Por: Jerson Xitumul
Hay una especie botánica llamada Bixa Orellana, conocida como achiote, de sus frutos y semillas se obtiene una masa roja que es un tinte especial. Las familias especialmente en las comunidades Q’eqchi’ la utilizan para dar color a sus platillos originarios como un buen caldo de gallina criolla o de chompipe.
Es una planta no mayor de 2.50 metros de altura y se cosecha una vez al año. Doña María Coc cosecha el achiote desde hace 23 años, desde que llegaron a la comunidad Seacacar ubicada a 8.5 kilómoetros desde el centro de el municipio de El Estor en Izabal. Doña María cuenta que para poder obtener la masa rojiza remoja por una noche las semillas que se obtienen de la fruta y al otro día muy de mañana los restriega y los cuela.
Después los pone al sol para que se seque y en hojas de maxán los envuelve y deja que llegue a su punto de cocción natural. Ella dice que la libra de achiote tiene un valor de Q40 cuando es de buena calidad. Ella cuenta que el achiote era utilizado por sus abuelos y padres como medicamento natural, que una vez obtenida la masa molían la semilla, la envolvían en un trapo y con agua tibia era puesta sobre el ombligo cuando padecían de hernia los bebés.
La hojas tiernas son utilizadas para el dolor de cabeza, se ponen sobre la frente, esa eran nuestras pastillas de antes, dice.
También se usaban para el dolor de ovarios “mis abuelos ponían a secar las raíces las molían y se tomaba en forma de té, esa era la mejor cura para este dolor que sufrimos algunas mujeres“