Créditos: Archivo Famdegua
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“Pido todo el peso de la ley, no me van a devolver a mi familia, pero pido todo el peso de la ley” fue la petición del testigo Saturnino Romero Ramírez, al relatar que su padre y hermanos fueron masacrados en diciembre de 1982.

Por Regina Pérez

El pasado 11 de abril inició el juicio por la masacre de las Dos Erres, en el Tribunal de Mayor Riesgo E, en contra de tres exkaibiles acusados de haber participado en el asesinato de al menos 200 personas, entre el 6 y 8 de diciembre de 1982, en el parcelamiento del mismo nombre ubicado en la Libertad, Petén, durante el régimen de facto del general Efraín Ríos Montt.

Entre los cuatro testigos llamados a declarar por la Fiscalía figuró Lesbia Coralia Tesucún, quien fue la primera maestra del parcelamiento, en 1980, cuando obtuvo una plaza en la escuela de esa comunidad.

En su declaración, Tesucún relató que una de sus alumnas, de nombre “Elvia”, se salvó de morir en la masacre porque durante las vacaciones ella se la llevaba a su casa. Según la maestra, fue un joven quien le contó lo que pasó en la comunidad.

Durante la audiencia de hoy, cuando le mostraron fotografías de los estudiantes en la escuela, medios de prueba en este juicio, Lesbia no pudo contener el llanto. “Sí las conozco muy bien, son recuerdos, son cosas que no se olvidan”, expresó entre lágrimas.

En esas fotos, recordó, estaban celebrando un 15 de septiembre y agregó que fueron tomadas por un novio que en ese entonces la visitaba. En otra fotografía se observa a los estudiantes quebrar una piñata y recoger dulces que caían de ella.

Los kaibiles acusados por la Fiscalía son Gilberto Jordán, José Mardoqueo Ortiz Morales y Alfonso Bulux Vicente, todos ellos estuvieron prófugos de la justicia, porque vivían en Estados Unidos y Belice, y fueron deportados a Guatemala entre 2020 y 2021 por sospechas de estar involucrados en la masacre de las Dos Erres.

“Pido todo el peso de la ley”

Saturnino Romero Ramírez, otro de los testigos, narró que su padre y madre, abuelo y sus hermanos fueron masacrados por el ejército. Él contó que se salvó de morir, porque, junto a su esposa, visitaban a su suegro cada fin de semana.

Romero Ramírez estimó que en el parcelamiento vivían unas 60 familias, que contaban con dos Iglesias: una evangélica y otra católica y una escuela. Según dijo, antes de la masacre, miembros del ejército ingresaron a la comunidad.

Él volvió a las Dos Erres a los cuatro días de la matanza, pero ya no volvió a ver a sus familiares y tampoco pudo recuperar los cuerpos. Luego de eso tuvieron que dejar todo, por temor a que corrieran la misma suerte. Cuando el abogado de los querellantes le pregunto: “¿Qué le pide a la justicia?”, respondió entre sollozos: “Todo el peso de la ley, no me van a devolver a mi familia pero pido todo el peso de la ley en contra de ellos”, en referencia a los militares acusados.

Tribunal retoma juicio contra acusados de la masacre en Las Dos Erres

Otra de las testigas que declaro fue Timotea Alicia Pérez López. El padre, Canuto Pérez y sus dos hermanos también murieron en la masacre, cuando fueron a las Dos Erres a trabajar en la parcela que tenían en esa comunidad. El ejército llegó hasta donde estaban trabajando y se los llevó. De acuerdo con su relato, un joven de nombre Armando Gómez escapó de la matanza y les contó lo que ocurrió.

Según les relató Gómez, él le dijo a su hermano Cecilio Gustavo, de aproximadamente 12 años, que se escapara junto a él. Sin embargo, Cecilio estaba a cargo de Abel, su hermano menor, de unos 6 años, por lo que le respondió que no lo dejaría.

“Él nos trajo la noticia de que había visto cuando los tenían en fila para matarlos y, él (Armando) le dijo a mi hermanito, él mas grande, ‘yo me voy a ir, vonos’ y mi hermanito le dijo, ‘no, porque yo cargo a mi hermanito, si nos van a dejar ir, nos vamos a ir juntos y si nos van a matar, que nos maten juntos, porque no lo puedo dejar solo’”, recordó Timotea.

Armando Gómez permaneció extraviado en el área por varios días hasta que pudo llegar a la casa de la familia de Timotea y les relató lo que había visto.

Luego de su testimonio, el Tribunal, presidido por la jueza Paula Yesenia Herrarte, suspendió la audiencia para continuarla el miércoles 14 de junio.

La masacre en las Dos Erres ocurrió entre el 5 y 7 de diciembre de 1982. Según la investigación del Ministerio Público (MP), la población fue asesinada en la iglesia y enterrados en un pozo cerca de la escuela de la comunidad, por una patrulla de la élite kaibil del ejército, porque los señalaban de colaborar con la guerrilla.

Rancho Bejuco llegará a juicio el 7 de junio

Además del caso de las Dos Erres, este 7 de junio comenzará en el Tribunal de Mayor Riesgo D, el juicio por la masacre de 25 personas en la comunidad Rancho Bejuco, en el Chol, Baja Verapaz, en 1982. Según información de la organización de derechos humanos Impunity Watch, entre las víctimas había 17 niños. Los hechos también ocurrieron durante el régimen de Ríos Montt y por el mismo están acusados dos excomisionados militares, ocho expatrulleros de Autodefensa Civil y el teniente coronel, Juan Ovalle Salazar.

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