Asociación 32 Volcanes en Quetzaltenango pidió un espacio físico a la autoridad municipal y comunitaria en San Juan Ostuncalco para atender a más de 40 niños del sector, pero la respuesta fue negativa.
Por Shirlie Rodríguez
La Victoria es una aldea que se ubica en el municipio de San Juan Ostuncalco y donde 43 niños y niñas son atendidas por casos de desnutrición. La atención la brinda la asociación 32 Volcanes, que se dedica a la recuperación de niñez menor de cinco años con desnutrición en el occidente del país.
El trabajo de 32 Volcanes lleva más de tres décadas en Quetzaltenango en donde priorizan el territorio del Valle de Palajunoj, también están en San Juan Ostuncalco y áreas del departamento de Sololá.
En La Victoria implementan una clínica o jornada de atención en la cual se realiza la evaluación médica de los niños y niñas del programa, con la finalidad de dar seguimiento a cada caso de desnutrición. También hacen procesos de formación con las madres y padres y para esto necesitan un espacio físico en dónde realizar las evaluaciones.
La agrupación inició gestiones con la municipalidad de San Juan Ostuncalco para obtener un lugar para realizar la jornada de atención, pero a pesar de que fueron recibidos, no les dieron ninguna respuesta. Su otra opción fue pedir el apoyo de los líderes por lo que el Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) del lugar, accedió.
Realizaron una jornada en el salón comunal, pero recibieron quejas. Les pidieron pagar Q300 por cada flor dañada por los niños que llegaran al lugar y además hubo inconformidad porque utilizaban el lugar toda la mañana o más tiempo de lo establecido.
Carmen Alvarado, la coordinadora del proyecto, dice que esto evidencia que hay más preocupación por unas cuantas flores de un jardín pobre, que por la salud de la niñez de la comunidad.
Una mujer de la comunidad les ha dado espacio en su casa, pero el lugar ya les resulta pequeño por la cantidad de personas que reciben, ya que no solo atienden niños, también a las madres y sus otros hijos. Por lo que la organización señala que necesita un espacio amplio.
Alvarado asegura que esto es un ejemplo de violencia desde el gobierno y que se convierte en prácticas machistas que evidencian el poco interés que hay por atender este tipo de emergencias.
Agregó que a pesar de que están felices de contribuir con esta atención a través de los programas, este trabajo no les corresponde solo a ellos, sino que al Estado y no lo están haciendo.
“No existen espacios para las mujeres que se hacen responsables y se están enfrentando a los retos sin tener las herramientas como recurso de tierra para sembrar sus alimentos, también gestionar espacios para atenderlos de una mejor manera. Es un problema de Estado, es una crisis política por el desinterés que hay a nivel municipal y comunitario”, dijo Alvarado.
Al no tener el apoyo de un lugar en donde se pueda realizar el programa de nutrición en La Victoria, el proyecto lo tienen que realizar en la sede de 32 Volcanes que se ubica en la zona 1 de Xela, lo cual representa un viaje de al menos una hora o más para las madres y sus hijos.
Muchas madres no pueden llegar a Xela porque no tienen el dinero para trasladarse y eso afecta al seguimiento de los casos.
El tratamiento de cada niño equivale a US$1 mil 200 anuales que incluye atención médica, suplementos alimenticios, talleres y capacitaciones para las madres y atención médica y psicológica para las madres.
Otro proyecto que tampoco pudo continuar en La Victoria es el de un huerto de donde las madres obtienen alimentos para su consumo. El huerto se ubica en una aldea cercana, por la falta de espacio.
“En La Victoria no hay mujeres en el Cocode ni en las alcaldías comunitarias y por eso no escuchan las necesidades de las mujeres en el lugar. Son ellas las que conocen realmente qué es la desnutrición y no los políticos”, agregó Alvarado.
Según los datos que maneja 32 Volcanes, a nivel departamental son 41 mil niños menores de 5 años con desnutrición, cifra que puede aumentar ante la existencia de subregistros.
