El alcalde indígena de Sololá está a un mes de finalizar los dos años en el cargo. El último mes cambió sus actividades diarias para encabezar la defensa de la democracia. Sin embargo, está acuerpado no solo por la población sino también por los alcaldes y alcaldesas comunitarias de una organización que desde la colonia tiene una larga tradición de organización y resistencia.
Por Isela Espinoza*
Al filo de la tarde del lunes 30 de octubre, el día 29 de las manifestaciones pacíficas, un hombre de origen Kaqchikel toma la palabra para moderar las intervenciones de la población presente frente a la sede central del Ministerio Público (MP) en el barrio Gerona, en la zona 1 de la capital.
En un escenario improvisado, la ciudadanía se expresa en contra de los funcionarios que atentan contra la democracia del país. La acción que culminó con esta movilización fue el 30 de septiembre cuando la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) de Rafael Curruchiche secuestró y sustrajo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) el material electoral original de la primera vuelta celebrada el pasado 25 de junio.
Hace dos años, específicamente en noviembre de 2021, la convicción de defender los intereses de su pueblo llevó a Misrahí Xoquic a ser electo por su comunidad para participar por la Alcaldía Indígena de Sololá. El 28 de noviembre de ese año, las 83 comunidades de 14 aldeas que conforman el municipio salieron en una participación masiva a elegir a las nuevas autoridades de la Alcaldía Indígena de Sololá.
Yerbabuena, la comunidad a la que pertenece, fue la primera en darle la confianza con el voto y quien lo postuló para el cargo de alcalde indígena. Con su vida privada prefiere ser reservado, pero reitera que antes de llegar al puesto máximo siempre sirvió a su caserío en comités y luego como alcalde comunitario.
La noche del 28 de noviembre de 2021, bombas y luces artificiales anunciaban que Misrahí Xoquic había ganado la alcaldía indígena integrada por otras 12 personas que asumieron los cargos de vicealcalde, síndico, secretario, tesorero y ocho concejales.
En el departamento de Sololá conviven los pueblos Kaqchikel, Tz’utujil y K’iche’. De ahí la diferencia de su vestimenta y su organización indígena. Mientras que Xoquic usa los colores oscuros reflejados en el saco café y negro con lunares blanquecinos y sombrero negro, los Tz’utujil, por ejemplo, usan pantalones cortos y camisas bordadas llenas de color y símbolos.
La sobriedad de los trajes tradicionales utilizados por los hombres del municipio de Sololá, incluye una camisa y pantalón en el que destaca el fondo rojo con hilos verdes, amarillos, azules y morados. Ambos son realizados en telares al igual que las prendas que portan las mujeres. El traje de los hombres se remata con un trozo de tela también obscuro que se coloca en torno a la cintura sobre el pantalón. Pero la tendencia los ha llevado a utilizar diariamente pantalones de jeans o de vestir. Un sombrero en las tonalidades negro, gris o café y un morral complementa la vestimenta.
Frente al plantón del MP, Xoquic se diferencia de las demás autoridades indígenas y pobladores por su ropa y su vara edil que, aunque parecen ser igual, todas guardan una historia y simbolismo. Pero el significado es el mismo: autoridad y poder que la población les ha delegado.
La vara edil que porta Xoquic posee cuatro colores: rojo (representa la sangre), amarillo (el sol), blanco (pureza y el aire) y el negro (obscuridad, noche, muerte).
Desde hace un mes, el alcalde indígena es uno de los portavoces de las demandas de las comunidades del municipio de Sololá que se rigen bajo la Alcaldía Indígena: defender la democracia. Su principal exigencia es la renuncia de cuatro funcionarios que han sido los principales artífices de la judicialización del proceso electoral: Consuelo Porras, jefa del MP, los fiscales Rafael Curruchiche y Cinthia Monterroso, así como el juez séptimo Fredy Orellana.
Con firmeza, denuncia desde el escenario y a través de las redes sociales de medios de comunicación, las acciones judiciales que ponen en peligro la democracia y el cambio de Gobierno. “¿Creen que estamos ciegos o qué? Ellos creen a estas alturas que las cosas que están haciendo no las entendemos, por supuesto que entendemos lo que están tramando”, dijo desde un improvisado escenario hecho con tablas.
La voz grave y el rostro de Misrahí Xoquic, alcalde indígena de Sololá, era poco común para los habitantes de la ciudad de Guatemala. Sin embargo, desde el 2 de octubre tomó mayor protagonismo al estar presente en conferencias de prensa de autoridades ancestrales, en los diálogos con funcionarios públicos y en ocasiones como anfitrión para la población que llega al MP en Gerona.
Antes de entonar el himno nacional de Guatemala, que da como finalizado el día 29 de la resistencia, la comitiva de inquilinos de uno de los mercados de Villa Nueva agradeció a Xoquic y a las demás autoridades indígenas por liderar la defensa de la democracia y haber unido a la población del interior del país y de la ciudad.
La lucha de los pueblos originarios ha llevado a guatemaltecos asentados en la capital y otros municipios aledaños a identificarse con sus raíces mayas. “Me miran blanco, creen que soy mestizo, pero no, soy de origen Mam porque soy de Huehuetenango y me siento orgulloso de tener sangre Mam”, señaló un entusiasmado representante del mercado antes de hacer una oración por Misrahí Xoquic y su familia.
Sololá fue el último departamento en levantar la toma de carreteras al sostener la movilización una semana más, del 24 al 27 de octubre. “Gracias a Dios la estructura de la autoridad (indígena de Sololá) es bien fuerte. Ha resistido mucho en este movimiento. Fue uno de los que se mantuvo hasta el final. El resto se cansó y cedió. Pero gracias a Dios Sololá ha sido uno de los más fuertes a nivel nacional”, comentó a Prensa Comunitaria el alcalde orgulloso de su población.
Tras una tregua de tres días, el pasado 21 de octubre, los 48 Cantones de Totonicapán y otros pueblos indígenas ya no regresaron a la toma de las calles. Sin embargo, los alcaldes comunitarios de la Alcaldía Indígena de Sololá acordaron en una asamblea extender las manifestaciones y concentraciones a partir del 24 de octubre.
El vicealcalde, Esteban Toc Tzay, expresó que las movilizaciones las inició el pueblo de Sololá al ver que nadie más “tenía las agallas” de levantar la lucha contra la corrupción.
“Muchos hablaban de la corrupción. Sin embargo, nadie se animaba. Fuimos los primeros en decir: démosle y ahora todos están encima”, indicó en una conferencia de prensa el 23 de octubre cuando anunciaron el regreso a las calles.
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Un año atrás
Sololá tiene una larga tradición de resistencia y oposición a los gobiernos dictatoriales. Por eso, cuando la fiscal general del MP, Consuelo Porras, volvió a postularse para su reelección en el puesto, la Alcaldía Indígena de Sololá fue una de las primeras en pronunciarse en contra.
Misrahí Xoquic recuerda que el año pasado en Casa Presidencial entregaron un memorial que solicitaba la destitución de Porras, pero “fue muy evidente que ellos tenían un interés de mantenerla en el puesto”, declaró.
Porras fue revalidada en el cargo por el presidente Alejandro Giammattei, el 16 de mayo del 2022, a pesar de que varios sectores de la sociedad denunciaron su capacidad de frenar investigaciones de casos de corrupción que involucran a Giammattei y personas cercanas a él.
A mediados de 2021, la ciudadanía también salió a las calles para exigir su renuncia, al conocerse cómo desde el Ministerio Público se establecían patrones de persecución contra operadores de justicia, jueces y fiscales que investigaban casos de corrupción y hoy se encuentran en el exilio o en la cárcel.
Por otra parte, Sololá junto a Totonicapán se ha caracterizado por salir a las calles en defensa de las demandas de su pueblo, como pasó en el 2022, cuando un acuerdo del Ministerio de Gobernación establecía el pago de un seguro obligatorio al transporte colectivo y de carga. Después de esas manifestaciones, el acuerdo fue derogado.
Este año, las autoridades indígenas también vinieron a la ciudad, en marzo, a manifestarse en contra de los Acuerdos Gubernativos 245-2022 y 12-2023 que obligaban a emitir facturas en compras mayores a Q2 mil 500. Tras reuniones entre ellas con el superintendente de Administración Tributaria, Marco Livio Díaz Reyes, llegaron a un acuerdo y ahora están a la espera que se confirme su derogación en el diario oficial.
El inicio de la resistencia
A inicios de septiembre de 2023, la Junta Directiva de la Alcaldía Indígena de Sololá, junto a los alcaldes y alcaldesas comunitarios, transportistas y cofradías, organizó una conferencia de prensa ante las acciones judiciales que amenazaban el proceso electoral 2023 y la democracia del país.
El MP de Porras inició una investigación en contra del partido Movimiento Semilla luego del triunfo del binomio presidencial, Bernardo Arévalo y Karin Herrera en la primera vuelta de las elecciones generales 2023. El juez Fredy Orellana autorizó cancelar la personalidad jurídica de Semilla desatando una persecución judicial y allanamientos en su contra, de trabajadores, magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y ciudadanos voluntarios que participaron en las juntas electorales.
Durante la conferencia, Misrahí Xoquic, rodeado de las autoridades que integran la Alcaldía Indígena de Sololá, calificó la coyuntura nacional como “lamentable”. “Al parecer nos están ignorando como pueblos indígenas”, dijo al recordar que el 20 de agosto la población acudió a las urnas a emitir su voto para elegir al próximo presidente. Los resultados oficiales dieron la victoria a Bernardo Arévalo con el 60% de los votos válidos, es decir 2,442,718 sufragios.
“Se está manipulando todo este proceso, pero el pueblo Kaqchikel está despierto. No lo estamos haciendo por ningún partido político, sino que lo estamos haciendo por la democracia en Guatemala”, resaltó Xoquic quien al terminar su discurso fue respaldado con aplausos por parte de los alcaldes y alcaldesas comunitarios.
El momento culminante de esa conferencia, a inicios de septiembre, fue la exigencia de la renuncia de Porras, los fiscales Rafael Curruchiche, Cinthia Monterroso y el juez Orellana. “Rechazamos las decisiones, las intromisiones de manera arbitraria de los operadores de justicia que no cumplen con su deber constitucional de perseguir a los delincuentes y estarse entrometiendo en asuntos electorales donde existe un tribunal especializado en la materia electoral”, expresó el síndico, Edgar Benjamín Tuy Ixcol.
Las autoridades indígenas de Sololá advirtieron que, de no renunciar en 48 horas, se verían obligados a salir a las calles con la población. En conversación con Prensa Comunitaria, Misrahí Xoquic enfatizó que son una organización apartidaria por lo que observaron los allanamientos y estaban a la expectativa.
“Pero el 20 de agosto, la población había decidido con su sufragio elegir al nuevo presidente. Entonces ahí sí salimos en defensa de la democracia porque al parecer ellos quieren imponernos un Gobierno a su antojo”, contó el alcalde indígena al explicar que ese fue el punto de partida para unirse al paro nacional indefinido convocado por los 48 Cantones de Totonicapán y al que desde el primer día se sumó el pueblo Ixil, Poqomchi, el Parlamento Xinka, por mencionar algunos.
Pero, antes de salir a las calles también presentaron acciones jurídicas y advirtieron a la Secretaría de la Presidencia de la toma de las calles de no ser “respetada la decisión del pueblo”. “Lo que hicimos al parecer fue en vano para ellos. Entonces, debido a ello estamos hasta este extremo”, argumentó Xoquic.
Una lucha que no ha sido fácil
Con voz firme y serena, el alcalde indígena de Sololá considera que la resistencia pacífica ha avanzado a pesar de la cooptación de las instituciones del Estado. Él, al igual que otros líderes indígenas, lleva un mes al frente del plantón en el MP que inició con el llamado de un paro nacional indefinido.
“No quieren dar ninguna explicación, no quieren saber del pueblo. Ellos dicen que es solo un grupo, pero consideramos que es el pueblo de Guatemala entonces estamos al frente de esta lucha que no ha sido fácil”, comentó.
A pesar de que resaltó el apoyo de sectores de la población como los mercados, las universidades y transportistas, también recordó la criminalización e intentos de desalojos violentos por parte de infiltrados que han llegado a amenazarlos a la sede del MP con palos y piedras. Pero el respaldo de la población y los agentes de la policía que los ha resguardado los “anima” a resistir “para ganar esta lucha”.
Por otro lado, se encuentran las conversaciones con Giammattei, con la presidenta del Congreso, Shirley Rivera, representantes del MP y de la PDH que fungió como mediadora. Sin embargo, el alcalde indígena lamentó la negativa de los funcionarios públicos de promover una solución que responda a las demandas de la población y hayan olvidado que fueron electos por quienes hoy están en las calles. “No aceptan que Guatemala se ha levantado”, opinó.
Decepción es una de las palabras con las que Xoquic describe la actitud de los funcionarios que se han reunido con ellos. “Todos están en sintonía y nadie quiere hacerse responsable de las exigencias del pueblo”, afirmó.
En el punto más álgido de las protestas, con más de 150 puntos de carreteras tomadas en todo el país, el empresariado organizado en el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) acusó a los manifestantes de provocar pérdidas económicas. A pesar de haber sostenido una reunión con ellos, con la embajada de Estados Unidos como mediadora, los empresarios han preferido “blindar” a Porras antes de pronunciarse a favor de las movilizaciones en defensa de la democracia, manifestó el alcalde.
Pero, Misrahí Xoquic resaltó que ellos también han invertido y perdido dinero. “Si hablamos de pérdidas acá todos perdimos porque estamos con el objetivo de rescatar a Guatemala. Esto fue una inversión y no solo los grandes perdieron sino desde la persona más humilde que se dedica a trabajar por jornales perdieron 25 días o un mes de salario. Pero esto es porque queremos rescatar a Guatemala no queremos que el barco se hunda, sino que antes de tiempo vale la pena hacer el sacrificio”, expuso.
El portavoz del pueblo Kaqchikel de Sololá refiere que han hecho lo necesario para buscar una solución pacífica a la actual situación. “No sé qué tanto están ocultando. Pero al parecer es algo fuerte. Si se llega a lograr el objetivo, de seguro se viene para abajo toda la estructura criminal que ellos tienen y ese es el objetivo nuestro, motivo por el cual hemos resistido en conjunto con la población”, recalcó Xoquic.
A pesar de la negativa del sector privado y público de apoyar la renuncia de Consuelo Porras y otros funcionarios que atentan contra la democracia, la resistencia pacífica no solo cuenta con el apoyo de la población sino de la comunidad internacional que ya han advertido o impuesto sanciones.
Un servidor de su comunidad
Misrahí Xoquic, antes de llegar a la Alcaldía Indígena de Sololá, sirvió a su comunidad. Según comentó, aproximadamente 10 años antes fue secretario en diferentes comités en donde redactaba documentos y actas.
Luego en 2013, fue propuesto por la población de Yerbabuena para ser alcalde comunitario, ganó y ejerció durante un año que es el tiempo que dura el cargo para esta figura.
En 2019, junto a su hermano vuelve a la alcaldía comunitaria en donde ambos tuvieron un papel protagónico, recordó Xoquic. Esto impulsó su imagen.
El 28 de noviembre de 2021, las 83 comunidades que conforman el pueblo Kaqchikel de Sololá votaron para elegir al nuevo alcalde indígena 2022-2023, (dos años de gestión).
“Competí con los barrios, hubieran querido sacarme, pero no pudieron hacerlo y competí a nivel de aldea, los municipios me dieron el total respaldo y acá estamos”, indicó.
#Solola #AlcaldíaIndígena | Las 83 comunidades que conforman el pueblo Kaqchikel de Sololá, votaron para elegir al nuevo Alcalde Indígena período 2022-2023. El proceso se realizó con sus propias formas de organización, de manera democrática, libre y participativa.
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— Prensa Comunitaria Km169 (@PrensaComunitar) November 29, 2021
Además, resumió su experiencia al frente de la Alcaldía Indígena de Sololá como “muy fuerte”, pero que le ha hecho conocer las diferentes necesidades que existen en la población sololateca en la impartición de justicia. “Al parecer se ve una ciudad sin problemas, pero estando en el cargo uno se da cuenta de los problemas que existen en las comunidades, en los hogares, en las organizaciones”, expresó.
El alcalde indígena de Sololá finaliza su periodo en diciembre de este año. Expuso que el puesto es ad honorem ya que servir y atender las demandas de las comunidades que integran la Alcaldía Indígena es un honor por lo que no se recibe beneficio económico. Además, aseguró que cada alcalde comunitario y la Junta Directiva realiza su gestión acorde a las leyes de Guatemala. Según explicó, al asumir el cargo son capacitados con las leyes ordinarias y su principal base son los conocimientos de “nuestros abuelos”.
“Es un honor haber servido a Sololá”, finalizó Xoquic la conversación para tomar nuevamente su vara edil hacia su pecho mientras se encamina a los toldos que resguardan a la población de la lluvia, el frío y el calor.
El día 29 finalizó a las 6:50 de la tarde con el himno nacional de Guatemala interpretado por los manifestantes. Mientras, otros pasaban a depositar en una caja de cartón al pie del improvisado escenario, una colaboración para el alquiler del sonido que permite escuchar a la población y autoridades indígenas.
A pesar del cansancio, Misrahí Xoquic continúa atendiendo a los medios de comunicación comunitarios con el llamado a la población a unirse a las movilizaciones en defensa de la democracia.
*Para este texto se gestionó la entrevista con el alcalde indígena, Misrahí Xoquic, con el apoyo de Nuto Chavajay.