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Créditos: Juan Calles
Tiempo de lectura: 4 minutos

Texto y fotografía: Juan Calles

Desde muy temprano se formó una larga cola de personas que deseaban entrar a Torre de Tribunales, señoras mayores con cara de angustia, mujeres jóvenes con aspecto esperanzador, señores indígenas nerviosos y con las dudas resbalándoseles entre las manos, las pláticas en la cola anunciaban desde ya como estaría la jornada.

“El general Callejas es mi tío” dijo con tímido orgullo un señor de mediana edad, “gracias a dios están en el hospital y no en la cárcel”, pensé en los cientos de muchachos que estuvieron en cárceles clandestinas, torturados y sin esperanza de un hospital.

Otra señora que usaba un inmobilizadores en el brazo y la pierna, contó que iba a la una audiencia por el asesinato de su esposo “Su mejor amigo le dio 12 tiros” dijo con tristeza, su interlocutor solo atino a preguntar “¿se estaban echando los tragos?”

Por fin nos permitieron el ingreso al piso 13 en dónde se realizaría el debate oral y público en el Tribunal C de Mayor Riesgo contra los militares: Benedicto Lucas García, exjefe del Estado Mayor del Ejército, Manuel Antonio Callejas y Callejas y Hugo Ramiro Zaldaña Rojas; el comandante y coronel Francisco Luis Gordillo y Edilberto Letona, segundo comandante.

Los procesos legales y sus formalismos hacen muy largas las horas y la espera, el juez Pablo Xitumul indicó los delitos que se persiguen, hizo constar que se encontraban presentes todas las partes, abogados defensores, abogados de querellantes, fiscales del Ministerio Público (MP) acusados, testigos, peritos, anunció las reglas del juicio.

La defensa

Los abogados que representan a los acusados tienen un aire de autosuficiencia, lucen orgullosos y erguidos, sus trajes parecen responder a esa actitud jactanciosa, al tomar la palabra se hacen notar. Todos parecen tener bien aprendido el guión. El único que difiere de esa actitud es el representante del Estado de Guatemala (El tercero acusado en este juicio) quien luce tímido y cabizbajo.

El abogado Alejandro Arriaza es el más agresivo, gesticula y arruga la cara para enfatizar sus palabras, usa un corte de pelo militar y mira por sobre el hombro, a pesar que constantemente repite “con todo respeto” su actitud dice todo lo contrario. El juez le llamó la atención en varias ocasiones ordenándole callar y sentarse. Los abogados de la defensa hicieron comentarios sarcásticos y dejaron entrever que ésta sería una defensa diferente y no como en otros juicios contra militares.

A pesar de mostrarse envalentonados el abogado Antonio Anaya, quien representa a Manuel Antonio Callejas y Callejas, solicitó que el juicio se realizara a puerta cerrada pues siente vulnerada la seguridad de los abogados y los acusados, pues los asistentes les fotografiaban y les insultaban en redes sociales. El juez Xitimul negó tal solicitud siendo este un juicio oral y público, las puertas deben ser abiertas para quien quiera presenciar el proceso, argumentó

Piden clemencia e invocan humanidad

El juez Xitumul pregunta si existe alguna incidencia antes de continuar el juicio, los abogados querellantes y MP afirman no tener ninguna. Sin embargo al tomar la palabra el abogado Arriaza narra que su defendido, Edilberto Letona fue lastimado por los grilletes, que los ancianos generales son trasladados en pick up y que es un trato inhumano para los octogenarios.

El resto de abogados se suma a la petición de Arriaza y piden que los militares presencien el juicio desde el hospital en donde están recluidos y su participación se desarrolle por medio de video conferencias.  Cada uno de los abogados relata que sus defendidos sufren diferentes enfermedades debido a su edad.

Los abogados querellantes y el MP se oponen argumentando que los acusados deben estar presentes pues así lo exige la ley.  El juez y los vocales luego de unos minutos de discusión deciden negar la petición de la defensa y los militares deben asistir a las audiencias.

Los acusados son llamados a declarar, se leen documentos secretos

El primero de ellos es Hugo Ramiro Zaldaña Rojas, quien decide no declarar. El siguiente convocado es el coronel Francisco Luis Gordillo, quien inicia relatando sus orígenes humildes en Jacaltenango y como se inicia en la vida militar. Pero cuando el MP inicia su interrogatorio cambia su actitud y dice estar confundido y que su mente no coordina bien, que no desea seguir respondiendo. Por su parte el abogado Arriaza objeta cada pregunta, el juez sin embargo permite que el interrogatorio continúe. A pesar de su narración inicial, ante las preguntas el Coronel parece no recordar ni saber nada.

El MP pide abrir un sobre como prueba, son documentos secretos del Ejército de Guatemala  encontrados en la casa de habitación de Gordillo, en esos documentos se narra la captura de María Margarita Chapetón Rosales, nombre que usó Emma Molina Theissen al momento de su captura. El coronel Gordillo afirma que no conoce esos documentos que no sabe cómo llegaron a su casa.

Por su parte los abogados de la defensa afirman que se rompió la línea de custodia de esos documentos, que pudieron ser alterados o ser falsos pues la fecha de embalaje no coincide con la fecha que el MP afirma haberlos leído y usado como prueba. Además Jorge Lucas Cerna, abogado de Benedicto Lucas, pide que se de lectura integra del documento, pero que antes los presentes deben abandonar la sala para guardar la reserva de los documentos secretos del Ejército, sin embargo el juez Xitumul afirma nuevamente que el juicio es público y que el documento puede ser conocido.

En los documentos queda confirmado que Francisco Gordillo era el comandante de la Zona Militar de Quetzaltenango y Edilberto Letona segundo comandante, lo que evidencia que ellos estaban al tanto de los interrogatorios, las torturas y las violaciones que sufría Emma Molina Theissen durante su reclusión.

El día avanzó lento, pero llegaron las 16:30 horas y el juez decidió suspender la audiencia para continuar el lunes 5 de marzo.

La familia Theissen ha emprendido la búsqueda de la justicia por estos caminos del sistema judicial que parecen frívolos e indiferentes, sin embargo, el recuerdo de Marco Antonio Molina Theissen, el dolor por la vejaciones sufridas por Emma Molina Theissen son motor, son la fuerza para avanzar sin detenerse en este camino en subida, pero que de cualquier forma habrán pasos seguros que no se detienen.

 

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