Créditos: Prenda Comunitaria
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Por Fernando Espinoza

El hartazgo de la población hacia el Sistema fue rotundamente expresado en las elecciones. El voto nulo ganó la elección con 966,389 votos, 84,797 votos más que la UNE. Y hubo 388,442 votos en blanco, 16,585 votos más que los obtenidos por el cuarto lugar. La población expresó su malestar y desagrado hacia todo el manoseo que los políticos de turno y sus patrones hicieron para amañar las elecciones: Cooptaron la Corte de Constitucionalidad, la Procuraduría de los Derechos Humanos, el Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal Supremo Electoral; permitieron la participación de quién tenía prohibición constitucional e impidieron la de los candidatos que les resultaban incómodos, como Thelma Cabrera y Jordán Rodas o Carlos Pineda.

Sin embargo, lo verdaderamente sorprendente de los resultados fue el tremendo apoyo ciudadano a Semilla, una de las opciones progresistas que no aparecía como una opción viable en ninguna de las encuestas, pero que tenía como una de sus virtudes no postular a ningún representante de la vieja política. Ese segundo lugar de Semilla es otro claro mensaje de la población hacia el Sistema: ¡No queremos más de lo mismo! ¡Fuera la vieja política! ¡Queremos una opción nueva y diferente!

Los sorprendentes resultados de Semilla activaron todas las alertas del Sistema, el que había hecho todo lo posible, e incluso lo imposible, para que no pasara a segunda vuelta ninguna de las opciones que no fueran las de ellos. No lo pueden creer. ¿Cómo se nos coló Semilla? ¿Qué hicimos mal? ¿Será que les ganamos con Sandra? se preguntaron. Y al parecer la respuesta lógica y matemática fue: No, no podremos ganarles con Sandra. Llevamos dos elecciones acusándola de ser la enemiga del pueblo, por lo tanto, no será posible que en dos meses la convirtamos en su salvación. Además, ya no nos creen.

Por eso, al ver que la propaganda contra Semilla no funcionó y que la segunda vuelta está perdida, el Sistema echó a andar la maquinaria pesada al activar a la Corte de Constitucionalidad para que dicte una resolución dando instrucciones sin fundamento legal a las Juntas Distritales, al TSE y a la CSJ.

El Sistema es una fiera herida y dará toda la batalla que pueda para no morir. Aún faltan muchas cosas por ver en esta contienda. Van a usar el poder público en su beneficio sin respetar las leyes y sin importar las consecuencias. Puede preverse que vendrán tiempos difíciles.

Enfrentar y vencer al Sistema ya no es trabajo exclusivo de Semilla y de sus más de seiscientos mil votantes. Ahora se requiere que los partidos progresistas, que las organizaciones de la sociedad civil y que la población que está cansada del Sistema se una a la lucha de Semilla porque se respete la voluntad del pueblo, porque el 20 de agosto haya una segunda vuelta entre la UNE y Semilla.

Estos son tiempos de estar unidos, de olvidar las luchas internas y los viejos rencores, para apoyar a los liderazgos que están dando la cara en esta batalla contra el Sistema. Porque cualquier triunfo contra el Sistema, será un triunfo en favor de todos los que queremos un mejor país.

 

 

 

 

 

 

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