Por Luís Juárez
El presidente Alejandro Giammattei pidió al presidente de Nicaragua Daniel Ortega que cese la represión y libere a los opositores que han sido detenidos en los últimos días. Giammattei no tiene solvencia moral para interferir y entrometerse en los asuntos internos del país vecino, y más, cuando él mismo ha favorecido la cooptación de las cortes del país, para criminalizar y encarcelar a opositores políticos, que combaten la corrupción y la impunidad en Guatemala.
Debe ser coherente en su discurso y en su diplomacia con otros países. Con su baja popularidad, pocos creen lo que dice. Popularmente, una buena parte de la población lo conoce porque es un maestro de la mentira. Miente, miente y miente como diría Juan Gabriel en su canción. Para tener solvencia debe dar el ejemplo, en lugar de hablar de las políticas internas de otros gobiernos que no le competen en lo absoluto
De ejemplos concretos de cómo acabará con la corrupción e impunidad en los últimos años que le quedan de gobierno, para no ser un “hijueputa más” en la historia del país. No es con la prisión preventiva de opositores que resolverá los problemas de Guatemala. Tampoco cobrando venganza política mediática.
Mientras no de una luz de cómo combatir la corrupción y la impunidad, las fuerzas democráticas opositoras seguirán luchando por la transparencia, el cambio, la justicia, el estado de derecho, la democracia y el desarrollo por la transformación, para liberar el país del neoliberalismo que ha hecho mucho daño a los más pobres.
Mientras no de una luz de cómo combatir los grandes males enraizados en las estructuras del Estado, las fuerzas opositoras seguirán luchando por cambiar el sistema político oligárquico-financiero y el sistema de justicia cooptado acusatorio que persigue, criminaliza y encarcela a los luchadores sociales, políticos, defensores de los derechos humanos, defensores del pluralismo jurídico, periodistas y comunicadores comunitarios defensores de la libertad de expresión del pensamiento, defensores de la madre tierra, etc.
El retorcimiento de la ley a su sabor y antojo mediante las instituciones cooptadas y el servilismo oligárquico de los jueces con las sentencias condenatorias subjetivas, parcializadas e injustas, para privar la libertad de sus opositores políticos es antidemocrático y contrario al estado de derecho, que tanto pregona y que se encarga de destrozar y retorcer cuando le conviene.
La prisión preventiva en las cárceles, por faltas leves o delitos de menor impacto como mecanismo arbitrario de sometimiento del individuo a un juzgamiento dentro de un sistema de garantías, es violatorio. Además de intimidar y criminalizar para acallar las voces de sus opositores, que tienen una visión diferente en la búsqueda del desarrollo del país, violenta los derechos humanos del individuo, la presunción de inocencia y el debido proceso.