Chiquimula: el fiambre y coronas de ciprés para esperar la llegada de los difuntos

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Créditos: Narciso Marcos
Tiempo de lectura: 3 minutos

 

Al igual que el fiambre, en Chiquimula se elaboran coronas de ciprés para adornar los nichos y panteones. Parte de la tradición del Día de los Santos y Santos  Difuntos, que se celebra el 2 de noviembre, es llevar alegría, color, música y compañía a los cementerios.

Por Narciso Marcos

En Chiquimula, cada noviembre, la gente se prepara para recordar a sus muertos. Dos de las tradiciones más especiales son la elaboración del fiambre, que surgió en Guatemala durante la colonia y que es un platillo que mezcla ingredientes de la cocina maya, hispana y árabe, y la elaboración de coronas de ciprés.

El fiambre, una tradición de memoria

Foto: Narciso Marcos

La historia de cómo surgió el fiambre en Guatemala, nunca ha podido ser descifrada del todo. Lo que sí se sabe es que fue una ocurrencia por una despensa medio vacía.

Una versión refiere que fue inventado en el antiguo Convento de Capuchinas, en Santiago de Guatemala, por una monja que decidió mezclar carne caliente, vegetales, huevos, recado y ensalada, para dar a comer a unos comensales.  Una segunda versión refiere que pasó lo mismo, pero fue la cocinera de una casa la que hizo la mezcla para dar de comer a sus patrones.

Sea como fuere el inicio del fiambre, hace más de 35 años que una familia en Chiquimula la prepara por iniciativa de doña Carmen Calderón de Franco.

Doña Carmen involucró a sus hijas en la tradición y son ellas quienes han continuado con esta costumbre a 10 meses del fallecimiento de su madre, como una forma de conservarla en su memoria.

“Nosotras este año decidimos en familia seguir con la tradición y hemos elaborado una playera con la fotografía de mi señora madre”, contó Rosita Franco, hija de doña Carmen Calderón.

En la casa de doña Carmen se prepara el fiambre de dos tipos:  el blanco y el rojo. Con una base del curtido de verduras, acompañado con embutidos como la butifarra, chorizo negro y colorado,  lengua, pollo, gallina y jamones de diferentes clases, Además, le agregan varios tipos de quesos, pacaya, palmitos, repollo y huevo.

El verdadero secreto del fiambre es la paciencia, pues, debe prepararse con varios días de anticipación para marinar el recado de los ingredientes.

Los platillos de fiambre de la familia de Rosita son cotizados en la comunidad. Y los vende a Q 100 y Q 200.

Rosita cuenta que este año, tuvieron que subirle el precio al platillo, derivado del paro nacional, durante el cual en algunos lugares, se incrementaron los precios de los ingredientes.

Quienes comparten esta tradición, saben que el fiambre no solo es una platillo culinario único, sino una forma de reunirse para recordar a quienes ya no están.

Coronas de ciprés

Al igual que el fiambre, en Chiquimula se elaboran coronas de ciprés para adornar los nichos y panteones. Parte de la tradición del Día de los Santos y Santos  Difuntos, que se celebra el 2 de noviembre, es llevar alegría, color, música y compañía a los cementerios.

Israel Molina de la aldea Plan del Guineo, es uno de los artesanos de estas coronas. Pese a ser una tradición comprarlas, este año, ha sido especialmente difícil para la venta. En parte, por la temprana llegada de las lluvias.

Foto: Narciso Marcos

“Ayer -31 de octubre-, las lluvias nos afectaron porque no vendimos mucho. Hoy (1 de noviembre), sí hemos estado vendiendo a pesar de eso”, comentó Israel, quien admitió que este año también subieron los precios de las coronas: “Están un poco más caras… este año los vecinos que nos apoyan en la elaboración de las coronas nos cobraron más”.

Además de ser parte de la tradicional comunitaria, la elaboración de las coronas también genera ingresos extras a quienes las hacen.

Al final de ese arduo trabajo, se puede ver a las artesanías colgadas en los rincones del parque central de Chiquimula, “Ismael Cerna”, como un recordatorio de que los muertos que regresan en noviembre, a reencontrarse con sus seres queridos.

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