El 18 Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango (FIPQ) fue dedicado a la artística maya Kaqchikel, Paula Nicho, quien se ha destacado en las artes plásticas, la pintura y el tejido. Además, a las madres que buscan a sus familiares desaparecidos que migraron a Estados Unidos o víctimas del conflicto armado interno.
Por Shirlie Rodríguez
Con la llegada de la pandemia de COVID-19 al país, en marzo de 2020, varias actividades culturales se suspendieron y otras se realizaron a través de plataformas digitales. Este fue el caso del Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango (FIPQ), que regresó dos años después a lecturas presenciales de poesía.
La inauguración se realizó este 23 de noviembre en el Teatro Municipal de la cabecera departamental de Quetzaltenango y reunió a poetas locales e internacionales. En este evento se llevó a cabo un homenaje a la artista maya Kaqchikel, Paula Nicho, quien por décadas se ha dedicado a la pintura, a las artes plásticas y al tejido.
La artista y maestra dijo que se sentía honrada cuando se enteró de que esta edición se la dedicarían, también le dio nostalgia porque recordó a su mamá Adela Cumes, quien la acompañaba y motivaba a continuar con su arte, principalmente el de la pintura.
Nicho, originaria del municipio de San Juan Comalapa, situado en el departamento de Chimaltenango, comentó que desde niña empezó a tejer; su madre le enseñó a hacer güipiles y fajas. En la escuela desarrolló más habilidades en otras expresiones artísticas y con ellas ganaba los primeros lugares de los diferentes concursos que hacían.
Cuando empezó su vida en pareja retomó su trabajo con la pintura. Recordó que tuvo la libertad de tomar su pincel y ejecutar sus obras. Con el paso de los años realizó presentaciones de sus cuadros y, es en una de estas actividades que llegaron críticos de arte que definieron su trabajo como realismo mágico, arte conceptual y surrealismo, según cada pintura.
“También me dicen que soy una loca porque esas pinturas no se venden. Así recibí muchas críticas buenas y malas, pero yo quiero seguir haciendo lo que hago porque es diferente”, dijo.
Nicho comentó que se inspira en algunas de las imágenes de sus sueños, también por el Popol Vuh, el libro que contiene la historia del pueblo K’iche’, y de la vida de las mujeres; esto le sirve para retratar distintos personajes y ambientes. Algunos de sus cuadros representan la liberación de las mujeres en una sociedad que está organizada por el machismo y discriminación, dijo, por lo tanto, refieren que las obras son aceptadas por personas de otros países quienes la buscaron para adquirir sus piezas. Su trabajo ha llegado a lugares como Washington, en Estados Unidos.
La pintora agrega que su obra “Mi segunda piel” tiene un valor alto para ella, porque retrata a una mujer que se despoja de los paradigmas impuestos a su género y esto es lo que busca decir desde su arte. “Muchas personas nos dicen que las mujeres solo sirven para tener hijos y atender al esposo, a los niños y la casa, pero no es así, uno tiene que hacer algo y, poco a poco, dejar esa idea”, concluyó.
El poeta y gestor cultural Marvin García, uno de los organizadores del evento, mencionó que además de este reconocimiento a la artista, el FIPQ se ha planteado como un espacio de memoria y homenaje a las madres que buscan a sus familiares desaparecidos y desaparecidas.
Señala que ellas mantienen la esperanza de encontrar alguna respuesta sobre sus desaparecidos y hay casos que buscan justicia. “Que una desaparición no nos afecte no significa que estemos afuera de ese fenómeno. Al contrario, las desapariciones en Guatemala han sido una pieza importante para que este país esté tan desfragmentado y dolido, así que hablar de esto es importante y más cuando es desde el arte para generar empatía”, dijo.
En la lectura de poesía inicial participaron la quetzalteca Vania Vargas; desde Costa Rica Guillermo Acuña; Dionisio de Jesús, de República Dominicana; y Kirsten Schmidt, ganadora del Tercer Certamen Nacional de Poesía Joven 2022.
“Mantener un evento como este es importante no solo para los que organizamos, sino para la sociedad guatemalteca. Es un festival de los más antiguos en Guatemala y de los más importantes en Centroamérica”, destacó García.
El evento inaugural cerró con la presentación de la cantautora Kaqchikel Sara Curruchich, quien dedicó la canción Qach´alal, a las madres que mantienen la búsqueda de sus familiares y que resisten ante la falta de justicia en el país, y, por supuesto, a la homenajeada Paula Nicho.
La Siguanaba, Somos, Amor Diverso y Mujer Indígena fueron algunas de las canciones que presentó por primera vez al público quetzalteco, en el Teatro Municipal. Sara también cantó junto al cantante Fernando López, el poema musicalizado de Otto René Castillo Aquí solo queremos ser humanos.
El evento continuará durante la semana con más lecturas de poesía en espacios público de Xela y buscan llegar a más personas para que conozcan de la literatura latinoamericana.
Organizadores del festival indicaron que la esperanza de las madres que buscan a sus hijos e hijas, es lo que motiva a continuar realizando estas actividades y que perdure en la memoria de la sociedad un problema que lleva décadas ocurriendo.