Alberto Pá Macz lleva 44 años dedicándose a este arte. Desde su niñez, aprendió las cosas básicas para elaborar marimbas. Su oficio necesita de un trabajo minucioso: las piezas deben tener las medidas exactas, las teclas deber de tener el sonido correcto y exacto. Además de hacerlas también la interpreta, fundó la marimba “PaMaczimo”, para lograr mayores ingresos.
Por Elías Oxom
Alberto Pá Macz, de 67 años, se convirtió en fabricante de marimbas por necesidad. Cuenta que lleva 43 años dedicándose a este arte; además tiene una licenciatura en Pedagogía y Administración Educativa. Nació en la aldea Chamil, en San Juan Chamelco y actualmente vive en Cobán, Alta Verapaz.
De su padre Francisco Solano Pá Xol, dice Alberto, aprendió a armar marimbas y fabricar marimbas sencillas, por lo que Alberto creció viendo desde su niñez a su padre elaborando marimbas, quien también era marimbista. Con ese oficio, su padre logró sostener a su familia.
Sus inicios en el arte de la fabricación de marimbas
A los 8 y 10 años Alberto ya estaba metido en el taller, ayudando a su papá, agarrando maderas; aprendió a manejar las herramientas, entendió cómo hacer una marimba sencilla desde su niñez, aprendió las cosas básicas: hacer clavijas, colocarlas, lijar las teclas y a cortar las piezas.
En 1975 se casó y se trasladó vivir a Cobán. Trabajaba para la cubrir los gastos familiares, pero no le alcanzaba el dinero. Fue entonces, según dijo, cuando retomó el trabajo que hacía su papá. Empezó a fabricar marimbas sencillas, pequeñas, “en aquellos años empezaban los grupos católicos y evangélicos, con guitarras, violón y marimbitas, eso me ayudó”, recordó Alberto y agregó que en la década de los 80, empezó a hacer marimbas dobles, también marimbitas requintas, con 2 o 3 octavas, pero ya eran marimbas dobles.
Según cuenta Alberto, la primera marimba tenor de 35 teclas que hizo fue entre 1981 y 1982. Su papá y su hermano mayor ya hacían el intento de hacer marimbas dobles, “pero cuando vi que tenían problemas me lancé a hacer marimbas dobles, usé los conocimientos que aprendí en el ciclo básico, matemáticas, para ir armando los bastidores, siguiendo escuadras, escalímetros, hice la primera marimba tenor de manera autodidacta”, relató.
Desde 1979, se ha dedicado al oficio de hacer marimbas. Dice que hasta la fecha, lleva 44 años construyéndolas, durante este tiempo ha construido más de 300 juegos de marimbas.
“A la par de lo que he hecho como profesional siempre hago marimbas, en la mejor época del cardamomo en Alta Verapaz tuve la dicha de hacer varios juegos de marimbas, para varias comunidades de Alta Verapaz, Izabal, Petén, Baja Verapaz, Quiché y la capital”, indica Pá Macz.
“Hacer bien hecha la marimba como si fuera la primera a entregar”
Como en todos los oficios, hay cosas positivas y negativas, pero en la mayoría he recibido halagos, agradecimiento, reconocimiento del valor que le dan al trabajo que hago, un trabajo especializado, es un arte, compartió Alberto. Toda la materia prima que usamos, añadió, es madera de hormigo, rosul, granadillo y otros tipos que sacan el sonido sonoro, que se pueden utilizar para el teclado de una marimba.
“La gente admira la forma de los teclados, desde que yo comencé a fabricar marimbas he trabajado con maderas preciosas, trabajo con maderas de calidad, son de primera calidad”, relató.
En los últimos años, dice, algunos jóvenes han llegado a su taller pidiendo que se les haga el reemplazo de las marimbas que compraron sus padres hace 35 años o 40 años. “Eso significa la calidad de trabajo que hicimos desde un principio y lo mantengo porque eso ha sido mi política de trabajo, hacer bien hecha la marimba como si fuera la primera marimba a entregar, hemos recibido buenos comentarios, están agradecidos con el trabajo que hacemos”, comentó.
Alberto indicó que como fabricante de marimbas no sobrevive, porque el trabajo que realiza incluye la mano de obra, el gasto de energía eléctrica, más la materia prima. Alberto dice que cuando bajó el precio del cardamomo también bajaron los pedidos, “ahí entendí que yo administré mal mi taller, por eso tenía que trabajar horas extras en otros lados, porque tuve el criterio de decir: el creador me regaló conocimientos y voy a compartir con la gente, la sabiduría que tengo, a través de mi trabajo. Con esa mentalidad, no es el dinero lo que nos hace ser buena gente, sino el poder compartir esos conocimientos, pero a la largo uno dice que no hice mayor cosa”, anotó.
“Apoyé a otras familias, enseñé a otras personas el trabajo, tuve operarios, ahí se diluía el valor de un juego de marimba”, dijo.
El mercado de la marimba en la actualidad
El precio actual de una marimba sencilla esta entre los 10 mil a 15 mil quetzales dependiendo de muchos aspectos. A decir de Alberto, algunas personas o instituciones piden que su instrumento tenga algunos detalles extras, a veces tallados con alto relieve, con bajo relieve o con figuras, y eso, subraya, “es otro arte”.
En la actualidad una marimba doble tiene un valor 15 a 18 mil quetzales; una grande sale entre 20 mil y 28 mil quetzales. Para hacer una marimba sencilla de 42 teclas, se lleva alrededor de un mes y medio y dos meses.
Para elaborar una marimba se necesita hacer un trabajo minucioso, todas las piezas deben tener las medidas exactas, darle el sonido correcto y exacto a las teclas, mi admiración para las personas que se dedican de lleno y con mucha habilidad de darle sonido a las teclas, pero no todos tienen la misma cualidad, agregó.
Me he dado cuenta que en el mundo Q’eqchi’, la cultura Maya Q’eqchi’ tiene a grandes artistas, desde niños hemos tenido la dicha de tener a grandes músicos, intérpretes de
varios instrumentos, voces, lo que ha faltado es la oportunidad para que se desarrollen esas, señaló Alberto.
Sus motivaciones
Alberto comparte que su mundo es la cultura maya Q’eqchi’, y que algunas comunidades e instituciones lo buscan para encargarle marimbas, “retomé mi taller hace 10 años cuando la situación nacional cambió”, mencionó.
Además del taller de fabricación de marimbas también fundó la marimba “PaMaczimo”, para amenizar diversos eventos. Alberto relata que el hizo su propio juego de marimba, con la intención de generar ingresos económicos.
Alberto dice que en su trabajo como promotor en la Iglesia católica de su comunidad, introdujo el uso la marimba en la institución, además ha formado a los directores de los distintos grupos católicos, de la parroquia de la Diócesis de la Verapaz, también ha trabajado en una emisora de la Diócesis, que le ha servido para estar en comunicación con la gente, y ellas, agregó, han sido el medio que le ha hecho publicidad a su trabajo.
Sus hijos ya no aprendieron el oficio de su padre, por la misma situación del mercado, porque no es un producto que se compre a diario. Pá Macz indica que respeta que sus hijos no hayan querido aprender su oficio, porque, dice, cada quien cada quien trae su pohil chahimal, (su don, su luna y su estrella), nadie de mis hijos tiene el mismo don que yo, algunos son comerciantes, algunos se han dedicado a otro campo profesional, ninguno es fabricante de marimbas, concluyó.