El pan artesanal de doña Isabel Santos se ha convertido en una tradición gastronómica en una comunidad de Ixcán, Quiché.
Por Joel Pérez
Doña Isabel Santos, es una madre de familia que desde los 25 años practica la elaboración de pan de manera artesanal. En Semana Santa su trabajo se intensifica por la preferencia de la población en adquirir este producto.
Según doña Isabel, el pan, al ser cocinado en un horno artesanal tiene un sabor diferente al industrializado.
Actualmente doña Isabel vive en la comunidad de Santa María Tzejá, ubicada a 27 kilómetros de la cabecera de Ixcán, Quiché, lugar donde han crecido sus 10 hijos (8 de ellos, mujeres).
Con 76 años doña Isabel continúa con la práctica que heredó de sus padres. “Me gusta, en el refugio trabajé en una panadería en México”, recuerda.
Durante todo el año, doña Isabel elabora panes y los vende en un local en el centro de la comunidad; sin embargo, su producto también es enviado a otras comunidades del municipio gracias al apoyo de sus hijos e hijas.
“Antes, elaboraba pan, dos veces a la semana, ahora con la llegada de la industrialización solo hago panes una vez a la semana”, indica doña Isabel.
Por su edad avanzada, actualmente tiene que recurrir al apoyo de sus hijas, ya que, ellas también heredaron la práctica de elaboración de pan, aunque durante la Semana Santa más hijas llegan a la casa para turnarse y apoyarla en el proceso.
Muchas personas de la comunidad prefieren comprar el pan horneado artesanal con doña Isabel porque, según ellos, el sabor es diferente.
En un día normal, la jornada inicia a las 8:00 horas y elabora más de 150 panes. Doña Isabel finaliza a las 15:00 horas aproximadamente.
Doña Isabel cuenta que “primero mido la cantidad a elaborar, continúo agregando los ingredientes, después amaso el producto, hago bolitas, hasta que esté en su punto y por último lo introduzco al fuego en el horno de barro”.
