La comunidad El Pilar II, en San Juan Sacatepéquez reconstituyó el proceso y figura de su autoridad ancestral y ahora depositó en ella la ardua tarea de defensa del territorio, que desde el 2005 es amenazado por la empresa Cementos Progreso.
Por Gilberto Escobar
El primero de enero de este año, tomaron posición las nuevas autoridades ancestrales de la comunidad El Pilar II, en San Juan Sacatepéquez, un evento acompañado y validado a través de una asamblea general de esa comunidad; el cargo y posición de autoridad que asumen por un año, se reconstituyó en un proceso con más de cuatro décadas de ausencia.
Jerónimo Set, líder y representante de la comunidad el Pilar II, comentó que el proceso de reconstitución de las autoridades ancestrales constituye también una esperanza de la comunidad, en la defensa de su territorio, pero que se enfrentarán a grandes retos durante el año.
“Las autoridades auxiliares están del lado del Estado y bajo el mando de la municipalidad, y la comuna de San Juan Sacatepéquez hace negocios con la empresa Cementos Progreso, pero nuestra comunidad está en contra de esa empresa”, enfatizó.
Proceso legítimo
El pasado 15 de enero con el acompañamiento de las autoridades ancestrales mayas y garífunas de Guatemala, se entregaron las Insignias Sagradas a los alcaldes indígenas, regidores y auxiliares, de la ahora reestablecida Alcaldía Indígena de la Comunidad Kaqchikel de Pilar II.
A Jerónimo ese proceso le provoca “tanta alegría, por los pasos que se han dado” y comentó que desde 1980 han participado como alcaldes auxiliares “pero hoy nos instalamos como autoridades indígenas”, enfatizó.
En un comunicado de las autoridades ancestrales mayas y garífunas de Guatemala, mencionaron que la reconstitución de la Alcaldía Indígena de la Comunidad Kaqchikel de El Pilar II, es una acción reivindicativa, que se suma a la resistencia en contra de la industria extractiva que tanto dolor, muerte y divisionismo ha provocado al pueblo de San Juan Sacatepéquez.
Además, las autoridades ancestrales señalaron que este es un paso para la construcción de una vida digna y la recuperación de las formas propias de organización de los territorios desde las propias comunidades mayas.
Proceso de resistencia
Jerónimo mencionó que en la empresa Cementos progreso dividió mucho a las comunidades, además, el alcalde municipal Juan Carlos Pellecer Agustín, sumó esfuerzos para crear una mesa de diálogo sin consultar a las comunidades, y de esa mesa no se ha obtenido información.
“Sabemos que el alcalde municipal ha favorecido grandemente a la empresa Cementos progreso que desde hace varios años tiene intranquila a la comunidad”, añadió Jerónimo.
El problema de las comunidades en San Juan Sacatepéquez se remonta al 2005, cuando la empresa cementera intentó terminar la construcción de una mega carretera llamada Anillo Regional, para uso privado de la propia empresa y de la construcción de la planta San Gabriel.
Jerónimo relató que conoce la historia y los hechos que han provocado la división entre la comunidad y cómo la empresa Cementos Progreso ha querido apoderarse de algunas tierras en el pilar II, motivos por los cuales se han organizado.
Jerónimo detalló que el reciente proceso de nombramiento y reconocimiento de las autoridades ancestrales constituye “es una esperanza”, ya que sobre esa figura y forma de representación indígena, se reconoce que la comunidad es dueña legítima de los territorios.
Autonomía comunitaria y proceso de selección
Juan Carlos Peláez, abogado y defensor de derechos humanos que brinda acompañamiento a varias comunidades indígenas en los procesos de recuperación y reconocimiento de sus territorios, enfatizó sobre la importancia que tiene la propia organización comunitaria.
Peláez enfatizó “es un proceso importante que las comunidades rescaten su forma de organización ancestral y es un paso a la autonomía comunitaria”.
Además, Peláez detalló que es importante que en los territorios exista la figura de autoridades ancestrales, porque son maneras propias de organización de los pueblos originarios y no son puestos que se someten a la dinámica político partidista de elección.
En ese sentido, sobre ese proceso de selección, el académico Carlos Fredy Ochoa, añadió que la palabra que mejor se ajusta al sentido de esa representación comunitaria es precisamente “selección y no elección” debido a las actividades y procesos que previamente se llevan a cabo en cada comunidad para designar los cargos.
“Que se realice el primero de enero es herencia de la colonia porque el calendario lo impuso el colonialismo, eso ha sido así en los últimos 400 años, pero la ceremonia de selección de las autoridades comunitarias se realiza después de la cosecha del maíz, luego viene un período de transición y representa un evento de gran importancia para las comunidades”, indicó Ochoa.
Ochoa comentó que el proceso de selección no es uniforme en todas las comunidades del país, porque “existen formas diversas de seleccionar a las autoridades, por ejemplo, es diferente el proceso que se sigue en Huehuetenango al de Alta Verapaz, pero esa es la riqueza de los pueblos, no hay una tradición uniforme”, enfatizó.