Créditos: Emmanuel Andrés
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La noche del 3 de enero, tras casi dos años de estar en prisión, la exjefa de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) de Quetzaltenango salió de la prisión de alta seguridad Matamoros, en la zona 1 de la Capital, y fue recibida por familiares y amigos en medio de abrazos y festejos. Después de esta etapa, Laparra deberá terminar de cumplir su primera condena por abuso de autoridad, en casa.

Por Paolina Albani
Con información de Emmanuel Andrés

eso de las 9 de la noche del 3 de enero, la entrada del Centro de Detención Matamoros se llenó de gente que esperaba la salida de Virginia Laparra. Ahí estaban sus amigos y familiares. Entre ellos, Samari Gómez, una exfiscal de la FECI que fue señalada por la Fundación Contra el Terrorismo (FCT) de haber filtrado información de un caso que llevaba; su abogada y exmandataria de la CICIG, Claudia González, quien casi dos meses antes recuperó la libertad, y varios activistas más que siguieron de cerca el desarrollo de su caso.

Foto: Emmanuel Andrés

Pasadas las 10 de la noche, una pequeña puerta al costado del portón principal de Matamoros crujió al abrirse. Instantes después, de ahí salió Laparra, con los abrazos arriba en señal de victoria.

La exfiscal lo primero que hizo fue buscar a sus dos hijas y las abrazó y beso por tiempo prolongado. Mientras tanto, algunos hacían fila para felicitarla y en el fondo sonaba la batucada con un ritmo festivo.

Foto: Emmanuel Andrés
Foto: Emmanuel Andrés
Foto: Emmanuel Andrés

El mensaje de resistencia de Laparra

La liberación de Laparra fue por demás emotiva, no solo por lo espurio de las denuncias en su contra y por el desgaste que sufrió en prisión, sino porque quienes la vieron esa noche, aseguraron que se encontraba fuerte y contenta. En pocas palabras: lista para volver a la carga.

Cuando tomó la palabra para agradecer el apoyo de la gente, admitió que, aunque siempre ha amado la vida, en Matamoros se enfrentó a pensamientos de duda.

“Hubo días en los que me preguntaba si valía la pena o no seguir viviendo”, dijo.

“Esto dejó bien cimentado en mí que cuando uno tiene una experiencia difícil, como esta, hay un único lugar al que uno tiene que girar su mirada y es al cielo y agradecer a Dios porque es el único que puede hacer que los milagros y bendiciones lleguen a nosotros”.

Añadió que “lo que -Dios- puso en el firmamento de esa oscura noche que duró 680 días, fueron esas luminarias y estrellas llamadas: hijas, familia, tía, amigos, y mis abogadas.
Les agradezco porque tuvieron la entereza para resistir y acompañarme en este duro proceso”.

“La profesión que desempeñé siempre ha sido difícil, pero nunca imaginé que podría pasarme algo así”, dijo Laparra al salir del penal.

Previo a su liberación, la exfiscal publicó un mensaje en el que aseguró que su salida de prisión “es un pequeño paso hacia la reconstrucción del sistema de justicia”. Mensaje que algunos de los fiscales exiliados como Juan Francisco Sandoval, compartió en sus redes sociales.

Tras su salida del penal, Laparra quedará en prisión domiciliar, en lo que se dilucida su caso, después de que el Tribunal Octavo, dirigido por la juez Oly González, acató la orden de la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de otorgarle la libertad a Laparra, por considerar que ya había cumplido el 45% del tiempo impuesto en la primera condena.

Durante la audiencia, fue notable la ausencia de los representantes de la FCT, quienes son querellantes del caso, y del juez Castellanos. Sin embargo, en redes sociales, Raúl Falla, abogado de la fundación, quiso resaltar que la salida de Laparra fue por una medida sustitutiva y no porque su caso hubiese sido sobreseído.

Aun así, la exjefa de la FECI deberá presentarse cada 15 días al Ministerio Público para firmar un libro de actas que pruebe que sigue en el territorio y no podrá salir del país.

Foto: Emmanuel Andrés

Cómo empezó la persecución

El caso en su contra se originó cuando fungió como jefa de la FECI en Quetzaltenango y denunció en cuatro ocasiones, por la vía administrativa, al juez Lesther Castellanos, entre 2017 y 2018, al observar actos anómalos del juzgador. Castellanos respondió con una contra denuncia provocando su detención en febrero de 2022.

Esto ocurrió en medio de la pandemia de la COVID-19, pero también en una período en el que el sistema de justicia empezaba su alineamiento con el gobierno central y que provocó la intervención de la independencia judicial, que hoy, continua vigente.

Este retroceso ha pasado por el cierre de casos de corrupción y la posterior liberación de políticos, empresarios y militares y estructuras del crimen organizado que estaban señalados de casos de gran corrupción.

Incluso, ha pasado por la redirección e instrumentalización de las instituciones para perseguir a los actores de justicia que dirigían estos casos de corrupción. Laparra fue una de varios fiscales que fue criminalizada con casos construidos e ilegales, como parte de la venganza del llamado “Pacto de Corruptos”.

El nombre de Laparra sigue escrito junto a otros que siguen siendo perseguidos por el Ministerio Público de Consuelo Porras, con la venia de Alejandro Giammattei: Virginia Laparra, Claudia González, Siomara Sosa, Leily Santizo, Willy Racanac, Aliss Morán, Paola Escobar, Samari Gómez, entre otros.

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