Por La Olla Comunitaria Rayuela
El martes 19 de mayo, fuimos informados que las personas que permanecen en un albergue de la Ciudad de Guatemala, al que hemos acudido para llevar alimentos, han presentado síntomas de COVID-19. Aunque las pruebas se encuentran en proceso y aún no conocemos los resultados, médicos cercanos al movimiento nos han recomendado cerrar La Olla Comunitaria Rayuela para evitar ser un foco de contagio.
La situación del albergue es compleja porque en ella se refugian personas en condición de calle, adultos mayores y personas con discapacidad. Algunos de ellos han sido desalojados de los lugares donde vivían por falta de pago. Aunque ya se encuentran en cuarentena es preocupante porque la población total del albergue es de 80 personas.
Los voluntarios de La Olla no presentamos síntomas y, al igual que mucha de la población del país, nos enfrentamos al hecho de desconocer cómo acceder a pruebas para determinar si somos portadores. De lo que sí estamos seguros es que no seremos los causantes de propagar el virus entre las más de mil personas que a diario acuden a los alrededores del Palacio Nacional en busca de un plato de comida. Por ello, como medida preventiva, cerraremos el comedor.
Durante 40 días hemos servido más de 30 mil raciones de comida y hemos repartido más de mil bolsas de víveres entre familias con banderas blancas. A lo largo de este tiempo, hemos exigido al Gobierno de Guatemala que asuma su responsabilidad ante estas personas que han quedado desprotegidas, derivado de la crisis provocada por la emergencia sanitaria.
En la fila hay madres solteras, artistas, familias completas, muchas personas con discapacidad, migrantes, deportados y adultos mayores a quienes no se les ha dado la más mínima oportunidad de acceder a los programas sociales. Ellos no tienen teléfonos celulares, su acceso a vivienda es tan limitado que los pocos que tienen donde vivir, no tienen acceso al recibo de energía eléctrica porque alquilan una pieza junto a muchas otras familias.
Este es un llamado al Procurador de los Derechos Humanos, para que abogue por la vida de todas estas personas ante el Estado de Guatemala. También es un llamado a las Municipalidades, para que no cierren sus puertas, como lo ha hecho el Gobierno de Guatemala y genere formas de distribución de alimentos, porque el derecho a la alimentación de todas y todos está siendo violado.
A nuestros donantes les informamos que todos sus aportes serán canalizados a las otras Ollas Comunitarias que operan en Antigua Guatemala, Quetzaltenango, Cobán, San Juan Chamelco, Santiago Atitlán y Santa Tecla, El Salvador.
Guatemala, 20 de mayo de 2020.