cementerio, para darle el último adiós.

Además de Cender Baten, otros tres féretros llegaron a sus comunidades, para las honras fúnebres. Ellos eran Leonel Argueta Pelicó, Darwinson Perfecto Vicente y Fermín Oswaldo Mejía. Los primeros tres eran originarios de Momostenango y el último de San Francisco El Alto.

Foto: Leopoldo Batz

Roberto Maz, vecino de la aldea Tierra Colorada, Momostenango, intervino en el funeral de Darwinson. En nombre de la familia, en nombre de la familia agradeció la presencia de amigos y vecinos.

Eran jóvenes que anhelaban un futuro mejor, dadas las limitantes que se viven en Guatemala”, dijo. Además, destacó que “hay muchos jóvenes a los que seguramente no les dará miedo lo que ya sucedió, porque la necesidad es superior al miedo”.

Las autoridades mexicanas informaron, el pasado 7 de febrero, que 14 migrantes murieron en un accidente de tránsito, luego de que un camión cayera al canal de un río. Varios de los cuerpos quedaron en el interior del vehículo y otros sumergidos, informó la Fiscalía de Nuevo León, que investiga lo ocurrido. Siete de los 14 fallecidos eran maya K’iche’ del departamento de Totonicapán en el occidente del país. Lea más aquí:

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“No hay trabajo, la juventud no tiene de donde echar mano y por eso piensan en un mejor futuro en otro país, pero muchos encuentran la muerte, como le ocurrió a Domingo Itzep”, dijo  Paulino Chanchavac un vecino del lugar sobre una de las víctimas del accidente. Lea más aquí:

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