Créditos: Prensa Comunitaria
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El dirigente comunitario de San Pedro la Laguna conversó con Prensa Comunitaria sobre su trayectoria, su percepción de la política, la participación de la juventud y las mujeres en las movilizaciones en defensa de la democracia.

Por Francisco Simón e Isela Espinoza

En unos días Salvador Quiacain, integrantes del colectivo Comunidad Tz’unun Ya’, de San Pedro la Laguna, Sololá, cumplirá 76 años de los cuales 58 ha dedicado a representar a su comunidad en diferentes puestos políticos, sociales y culturales. Actualmente, es uno de los dirigentes comunitarios que apoya las movilizaciones en defensa de la democracia y uno de los portavoces de lo que se ha denominado Las Lagunas, en referencia a los municipios que se encuentran a la orilla del lago de Atitlán.

Su vocación de servicio a la comunidad y la política fue inculcada por sus padres y abuelos, por lo que aboga por que el cambio de la sociedad debe iniciar desde la familia. “Estoy compartiendo esta experiencia y se lo tengo que agradecer a la comunidad”, dijo Quiacain al recordar que, desde los 18 años, su comunidad lo eligió para representarla.

“La participación ciudadana organizada, que tiene objetivos claros en beneficio de la comunidad, no es un delito ni es pecado”, sostuvo. Por eso durante una conversación con Prensa Comunitaria destacó la participación de la juventud y las mujeres en la política por lo que considera que estos son algunos de los logros que han dejado las protestas que llevan más de 40 días frente a la sede central del Ministerio Público (MP) en la zona 1.

¿Cómo se involucra en los movimientos sociales?

Empecé a tener participación comunitaria a los 18 años. Desde ese tiempo, la misma comunidad me concedió la oportunidad. Además, mis padres, en vida, me recomendaron que debo de cumplir mis deberes comunitarios siendo parte de la comunidad. Esa idea me inquietó y traté la manera de aceptar los diferentes cargos. Requiere mucho tiempo, pero al menos puedo decir que tengo 58 años de participación comunitaria. He desempeñado diferentes cargos religiosos, culturales, deportivos, sociales y eso me ha permitido tener experiencia.

La primera oportunidad fue ser oficial en la Secretaría Municipal en 1965. Conforme ha pasado el tiempo me he dado cuenta que es importante la organización, la convocatoria para el buen involucramiento de las comunidades. Sin embargo, tenemos que comprender que lo que ha sucedido desde 1962: golpes de Estado, los fraudes electorales, la persecución a los líderes comunitarios ha hecho que muchos de los dirigentes dieran un paso atrás para evitar problemas.

Una de las cosas que he aprendido en la comunidad es que el nombramiento para un cargo comunitario depende de cómo son prestados los servicios a la comunidad. Durante el tiempo que he desempeñado diferentes cargos he tenido la experiencia de que la participación de la comunidad requiere de más animación, de más espacios para que hombres y mujeres puedan involucrarse. Afortunadamente en los últimos 10 años que he participado a nivel municipal, departamental y nacional, algunas veces me he dado cuenta que las mujeres están teniendo una mayor y mejor participación. Eso me satisface. Al igual que la participación de los jóvenes.

Usted es una de las figuras destacadas en las protestas que iniciaron el 2 de octubre, ¿Cómo interpreta que las autoridades no atienden las demandas de la población?

Una de las conclusiones a las que he llegado es que los funcionarios públicos no interpretan ni aplican el espíritu de la ley para liberar a Guatemala. Para mí no es justo ni lógico que los funcionarios se agarraren de las leyes, aunque el pueblo se esté muriendo.

El sistema democrático lo hemos vivido en varias ocasiones. El primer momento importante para mí fue cuando entró en vigencia la Constitución Política (14 de enero de 1986). Luego está el conflicto armado interno que duró 36 años y la firma de los Acuerdos de Paz, en 1996. Es histórico lo que ha pasado ahora en Guatemala porque los politiqueros cada cuatro años logran convencer al pueblo con mentiras y para asegurar su triunfo se ponen a hacer encuestas.

Sin embargo, esta vez ni siquiera los que hicieron las encuestas se dieron cuenta, aunque ya había un aire hace cuatro años, una de las candidatas indígenas llegó a ocupar el cuarto lugar. Eso nunca se había visto en Guatemala. Entonces, como pueblos indígenas dijimos: “esto va a mejorar de aquí a cuatro años”.

Los pasos positivos que se dan son avances en la vida política de un pueblo. Por eso cuando empezó la idea (del Ministerio Público y los partidos políticos que perdieron en las urnas) de querer bloquear la decisión del pueblo, en el caso mío como parte del colectivo, fui firmante de la primera acción legal ante la Corte de Constitucionalidad (CC). Pero no era fácil que nos respondieran porque cuando se trata de un caso a favor del pueblo en Guatemala casi no se resuelve favorablemente. Afortunadamente se unieron otros hermanos guatemaltecos organizados que siguieron presentando otras acciones legales para defender la democracia en Guatemala.

Algunos se equivocan y piensan que tenemos odio y resentimiento en nuestro corazón y por eso rechazamos a otros. Sin embargo, nosotros cuando actuamos lo hacemos con el pensamiento y el corazón en busca de que Guatemala tenga una mejor oportunidad.

Es la primera vez, en mis 58 años de experiencia, que veo el involucramiento de varios sectores de la sociedad.  Esperaría que el Gobierno con la bendición del pueblo y el pueblo con el apoyo de la comunidad internacional podamos liberarnos de esta situación, porque no queremos, aunque ya se está dando en algunos casos, vivir la situación de Nicaragua. Esperamos no llegar a eso. Guatemala está organizada. Entonces, abogo por el diálogo y así buscar soluciones favorables.

¿Qué le falta a esta ofensiva de la sociedad para terminar de que se atiendan sus demandas?

La pregunta del millón es: ¿Estarían haciendo esto si hubiera llegado alguien de su preferencia a la presidencia?  No creo. Estarían celebrando. Pero el pueblo está exigiendo el respeto de su decisión. Estamos aprendiendo algo en Guatemala y, que aunque no estemos cerca de la solución, de aquí a cuatro años esta lección, los guatemaltecos la tenemos que aprender bien para no caer a lo mismo.

Ahora hay que seguir con la lucha pacífica. Hay testigos a nivel internacional que han declarado que no hubo fraude. Que no hay violencia. Esperaría que esto nos permita mejorar nuestra participación. Guatemala no solo necesita un cambio de participación, sino que necesita el mejoramiento de sus leyes que se deben adecuar a la realidad.

Algunos no han entendido bien cuál es el sentido de las movilizaciones en defensa de la democracia. Para nosotros no es estar perdiendo tiempo, estamos invirtiendo tiempo para Guatemala, porque queremos que mejore. No tenemos malas intenciones, lo que exigimos es que se respete la decisión del pueblo. No hay democracia sin libertad y nosotros queremos paz, fruto de la justicia porque no puede haber paz sin justicia en diferente sentido. La participación ciudadana organizada, que tiene objetivos claros en beneficio de la comunidad, no es un delito ni es pecado. Por eso, nosotros los guatemaltecos conscientes tenemos que seguir en la lucha, depende de la calidad de lucha que hagamos, será la escuela para nuestros hijos y nietos para que esta Guatemala tarde o temprano cambie.

¿Cuáles son las acciones que ha hecho su colectivo para manifestarse en contra de los golpistas?

Se ha invitado a participar. No hemos obligado a nadie. El pueblo que ha participado en estas manifestaciones en aras de la libertad y la democracia de Guatemala ha ofrendado su tiempo. Es un derecho y el pueblo tiene derecho de preguntar, cuestionar y exigir. Los guatemaltecos no somos imágenes inertes somos personas dinámicas.

No venimos a insultar ni a decir mentiras, venimos a expresar nuestro pensamiento con el propósito de que el pueblo de Guatemala mejore su situación.

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¿Cuáles han sido las estrategias para que la población de Las Lagunas tenga acceso a la información y entender el actual contexto?

Bueno. Aprovechar los diferentes medios de comunicación en el caso de Prensa Comunitaria y también las redes sociales. A los parásitos sociales no les importa tirar cualquier babosada para dañar al pueblo. Pero los medios de comunicación tienen la gran tarea de aportar información para una mejor Guatemala.

Estamos aprendiendo que tenemos que ser más y mejores políticos en Guatemala para que, aunque tardemos un poco, nos liberemos de este sistema que no piensa en la población. Nos hemos articulado y hemos convocado. Hace unos tres o cuatro años hubo un interés en el departamento de Sololá por los mismos asuntos de la comunidad, porque para nosotros no es igual como piensan algunos: yo no me quiero involucrar en la política porque no me quiero ensuciar. Pero la política no es una suciedad sino un arte. Según me comentaron mis abuelos, la política es la capacidad de pensar, hablar y trabajar de manera unida para resolver los problemas de una comunidad.

¿Cómo ve el balance histórico entre lo que ha vivido y lo que pasa ahora?

En los próximos días voy a cumplir 76 años, entonces, en 58 años de experiencia puedo ver que con estas acciones se está regresando a 1960. A veces causa preocupación y enojo porque ahora nuestros hijos y nietos son tan conflictivos, porque fueron gestados en tiempo de miedo y terror, durante los 36 años de guerra. En esa época se puso a pelear hermano contra hermano.

En Guatemala hay muchos que por falta de información aún no se quieren involucrar en las movilizaciones, porque piensan que los pueden criminalizar. Ojalá Guatemala de aquí a unos años no sigamos hablando de la misma historia de criminalización.

En Guatemala hay diversos sectores, pero en las elecciones se descuida a las juventudes del país. ¿Cómo ve la participación de la juventud ahora en las calles en defensa de la democracia?

Hace unos años una encuesta señaló que más del 75 por ciento de los jóvenes manifestaron que tenían asco a la participación política. Yo he estado defendiendo que los jóvenes no le tengan asco al tema político, lo que sí tienen es asco a la politiquería. Por eso hago un llamado a la juventud para que cuando se acerque un evento electoral, analicen y tomen una buena decisión por el país porque si no participan es en vano decir que la juventud es el presente y el futuro de Guatemala y los que ya tenemos un poco más de edad tenemos que abrirle el espacio.

Hemos visto la participación destacada de las mujeres en las movilizaciones

Ahora la mujer guatemalteca tiene un papel más que jugar en la sociedad, porque es mayoría en Guatemala. Sin embargo, los puestos en gran parte están ocupados por hombres. Las mujeres tienen que prepararse un poco más para que sean tomadas en cuenta, no solo para votar, sino para ejercer cargos. Hay que reconocer y agradecer la participación de la mujer en esta lucha. Guatemala tiene que cumplir sus sueños, pero deben de convertirse en realidad y esa conversión se dará cuando tengamos más y mejor participación con equidad de género.

En su experiencia, ¿Cómo debe ser ese modelo de Estado que queremos?

El deseo o interés por un mejor desarrollo es un derecho, pero tenemos que hacer esa lucha a partir de nuestra familia. Cuando existan mejores representantes en los diferentes poderes del Estado habrá leyes coherentes.

Escuche la entrevista completa acá:

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