Créditos: Miguel Angel Sandoval
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Por Miguel Angel Sandoval

En el año 2000 publique un libro con el título La Paz Precaria. En su momento no fue motivo de discusión, paso de noche. En él planteaba entre otras cosas, que la guerra era asunto del pasado y que había que construir la democracia en el país a partir de una lucha sin cuartel por el cumplimiento de los Acuerdos de Paz. No se hizo bien la tarea en donde muchos fallamos. Y ahora se dice sin mayor reflexión que se podría ir a una nueva guerra…. Pero veamos un poco mas de cerca esto.

En un pasaje de Cien Años de Soledad, el coronel Aureliano le dice a su lugarteniente -Prepara a los muchachos Gerineldo, nos vamos a la guerra. Y éste le responde, -sabía que estabas viejo Aureliano, pero no tanto. El tema viene a cuento pues he visto que dos o tres personas han publicado en redes algo similar, que ahora si nos vamos ala guerra, a las armas.

Es cierto que la situación del país está mal, que el proyecto de la paz es un fracaso, que la agenda suscrita hace ahora 25 años no sirvió de mucho, pero de eso a pensar y decir de manera irresponsable, que si no se cambia nos vamos a otra guerra me parece algo que se emparenta con la frase que cito de Cien Años de soledad. Y con la fábula del lobo. La magdalena no está para tafetanes, diría mi abuela.

No obstante, ello, solo por la vía política es posible reorientar el curso del país, y solo por esa vía es factible dar pasos en dirección a la construcción democrática que nos hace falta. Somatar la mesa con la idea que es posible un regreso a las armas es algo que me parece fuera de la realidad.  Quizás habría que recordar las condiciones en las cuales dio inicio el conflicto armado. Ni una de esas condiciones existe. Salvo la situación económica mala y la falta de alternativas políticas, pero de ello a considerar que hace falta pensar en las armas me parece algo que no se mantiene de pie.

El tema de las alternativas políticas en la actualidad tiene mucho que ver con la falta de propuesta clara por parte de los “lideres” o “dirigentes” del os diferentes grupos políticos progresistas. No hablo de grupos de izquierda pues existe mucha confusión al respecto. Prefiero el apelativo de grupos progresistas. Señalo esto pues existen, aún si la afirmación causa risa, “reaccionarios de izquierda” o lo que es lo mismo, personajes que se autodefinen como de izquierda y tienen una práctica reaccionaria. O hay los históricos que, en un cuarto de siglo transcurrido desde la firma de la paz, poco o nada han hecho por el impulso de aquellos compromisos.

El tema de las alianzas se plantea cuando vemos el resultado en Honduras, pues no podemos pensar que todo lo que no ocurre en nuestro paisito es algo ajeno. Pero además lo ocurrido en el vecino país, que no es un milagro, sino la acumulación de hechos, de razones, de motivos para la emisión del voto popular en favor de una alternativa que desde acá apoyamos.

Del golpe que derrocó a Mel Zelaya a la victoria electoral de Xiomara Castro, son unos 12 años en los que la sociedad hondureña lucho sin descanso para llegar e los resultados que ahora vemos. En ello hubo de parte de muchos líderes políticos la suficiente madurez para dar el paso de costado y no tratar de imponer sus propias creencias, ni sus propias agendas, como lo hemos visto en nuestro país hasta el cansancio.

Si analizamos con frialdad la situación actual, se puede afirmar que, si las expresiones progresistas tuvieran uh poco de sensibilidad política, darían pasos hacia la mas grande alianza y con ello se podría obtener serios avances. Pero hacer afirmaciones de retomar las armas antes de ponerse a trabajar por la alianza de las fuerzas progresistas me parece descabellado.

Cuando se inició la guerra no había media docena de grupos progresistas como hoy. Es decir, ahora si hay espacios políticos, pero la dirigencia no es capaz de darse cuenta de las enormes posibilidades que tiene la lucha social, la electoral y por esa vía aspirar a tener gobiernos a la imagen de Honduras. Aun si todavía existen intentos de fraude, el gobierno de Xiomara Castro debería dar inicio en enero próximo. No podía dejar de expresar mis puntos de vista ante afirmaciones o expresiones de deseos poco fundados.

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