Por Kajkoj Máximo Ba Tiul
La patria y el Estado criollo, sigue en manos de criminales y sinvergüenzas. Digo esto, no solo por la situación de Moto, sino por la relación que hay desde hace más de quinientos años entre las mafias políticas y empresariales. La alianza corona e iglesia fortalecieron este tipo de autoridad, de dirigentes políticos. El apoyo brindado al fortalecimiento de grupos criminales, de parte de los países llamados el primer mundo, desde la invasión (España, Inglaterra, Portugal, Holanda) y ahora Estados Unidos y el modelo capitalista neoliberal, la causa de lo que hoy estamos viviendo en Guatemala y en América Latina.
El poder criminal, sin ética y moral humana, enquistados en nuestros países habrá que entenderlo desde el momento de la invasión, conquista o colonización de los años de 1500. Las leyes y tribunales creados por la corona española y la iglesia, para justificar la guerra a los indios, fueron también espurias y criminales. No importa qué tipo de conquista o invasión, con las armas (Tz’utuhiles, K’iche’, Mam, Ixiles, Kaqchikeles) o por la religión (Q’eqchi’, Poqomchi, Ch’ol, Lakandon), fueron igual de brutales y criminales. Su objetivo fue el mismo, dominar y castigar, utilizar el miedo y terror o creando distractores para que no nos demos cuenta de lo que se trama en lo más profundo. Imaginándonos desde sus conceptos y argumentos. Mientras tanto, se estaban quedando con lo que es nuestro.
El poder construido por criminales y sin vergüenzas, también coopta, no importa si son buenos o malos, lo que busca es controlar a quienes les son fieles a su proyecto. Ahora coopta indígenas y no indígenas. Cristianos o no, católicos, evangélicos, ateos, etc., toda persona que le sea útil para mantener su proyecto criminal. Controla medios de comunicación, centros académicos, movimientos, organizaciones. Profesionales o no profesionales, tiene el control de los colegios académicos. Cámaras empresariales.
Por eso no es casual que los criminales y sinvergüenzas de hoy actúan como los primeros que llegaron a América. Los Castillos, Sinibaldi, Gutiérrez, Arzú, Aycinena, Beltranena, Valladares, Molina, Bedoya, todos estos y más son descendientes de estos primeros criminales y quienes les apoyan y actúan para ellos, siempre han sido sus serviles o sus maceguales.
Siempre han existido Moto, Barreto, Ochoa, Rodríguez, Felipaos, etc; como instrumentos de los criminales, que tienen el control del poder inmoral y no ético. Esto criminales de clase alta, manejan a su patria y su estado como una finca, como un teatro. Se esconden en sus cámaras empresariales. A estos criminales, no les importa que hayan pobres, marginados, desiguales, migrantes, muertos, etc. No les importa el genocidio, el holocausto. Son antropófagos, porque se divierten con la sangre y la carne de los considerados subalternos. Las autoridades (presidente, diputados, alcaldes, jueces, entre otros) o quienes asumen los puestos de autoridad son los títeres, los manejan a su sabor y antojo, para mantener su sistema y su modelo. Todo esto responde a un sistema y en este caso al capitalismo neoliberal. Lo que pasa hoy en la patria y el Estado criollo, no es casual, obedece a los parámetros establecidos por el capitalismo neoliberal y ahora promovido por el imperialismo norteamericano.
Las embajadas gringas en nuestros países, son los articuladores de la división y la deshonestidad en nuestros territorios. Su trabajo en influir en las decisiones políticas de los países, controlados por ellos. El papel que están jugando hoy, supuestamente para contrarrestar la corrupción y apelan por buenas y mejores cortes, supuestamente están en sintonía con lo que queremos, pero en realidad, su proyecto es la “Ruta para la Prosperidad”.
Los políticos de hoy son los encomenderos y repartidores de ayer. Son los que hacen el trabajo sucio para que sigamos sometidos a las decisiones gringas. Mientras esto pasa, hermanos nuestros, son asesinados a diario en el país y otros masacrados por buscar cómo resolver la situación de hambre y miseria, en la que nos ha sumergido el modelo económico y político.
Si bien es cierto que es nuestra obligación estar atentos sobre lo que hacen; los Moto, Rodríguez, Giammattei, Conde, Arzú y más, no debemos de dejar de pensar que el problema es el capitalismo neoliberal. Entonces, porque no afinar nuestra batería para tumbar el modelo. Porque hoy podrá irse a la cárcel; el sinvergüenza de Moto, pero vendrán otros y que harán el trabajo de quienes nunca dan la cara y cuando se presentan, como si fueran éticos y democráticos que hasta el más humilde les cree.
Mientras esto pasa en lo público, en lo privado
se cocinan más cosas, como la creación
del viceministerio del agua.
[i] Maya Poqomchi, antropólogo, filósofo, teólogo.