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Este año la movilización de miles de personas en defensa de la democracia mostró la dinámica del sistema de autoridad comunal de Totonicapán. La población de este territorio es la base de una forma de organización que se oxigena y renueva cada año con el cambio de autoridades, para atender el llamado de vocación de servicio comunitario que ha existido por más de 200 años.

Por Shirlie Rodríguez

El rol protagónico que tomó la movilización de la población de Totonicapán llevó a mirar la forma de organización de los 48 Cantones, quienes hasta ahora mantienen un sistema de organización y de autoridad que data de más de 200 años.

Durante el paro nacional, que inicio el 2 de octubre, cientos de personas se volcaron a las jornadas de movilización al lugar conocido como Cuatro Caminos, en el kilómetro 187 de la carretera Interamericana, el centro de la resistencia del pueblo K’iche’, que se mantuvo por 20 días para exigir la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras, los fiscales Rafael Curruchiche, Cinthia Monterroso y el juez Fredy Orellana, por ser las caras más visibles en el intento de revertir los resultados de las elecciones que le dieron la victoria al binomio electo de Bernardo Arévalo y Karin Herrera, del partido Movimiento Semilla.

Sin embargo, está no ha sido la primera vez que la organización de los 48 Cantones se ha movilizado. En 2022, lograron que el Congreso de la República engavetara dos proyectos de ley: la Iniciativa No. 5239, Ley contra Actos terroristas, que buscaba facilitar más la represión de las manifestaciones y de las protestas sociales; y la Ley de Reformas al Acuerdo Gubernativo Número 5-2013, Reglamento de la Ley del Impuesto al Valor Agregado.

Hace 11 años, el 4 de octubre del 2012, el gobierno del presidente Otto Pérez Molina respondió reprimiendo una protesta por el alza a la tarifa eléctrica y las reformas que el Ministerio de Educación (Mineduc) había hecho a la carrera de magisterio. El saldo fue una masacre en la que seis personas fueron asesinadas y 34 más quedaron heridas.

En esa tradición de defensa de derechos y de movilización en temas nacionales, creció Imelda Tax, una joven madre y maestra que vive en la zona 4, en el paraje La Calera, del municipio de Totonicapán, que durante las largas jornadas en Cuatro Caminos estuvo presente desde que salía el sol hasta que se ponía.

De la movilización al sistema de autoridad comunal

Fue en ese contexto que su comunidad le propuso ser parte de la Junta Directiva del paraje La Calera.

En esa reunión en la que se elegirían a las nueve personas para ocupar los puestos de alcalde, vicealcalde, tesorero, protesorero, alguaciles y delegados, Imelda aceptó la propuesta que le hicieron, porque para ella, la decisión de participar para servir a su comunidad es una decisión que, dijo, asumiría en algún momento.

Además, en su caso, es una forma de herencia porque su padre y abuelo integraron esa misma organización de la que Imelda será parte. Por eso no es casual que una de las características más notable de los 48 Cantones se base en el servicio, sobre el que se sostiene el sistema de gobierno comunal y que se sintetiza en la frase: “El poder del pueblo está en el servicio”.

El servicio que las personas ofrecen en estas directivas es ad honorem. Consiste en atender las necesidades de su comunidad, gestionar apoyo para proyectos de infraestructura, servicios básicos, actividades deportivas o culturales y también escuchar las demandas de la población que no encuentra respuestas de sus necesidades de parte del Estado.

Foto de Leopoldo Batz

Quienes son seleccionados por la asamblea deben cumplir con algunos criterios evaluados por la misma comunidad: deben ser personas honorables, no ser problemáticos, colaborar con las actividades comunales, ser serviciales y cumplir con sus responsabilidades. Si la persona acepta es invitada a una asamblea de vecinal que los vota.

Por ese proceso pasó Imelda, para que al final fuera electa como vicealcaldesa de La Calera. Ella no se lo esperaba, relató, pero durante el momento de la elección la cantidad de votos a su favor la posicionó como la segunda persona más votada.

De esa manera, cada cantón o comunidad de Totonicapán elige a sus autoridades. Para posteriormente elegir a quienes integrarán las cinco juntas principales, incluida la Junta Directiva de los 48 Cantones.

Foto de Shirlie Rodríguez

Para Imelda ser electa significa servir a su comunidad. Es parte del compromiso que tienen en el sistema comunal de autoridades y que se fomenta desde la niñez.

Tax es madre de dos hijos, uno de cuatro y otro de siete meses, por lo que su trabajo se triplica al aceptar el cargo de vicealcaldesa, pero también es parte de la incursión que deben tener las mujeres en este tipo de espacios, comentó.

Asumir el cargo de autoridad comunal, dijo Imelda, es una gran responsabilidad, porque con el resto de actividades diarias que debe cumplir, es un esfuerzo extra el que se hace, pero al mismo tiempo considera que es en beneficio de la comunidad y mantienen la resistencia de los pueblos originarios.

Para Imelda formar parte de una directiva no es la única forma de servicio, la participación en las manifestaciones y tomas de carreteras que han hecho en el transcurso de los años también es parte de la responsabilidad que tienen como población de Totonicapán.

La organización comunal y la legitimidad de sus autoridades

La organización comunitaria de Totonicapán tiene más de 200 años de existencia. Para entender su dinámica consultamos a Pedro Ixchiu García, quien en 2000, fue presidente de la Junta Directiva de los 48 Cantones, y además es un abogado que se especializa en el pluralismo jurídico.

El surgimiento de la organización de los 48 Cantones es previo a la conformación de una República independiente a la Corona Española, en donde los pueblos originarios ya existían y de ahí radica la riqueza de legitimidad de esta agrupación comunitaria.

Hace 202 años, Atanasio Tzul y Lucas Aguilar lideraron el levantamiento indígena en contra de la Corona Española por la continuidad del cobro de impuestos. Comunidades de San Miguel Totonicapán y San Francisco el Alto se manifestaron en rechazo al cobro injusto para los pueblos indígenas.

Después de esto llegó “La Independencia” de Guatemala, un hecho histórico que en el portal de 48 Cantones es descrito como una forma de dejar de pagar impuestos a los españoles, pero continuar haciéndolo a los criollos y cobrándoles de forma injusta a la población indígena.

Foto de Leopoldo Batz

Para Ixchiu la legitimidad de esta organización radica en la antigüedad que tienen y en la respuesta que dan a las necesidades de la población que el Estado ha olvidado atender, como expresión de racismo y clasismo en la que se formó la República de Guatemala.

“El pueblo indígena ha generado su propio nivel. Esta forma de organización hace que los pueblos originarios atendamos a nuestro sistema de autoridades y en casos como este para que se convierta en una fuerza social”, agregó.

Desde ese proceso de Independencia en el país, en Totonicapán empiezan a organizarse y ahí es que cuando cobra vida los 48 Cantones.

Por su parte, Luis Pacheco, el presidente de la Junta Directiva, que entregará el cargo el 1 de enero, explicó que ellos no actúan de forma individual, sino bajo los consensos de la asamblea y las diferentes organizaciones dentro de 48 Cantones. Él es, dijo, un representante que cada año cambia con la directiva.

Sobre el tema, Diego Vásquez Monterroso, un arqueólogo que ha estudiado las formas de organización territorial en comunidades mayas de Guatemala, sostiene que “las autoridades indígenas se deben a comunidades específicas, tienen mandos rotativos y son elegidos mediante asambleas, por toda una vida recta, o por tener el «don» de poder dirigir a la comunidad. En todos los casos, no significa que ellos decidan unipersonalmente, y las decisiones deben ser validadas a través de la comunidad, es decir que son colectivas”.

La definición, dice Monterroso, es necesaria para comprender que autoridades y líderes, no son dos formas equivalentes.

Mientras que para el sociólogo Daniel Cayax, la respuesta a la autoridad de 48 Cantones tiene legitimidad porque fue la respuesta al abandono del Estado de Guatemala hacia la población indígena, sus necesidades y la exclusión de los pueblos originarios como parte del gobierno.

Conoce más detalles acá:

Totonicapán elige Junta Directiva de 48 Cantones

Respaldan las movilizaciones y acciones en defensa de los derechos colectivos

El paro nacional que inicio el 2 de octubre tuvo la respuesta de miles de personas tanto de Totonicapán como de todo el país. Desde el primer día, la demanda central era, y sigue siendo después de más de 60 días, que la fiscal general Consuelo Porras renunciara, también los fiscales Curruchiche, Monterroso y el juez Orellana.

Durante 20 días prácticamente paralizaron el país; a esa inédita movilización se sumaron más pueblos, barrios y organizaciones en defensa de la democracia.

En el caso de Totonicapán, el servicio comunal consiste en atender las convocatorias para manifestaciones, pero también implica, entre otras responsabilidades, formar parte del sistema de autoridad.

Por esos días de octubre, salir a recorrer las carreteras o las calles de las ciudades o comunidades era constatar en la práctica lo que la organización comunal hace cotidianamente.

En el arriate central de la carretera en la ruta de la aldea Vásquez, en el kilómetro 174 de la ruta Interamericana, decenas de personas aprovecharon, en una de las largas jornadas de protesta, para descansar después de varios días de mantener el apoyo a la movilización.

Un grupo de mujeres prepara su desayuno, busca agua caliente para disolver sopas instantáneas y en termos llevan café caliente para el frio que suele hacer en esta región de Guatemala, porque en los puntos más altos la altura sobre el nivel del mar sobrepasa los 3000 metros.

Foto de Prensa Comunitaria

Ese día, bromean entre ellas y ríen mientras comparten la comida. Las demás personas alrededor también se preparan para alimentarse, sacan tamalitos de masa, que aderezan con chirmol y sal; y los complementan con café o atoles. En el micrófono la voz de los tertuleros de la comunidad (persona que fomenta la práctica y enseñanza de las tradiciones; también conducen actividades sociales), se amplifica para informar que darán un tiempo sin intervenciones para que las personas tomen sus “sagrados alimentos”.

Al menos cinco puestos de comida y tortillas se improvisaron en el lugar para vender alimentos a quienes acuerpaban la manifestación. Las mujeres colocaron estufas que funcionan con leña y ahí cocinaron huevos, frijoles, hierbas y algunos recados. Los platos cuestan entre Q25 y Q30.

Lucía Ordoñez, originaria de Nimasac, otro de los cantones de Totonicapán, contó que participó en la manifestación desde el lunes 2 de octubre. El domingo previo se levantó a las 4 de la mañana para preparar alimentos junto a sus cuñadas y su papá, hizo suficiente como para compartir con más vecinos y personas que llegarían al lugar.

Relató que al inicio pensó que la protesta duraría un día, pero al percatarse que no había respuesta sobre la renuncia de Consuelo Porras, entendió que la resistencia duraría más.

Para asistir a las movilizaciones, Lucía dejó a sus hijos con su mamá y ella es la que los cuida mientras se acompaña de sus cuñadas para atender el llamado de la autoridad indígena y en defensa de la democracia.

“Estamos sobreviviendo con tamal y sal pero todavía aguantamos y estamos apoyando a nuestras autoridades por el futuro de nuestros hijos. Si dejamos pasar esto, si nadie pelea por esto ¿qué nos espera más adelante?”, dijo Luciana Tzunún, una enfermera que acompaña a sus primas en esta manifestación.

Tzunún explicó que durante los primeros días de la manifestación le tocó ir a trabajar a Xela y las personas de la localidad la dejaron pasar sin ningún problema para que llegara a su lugar de trabajo.

Verónica Velásquez y Yolanda Vásquez, también son familiares y se mantienen juntas para continuar en la resistencia en la que permanecieron varias semanas.

Foto de Shirlie Rodríguez

Ellas no durmieron en los puntos de resistencia. Fueron las autoridades de cada comunidad quienes se intercalaron para mantener las tomas y la vigilancia. Ellas regresan a sus casas por la noche para abastecerse de alimentos y bebidas y se incorporaron en las madrugadas para mantener la manifestación.

Las cuatro jóvenes dijeron que la población de Totonicapán, que permanecieron en esta manifestación pacífica no apoyó a algún partido, permanecieron por la convicción y respeto que mantienen a la organización de los 48 Cantones.

Para Pedro Ixchiu, la decisión de salir a las calles tomó varias semanas, porque las comisiones como de agua, de educación, de recursos naturales, de baños fueron las encargadas de informar a toda la población sobre la coyuntura del país y así entender el contexto de la manifestación: hay un problema con la democracia de Guatemala y necesita ser corregida. “Se manda obedeciendo, se manda con el ejemplo”, agregó.

La población de Totonicapán reconoce que buscan un mejor país, en defensa de la democracia de un Estado que los ha invisibilizado como pueblos originarios y les limitan el acceso a la educación y a la vida digna; aun así esperan un feliz término con las movilizaciones.

“La narrativa que cobró esta manifestación solo se fortaleció con el paso de los días. Las personas en los distintos territorios vieron la resistencia del pueblo de Totonicapán y se preguntaron por qué no eran parte del mismo movimiento si es la democracia del país lo que defienden”, dijo Ixchiu.

El abogado considera legítimo el levantamiento de los diferentes puntos, quienes además de estar cansados de la corrupción y de los abusos de poder de funcionarios, quisieron hacer comunidad y unir de nuevo ese tejido social que se ha mantenido roto por años.

El expresidente de los 48 Cantones señaló la importancia de reconocer que esta etapa de la historia no tiene precedentes, porque los pueblos indígenas están siendo protagonistas y demandando un cambio para el pueblo de Guatemala. “Es impresionante ver las acciones y gestos de solidaridad citadina y es un elemento propicio para poder entendernos, conocernos y provocar la unidad nacional”, agregó.

En la segunda semana de noviembre, se eligió a las nuevas autoridades de las directivas comunales y las principales para que asuman el cargo el 1 de enero.

Imelda iniciará el 2024 con la responsabilidad de representar al sector de La Calera, pero también en asamblea mantienen el compromiso por defender la democracia, que es una de las luchas que se sostiene para el próximo año.

Ella sabe que será un año desafiante, pero su motivación es mantener el legado familiar de servicio a la comunidad. Además, concluye diciendo que a sus hijos les enseñará el significado de la resistencia y lucha que mantienen como territorio.

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