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El departamento de Sololá reúne una historia de autoridades ancestrales que han sobrevivido desde la conquista hasta el conflicto armado interno. En esta segunda entrega, Prensa Comunitaria muestra la organización, la misión y la conformación de la Alcaldía Indígena de Sololá.

Por Isela Espinoza

El murciélago bordado en el centro de la camisa y chaqueta tradicional de los sololatecos es un símbolo que marca la historia milenaria de la Alcaldía Indígena del municipio de Sololá. Según el Popol Wuj: “Hubo un grupo (los Kaqchikel) que solo se robó el fuego en medio del humo, fueron los de la casa del murciélago”.

El antropólogo guatemalteco, Carlos Fredy Ochoa, explica en el tomo II de su estudio Alcaldías Indígenas, Diez años después de su reconocimiento por el Estado que robar el fuego “tiene aquí el significado de disponer de autonomía política, y el murciélago expresa esta tradición. Este habría sido uno de los glifos emblema de autoridad en la antigua ciudad capital Kaqchikel de Iximche’, en el siglo XV”.

Además, el libro “Anales de los Kaqchikeles”, escrito cerca de 1573, también relata la historia de la autoridad indígena de Sololá y quiénes fueron sus primeros alcaldes hasta 1600: Pedro Solís (1580 -1584), Francisco Hernández Arana (1587), Juan Juárez (1570) Juan Hernández (1584 – 1585), Ambrosio de Castellano (1602), y Juan Cortez (sin fecha).

El último de ellos es Misrahí Xoquic, electo en noviembre de 2021, para un periodo de dos años (2022-2023). La vara que porta relató, tiene una historia de 122 años. Lo sabe porque en un extremo de la vara un ornamento en plata tiene grabado el nombre de Juan Cojtín, quien estuvo en el cargo en 1901. La tradición oral lo recuerda como uno de los alcaldes indígenas que sobresalió por haber aplicado la justicia maya a su propio hijo acusado de robo.

“Desde entonces tenemos registro de que la Alcaldía Indígena ha estado siempre defendiendo los derechos del pueblo Kaqchikel”, comentó Xoquic. Además del nombre grabado, la vara posee cuatro cordones de colores: rojo (representa la sangre), amarillo (el sol), blanco (pureza y el aire) y el negro (obscuridad, noche, muerte).

Las varas se transfieren al sucesor y se han mantenido como símbolo de la autoridad y rectitud por lo que para el pueblo Kaqchikel es sagrada, afirmó el alcalde indígena. En el caso de los alcaldes comunitarios al momento de asumir su cargo el antecesor le entrega cuatro varas. Una de ellas se queda en el hogar del alcalde comunitario, que se dice es la que resguarda la vivienda. Mientras, las otras tres son utilizadas en diferentes momentos.

Misrahi Xoquic dijo que una de ellas es utilizada en reuniones o asambleas de alcaldes comunitarios que se realizan cada viernes, para abordar temas de importancia para la población sololateca y sobre la coyuntura nacional.

La otra, con el cordón negro, es utilizada por el alcalde comunitario cuando hay una defunción en las aldeas ya que él se encarga de hacer las gestiones ante el centro de salud, al Registro Nacional de las Personas (RENAP) y el cementerio. Mientras, la vara con el cordón de color rojo la utilizan en manifestaciones u otros movimientos sociales.

Aunque hoy las autoridades ancestrales lideran las movilizaciones en defensa de la democracia, durante la historia reciente han pasado por momentos difíciles con el conflicto armado y la militarización. El antropólogo Carlos Fredy Ochoa argumenta en su estudio que las décadas de los 70 y 80 “marcaron un largo periodo de agresión contra la organización social comunitaria y contra las autoridades indígenas”.

Foto de la Alcaldía Indígena de Sololá, vía Facebook

Por ejemplo, desde 1975 se eliminaron en la Alcaldía Indígena de Sololá varios cargos internos, algunos ligados a la Iglesia católica. En 1985, otro de los servicios que se dejaron de prestar fue el de los alguaciles.

En los 90, cambiaron algunos de los requisitos para quienes buscan llegar a desempeñar cargos en la Alcaldía Indígena. Según la investigación de Ochoa, actualmente se pide que quienes integren la Junta Directiva no pase de 60 años, debe dominar la escritura y otros requisitos que “trazan el perfil de un hombre con un papel muy activo y práctico en sus relaciones interinstitucionales”.

Desde esa época, los miembros de la Alcaldía Indígena o Municipalidad Indígena desempeñan el cargo por dos años y los alcaldes comunitarios continúan desempeñándolo por un año.

“Con el fin del conflicto armado sobrevino un cambio favorable en las dinámicas sociales y políticas del municipio: las alcaldías comunitarias empezaron a recuperarse y la Municipalidad Indígena encabezó las reivindicaciones democráticas más importantes que han tenido lugar en Sololá, entre estas, la expulsión del destacamento militar y la recuperación de sus terrenos, que ahora son el campus de varias sedes universitarias”, se lee en el texto de Ochoa.

La integración de la alcaldía

Sololá o Tz’oloj Ya’, en el idioma Kaqchikel, significa “agua de saúco”. Su nombre identifica una de las principales riquezas del departamento: una red hidrográfica de 16 ríos que alimentan la cuenca del lago de Atitlán.

Según el XII Censo Nacional de Población, realizado en 2018, por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el departamento de Sololá tiene una población estimada en 421,583 habitantes, el 52 por ciento son mujeres (220,318).

Mientras, la población del municipio de Sololá se estima en 88,612 (42,261 son hombres y 46,351 son mujeres). El 63.95 por ciento es menor de 25 años y solamente 5 por ciento es mayor de 60 años. La estructura territorial del municipio se compone de aldeas, cantones y caseríos.

Aunque es mayoritariamente Kaqchikel (87.4%), en el municipio hay una minoría K’iche’ (6%), Tz’utujil (0.07) y Q’eqchi’ (0.06%).

En tanto, la estructura de la Alcaldía Indígena es circular que permite la participación activa de la población a través de asambleas que se realizan cada semana. Desde 1992, la selección de las autoridades se realiza cada dos años, entre noviembre o diciembre, después de la cosecha del maíz. Mientras, los alcaldes comunitarios son elegidos por un año alrededor del mes de septiembre para la fiesta de San Martín.

Previo a la elección, el alcalde comunitario divulga los requisitos que se requieren para optar a un cargo dentro de la Alcaldía Indígena y es la misma población quien elige a sus representantes.

Según expone Ochoa, la selección de los candidatos pasa por tres procesos a través de asambleas comunitarias. El primer nivel, es el caserío; el segundo, el cantón; y el tercero, el municipio. En la asamblea municipal participan todas las comunidades del municipio, e incluye juventud y mujeres.

Antes de votar se presentan las candidaturas ya que no se permite la campaña anticipada. Cada candidato de la comunidad utiliza símbolos Kaqchikel para identificarse. La última elección se realizó el 28 de noviembre de 2021, en donde las 83 comunidades de Sololá votaron para elegir a Misrahi Xoquic para el periodo 2022-2023.

Foto de la Alcaldía Indígena de Sololá, vía Facebook

“Nos conformamos con 13 participantes y en las aldeas tenemos seis alcaldías que también están integradas con una estructura similar a la Municipalidad Indígena”, dijo Xoquic. Las alcaldías a las que se refiere son de las aldeas: San Juan Argueta, María Tecún, Chaquijya, Los Encuentros, Pixabaj y San Jorge. Xoquic agregó que las aldeas están distribuidas entre seis a 12 caseríos que son representados por un alcalde comunitario.

La participación de la mujer

Actualmente, la Municipalidad Indígena de Sololá está encabezada por 13 hombres. Sin embargo, dentro de las alcaldías comunitarias sí se registra la participación de las mujeres. El año pasado fueron electas cinco y este año solo llegaron al puesto tres alcaldesas del barrio San Antonio Sololá, caserío La Ilusión Chuiquel y en la aldea El Tablón.

Xoquic admitió que han sido cuestionados por la ausencia de mujeres en los cargos de la Municipalidad Indígena y reconoció la importancia de elegirlas sobre todo cuando los casos que deben resolver, necesitan los conocimientos y perspectivas de una mujer.

“Hemos visto la necesidad de la presencia de la mujer, pero lamentablemente este es un cargo muy pesado, muy fuerte. Cuando tomamos posesión nos dicen: olvídense de su familia, de su trabajo. Hay que dejar todo por un lado y hay que dedicarse a las necesidades de un pueblo. Las 24 horas del día, los siete días de la semana, 365 días del año y es cierto. Nos hemos visto los fines de semana mediando casos entre la población o nos hemos visto a media noche hasta el amanecer mediando casos. Entonces sí es muy fuerte y no es que una mujer no sea capaz, pero hay ventajas y desventajas. Estamos tratando la manera de hacer ver la necesidad que existe en la corporación indígena la participación de las mujeres”, señaló Xoquic.

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Misrahí Xoquic, uno de los rostros de la resistencia Kaqchikel del suroccidente del país

Administrar la justicia maya

El alcalde comentó que la Municipalidad Indígena se caracteriza por impartir justicia y defender el territorio, así como casos de transcendencia social como la defensa de la democracia del país ante las acciones judiciales contra el proceso electoral. “El alcalde comunitario es el encargado del orden, la impartición de la justicia en el caserío”, dijo Xoquic. La administración de la justicia se realiza siguiendo el sistema jurídico maya de acuerdo a los principios y la forma oral propia de las comunidades de Sololá.

Mientras, el Gobierno municipal es el que ejecuta proyectos y administra presupuesto asignado por el Gobierno central. Pero los integrantes de la Municipalidad Indígena ejercen su labor ad honorem ya que son electos para servir a los pobladores del municipio.

Los 13 puestos de la organización comunal se organizan en: primer alcalde, segundo alcalde, un síndico, tesorero, secretario y ocho concejales que representan a una comunidad. El alcalde primero y segundo junto al síndico conforman la máxima autoridad e instancia en justicia de la Municipalidad Indígena.

El segundo alcalde apoya al primero y en caso de su ausencia lo sustituye en sus funciones y responsabilidades. Ochoa explica que las funciones de ambos son: dar orientaciones precisas para resolver problemas y conflictos, impartir justicia maya y aplicar medidas correctivas, según la gravedad del caso. También accionar y hacer gestiones de utilidad colectiva, mantener relaciones con las autoridades estatales y representar al pueblo en actividades de trascendencia.

Mientras, el síndico tiene como función administrar justicia en la Municipalidad, cubre diferentes comisiones y puede acudir en representación del alcalde a cualquier actividad pública.

“Nosotros nos encargamos de ver los problemas a nivel de municipio, departamento y nacional. Mediamos en problemas muy serios en los caseríos. Ya que gracias a Dios tenemos la confianza de la población. No nos damos abasto. Atendemos de lunes a viernes a la población sololateca y a veces de otros municipios como Panajachel, Santa Catarina Palopó, San Antonio Palopó, San Lucas Tolimán, San José Chacayá, Concepción. Nos han llegado casos de casi la mayoría de los municipios”, contó Xoquic a Prensa Comunitaria.

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La semana que Sololá sostuvo la toma en las calles

Según explicó el alcalde indígena, al año atienden más de 1,000 casos, entre ellos, de estafa, deuda, extorsión, problemas familiares, pensión alimenticia. Hasta este mes de noviembre tenían la agenda llena. Pero, debido a que se han sumado a la resistencia en defensa de la democracia, la mitad de la Alcaldía busca la forma de resolver y atender a la población sololateca.

“Cada caso que tratamos le buscamos una solución. Los menos graves se solucionan con una o dos juntas conciliatorias. Ahora los más grandes o más delicados le dedicamos alrededor de cuatro reuniones. Un 99% de los casos se resuelven”, aseguró Xoquic, quien el 1 de enero de 2024 entregará el cargo al próximo alcalde indígena electo.

Xoquic explicó que ser imparciales en cada caso y no admitir sobornos es clave para que la población confíe y acuda a ellos para resolver la situación. Incluso, población ladina se ha acercado a la Municipalidad Indígena de Sololá. “Los atendemos por igual como parte de la población”, agregó.

De esta manera, la Municipalidad Indígena con su papel activo en la resolución de conflictos comunitarios y otras labores, contribuye a la cohesión social y política del pueblo Kaqchikel de Sololá. Xoquic advierte que antes de intervenir en algún caso, coordinan con las autoridades locales de los municipios y si ellos “dan la oportunidad de mediar el caso”, entonces intervienen. Por lo que si un poblador acude al sistema tradicional de justicia y luego busca ayuda en la Municipalidad Indígena, no pueden ayudarlo ya que no interfieren en la labor del Ministerio Público (MP) u otro ente de justicia.

Además, de impartir justicia, cuidar los recursos naturales y mediar en conflictos sociales o temas de interés de la población, en los últimos años la corporación indígena también ha encontrado alianza en organizaciones internacionales que apoyan proyectos de capacitación para jóvenes, comadronas, lideresas y líderes de los Consejos Comunitarios de Desarrollo Urbano y Rural (COCODE).

Foto de la Alcaldía Indígena de Sololá, vía Facebook

Además, han trabajado con autoridades de la cuenca del lago de Atitlán para que formen parte de talleres. Mientras, en coordinación con el Organismo Judicial, los alcaldes comunitarios también han recibido capacitación en las leyes ordinarias para que tengan conocimiento. “Nosotros jamás pasamos por encima de las leyes del país. Cada alcalde comunitario y corporación al asumir cargo se les capacita y la manera en la que funcionamos es a través del derecho constitucional. No hay ninguna guía, todo es a base de los conocimientos de nuestros abuelos”, añadió Xoquic.

Misrahi Xoquic, antes de llegar a la Alcaldía Indígena de Sololá, sirvió a su comunidad. Según comentó, aproximadamente 10 años antes fue secretario en diferentes comités en donde redactaba documentos y actas.

Luego en 2013, fue propuesto por la población de la comunidad Yerbabuena para ser alcalde comunitario, ganó y ejerció durante un año que es el tiempo que dura el cargo para esta figura. Ahora finalizará su periodo como alcalde indígena de Sololá el 31 diciembre de este año.

Se va con los reflectores puestos en su gestión, sobre todo en el último mes y medio en el que ha alzado la voz a favor de la democracia trasladándose al plantón que se encuentra frente a la sede central del Ministerio Público. En los primeros 20 días de octubre estuvo en comunicación con los alcaldes comunitarios que lideraron la toma de las carreteras en jurisdicción de Sololá.

Uno de los logros registrados fue la renuncia del gobernador de Sololá, Rodolfo Salazar. El 5 de octubre, ante la presión que generaron las autoridades locales entre ellas la Municipalidad Indígena de Sololá. Salazar llegó al plantón que se encontraba en La Cuchilla, sobre la ruta Interamericana, para comunicar que había presentado su renuncia al presidente Alejandro Giammattei.

Previo a tomar su decisión, el entonces gobernador explicó que había enviado una carta al mandatario en la que le pedía que escuchara las demandas de la población que exigían la renuncia de la fiscal general del MP, Consuelo Porras, el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI), Rafael Curruchiche, la fiscal Cinthia Monterroso y el juez Fredy Orellana por judicializar el proceso electoral y tratar de socavar la democracia de Guatemala.

“En el territorio existe una molestia generalizada porque las acciones y demandas no han sido escuchadas y consideradas, según manifiestan, y es importante reconocer el esfuerzo que desde las comunidades, se están realizando para resguardar la democracia y gobernabilidad del país”, se lee en la carta que envío Salazar a Giammattei.

Aunque el MP insiste en desconocer la voluntad de la población expresada en las urnas al plantear una solicitud de antejuicio contra el presidente electo, Bernardo Arévalo y la vicepresidenta, Karin Herrera, involucrados en un nuevo caso denominado “Toma de la USAC: Botín Político”. Las alcaldías indígenas, entre ellas la del municipio de Sololá, sostienen que continuarán con las movilizaciones para defender la democracia.

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¿Qué busca el MP con el caso Toma de la USAC?

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