Los cuatro años del último gobierno reportaron un incremento de casos en comparación al anterior. En 2023 fallecieron por esa causa 54 menores de cinco años. A pesar de la implementación del plan de la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición, el hambre y malas condiciones sanitarias en territorios del país no fueron atendidas para brindar condiciones de vida digna a la población más vulnerable.
Por Shirlie Rodríguez
Mientras en el Congreso de la República los diputados llegaron a gastar Q19 millones 164 mil 537 en alimentos como salmón, chicharrones y quesos durante los cuatro años de sesiones plenarias, en el mismo período murieron 256 niños menores de cinco años por desnutrición.
El año más desafortunado para el periodo de Alejandro Giammattei fue en 2022, cuando 102 niños y niñas murieron a consecuencia de la desnutrición.
Adela Alvarado, de 20 años, y su niña de un año y seis meses se mudaron a vivir a la cabecera departamental de Huehuetenango para que pudiera conseguir un trabajo con una mejor remuneración económica.
Ella es de una aldea llamada El Llano, queda aproximadamente a una hora de la cabecera departamental de Huehuetenango. Este municipio tiene 136 mil 639 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El lugar en donde ahora vive Adela y su hija en 2023, según los datos del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), ocupa el penúltimo lugar en cuando a casos de desnutrición a nivel nacional. En 2022 reportaron 1325 casos y el año pasado 1210.
En 2019 y 2020, Huehuetenango ocupó el sexto lugar a nivel nacional con más casos de desnutrición en menores de cinco años, así como sucede con la hija de Adela.
En los primeros seis meses de su hija, Adela notó que su crecimiento era lento, culpó a que no tomó suficiente leche materna, pero también estaba consciente de las condiciones de precariedad en la que vivían.
“En mi casa somos seis hermanos y vivimos con mi mamá. Ella nos daba alguna tortilla con frijol cuando había y otras veces solo las tortillas, por eso decidí salir de mi casa para conseguir un trabajo y así darle más comida a mi hija”, contó Adela.
En su vivienda no hay un sistema de drenajes y el agua potable es escasa, dice que con leña hierven el agua que consumen porque no tienen el dinero necesario para comprarla embotellada.
Después de ver que su niña tenía constantes enfermedades gastrointestinales la llevó a un puesto de salud y la refirieron al centro de salud, ahí le dieron el diagnóstico de que tenía un cuadro de desnutrición.
La atención que le dan en el centro de salud es un control mensual y le entregan atoles que debe darle a diario su hija. Dice que algunas veces faltó a las consultas porque luego de conseguir un trabajo como trabajadora doméstica, es más complicado que le proporcionen permiso, lo cual representaba que se quedara sin ese alimento para su hija.
“A veces es complicado seguir estos pasos que le piden a uno para que los hijos se recuperen, no todas las veces puedo salir toda la mañana para que me atiendan, pero a veces logro comprar Incaparina”, explicó.
A pesar de que durante el gobierno de Alejandro Giammattei se incrementó el presupuesto para el Programa de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Prosan), los casos de desnutrición se incrementaron.
Según los datos del Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sinsan) del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), en 2020, se reportaron 27 mil 913 casos de niñez con desnutrición; en 2021 22, 040; en 2022 20 mil 806; y el año pasado 25 mil 237.
El Prosan son todas las instituciones que intervienen en el plan para el combate a la desnutrición; son ocho ministerios, cuatro secretarías y cinco entidades descentralizadas, estas son:
Ministerios
- Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social
- Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales
- Ministerio de Economía
- Ministerio de Educación
- Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación
- Ministerio de Desarrollo Social
- Ministerio de Comunicaciones Infraestructura y Vivienda
- Ministerio de Trabajo y Previsión Social.
Secretarías
- Secretaría de Bienestar Social (SBS)
- Secretaría de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia
- Secretaria de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan)
- Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (Sosep)
Instituciones descentralizadas
- Instituto de Fomento Municipal (Infom)
- Instituto Nacional de Comercialización Agrícola (Indeca)
- Comité Nacional de Alfabetización (Conalfa)
- Fondo de Tierras (Fontierras)
- Instituto de Ciencias y Tecnología (ICTA)
El primer año de trabajo de Alejandro Giammattei, estas instituciones contaron con Q5. 2 mil millones para trabajar las diferentes estrategias para atender a la niñez con desnutrición aguda. El presupuesto vigente al terminar esta administración pasó a tener Q11 mil 344 millones para el mismo fin.
En 2023, las cifras del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social reportan que luego junio, mes de las elecciones generales en el país y momento en el que se enfocó la atención en el tema de la defensa de la democracia por la persecución que emprendió el Ministerio Público (MP) al proceso electoral, se dio un incremento de muertes de niños y niñas con desnutrición. Fue hasta diciembre que disminuyó el pico de casos.
Para Flor Díaz, nutricionista y especialista en atención pediátrica, el tema de la desnutrición no es únicamente atender con planes vacíos que pretenden “quitar el hambre” a un niño o niña.
Díaz dice que para abordar el tema hay que hacerlo desde el contexto familiar, si viven en situación de pobreza, si tienen una vivienda con los servicios básicos, si cuentan con mecanismo para agua potable, la madre está bien alimentada, el núcleo familiar cuenta con recursos económicos para atender las necesidades básicas.
“Estos programas que se implementan solo cambian de nombre y pretenden que con un par de bolsas de atol al mes el niño se recupere. El planteamiento y estrategia debe ser amplio y cubrir más necesidades para toda la familia alrededor de los niños y niñas desnutridos”, agregó.
El MSPAS evidencia en sus estadísticas que los departamentos que más vulnerabilidad y casos de desnutrición aguda reportan en el último año son: Escuintla, Sacatepéquez e Izabal. Le siguen Guatemala Sur, Zacapa, Suchitepéquez y Retalhuleu.
Los análisis del MSPAS realizados en el 2023 a través del Sinsan indican que la mayor cantidad de casos se da en niños y niñas que no superan los dos años y han sobrepasado los primeros seis meses de vida.
Para la especialista, estos casos deben tener atención médica constante y un seguimiento a su cuadro clínico, por lo tanto, los servicios de salud públicos no son los idóneos ante la cantidad y poca capacidad que tienen para atender.
En Quetzaltenango funciona un programa llamado 32 Volcanes, el cual opera a través de donantes internacionales y el apoyo de la ciudadanía. Trabajan en Quetzaltenango y Sololá para atender a la niñez con desnutrición.
Según explican los encargados del programa, la atención integral para las familias que tienen casos de desnutrición es clave y fundamental. Ellos ofrecen atención médica que cubre la atención pediátrica y nutricional.
Además, forman a las madres y padres para que el seguimiento del caso sea constante. Hay grupos de mujeres en las comunidades que forman una red de polinizadoras, como le han denominado, en donde aprenden temas de huertos familiares, economía familiar y con esto formar a las familias para que no abandonen el proceso del niño o niña con desnutrición.
Otro punto que atienden es el mejorar la alimentación, aprovechar los insumos que tienen para consumir más frutas y verduras y dejar los alimentos procesados y que no son buenos para el organismo.
En 32 Volcanes su proceso va enfocado en la soberanía alimentaria, con la cual empoderan a las familias con información para implementar formas de generar alimento para sus familias y que esta sea de beneficio.
Al año atienden a alrededor de 300 casos y en su mayoría se recuperan tras un seguimiento de al menos 12 o 18 meses. De manera constante los representantes de esta organización denuncian la falta de interés del Estado por atender esta problemática que es histórica y no le dan prioridad.
Conoce más detalles acá:
Denuncian falta de interés para atender crisis por inseguridad alimentaria
Retos para el nuevo gobierno de Bernardo Arévalo y Karin Herrera
Elder Alvarado ha trabajado con organizaciones no gubernamentales en proyectos de atención a niñez con desnutrición. Específicamente en Sololá y Quiché y explicó que los principales retos con los que empieza este gobierno son las malas condiciones en las que se encuentra la red de servicios de salud, desde las primeras categorías hasta los hospitales nacionales.
También recomienda que la Sesan sea fortalecida y no simplemente hagan trabajo de recolección de datos para contabilizar los casos de desnutrición.
“Se deben tener sistemas de atención del primer nivel con especialistas que puedan atender a niños y niñas con desnutrición. La Sesan debe dar atención constante para evitar que los casos se agraven y tengan que ir a los hospitales”, dijo. Agregó que el seguimiento de los casos es vital.
Otro aspecto que concuerda con la profesional Díaz es que hay que atender el sistema de agua potable y drenajes en los territorios. Contó que varios de los casos de muertes en niños y niñas se daban por las diarreas que tenían luego de consumir agua contaminada. Las bajas defensas por la desnutrición les imposibilita su recuperación.
El nuevo gobierno pretende dar atención a temas de drenajes, vivienda y recuperación de los servicios de salud como parte de su estrategia para la atención de la desnutrición.
La vicepresidenta Karin Herrera dijo durante la campaña electoral que este sería un tema de prioridad para el rescate de la niñez del país. Ella en su rol de vicepresidenta es la encargada de liderar el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria (Conasan), pero por ahora no han dado detalles de la estrategia que seguirá el gobierno actual.
Para el gobierno de Arévalo y Herrera, ya hay unas primeras recomendaciones que hacen de parte de los técnicos del MSPAS que dan atención al tema de desnutrición. Piden que se debe monitorear y corregir “donde sea necesario” el proceso de Vigilancia Epidemiológica y la asistencia alimentaria y nutricional. Recomiendan que se haga de forma oportuna la identificación de las comunidades de mayor riesgo.
También que se asegure la existencia de vacunas, micronutrientes y todos los procesos de promoción de la salud contenidos en el programa de la ventana de los 1,000 días.
Otra recomendación es fortalecer el flujo de comunicación con los actores que forman parte del Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional en los niveles municipal, departamental y nacional.
Adela Alvarado está en el proceso de recuperar el peso y talla de su hija, espera que la decisión de trasladarse a la cabecera de Huehuetenango le facilite seguir con el proceso de la pequeña. Mientras tanto, espera la respuesta del gobierno para que su niña se recupere por completo, pero no solo quiere las bolsas de atol, necesita mejores condiciones de vida.
