La celebración del Día de Todos los Santos se llena de leyendas en Salcajá

COMPARTE

Créditos: Shirlie Rodríguez
Tiempo de lectura: 3 minutos

 

Como cada año, las familias de Salcajá, Quetzaltenango, salieron de sus hogares para recolectar velitas y llevarlas después al cementerio municipal en donde recordaron a sus familiares fallecidos. En el parque central de Salcajá se pusieron en marcha interpretaciones de algunas de las leyendas guatemaltecas más famosas.

Por Shirlie Rodríguez

El 1 de noviembre es representativo para las familias guatemaltecas de Salcajá, Quetzaltenango. En esta fecha se reúnen para convivir con sus difuntos y, desde tempranas horas, salen hacia los cementerios para limpiar y adornar los mausoleos.

En el almuerzo se come el tradicional fiambre y al terminar las familias dedican algún tiempo en esculpir el exterior de los chilacayotes y a retirarles las entrañas, para  hacer calaveritas.

Esta es una tradición que ha ido evolucionando con la creatividad de la gente que hoy, esculpe diferentes formas, imágenes y rostros en la fruta.

Cuando las calaveritas están listas, salen de sus casas hacia la calle principal de Salcajá y recolectar velas en las casas y comercios, que utilizan por la noche como parte de la tradición.

“Una candelita para las ánimas benditas”, recitan en las calles para que les entreguen una vela en cada parada, hasta llegar al cementerio general y así llevarla las calaveritas a las tumbas de sus seres queridos.

Para Andy Cifuentes, esta es una actividad que disfruta con sus dos hijos porque a ella se la enseñaron desde que era pequeña y ahora es ella quien enseña estas tradiciones como una forma para mantenerlas vidas y que es uno de los muchos atractivos de Salcajá.

Recordó que, antes, las calaveritas las hacían más sencillas. “Les colocaban ojos y boca al chilacayote, pero ahora la creatividad de los niños se ha incrementado y pueden hacer diferentes figuras, además algunos salen disfrazados mientras realizan el recorrido”, dijo.

Foto de Shirlie Rodríguez

Elmer Paz es residente de Quetzaltenango y visita Salcajá todos los años para el 1 de noviembre con la finalidad de ser parte de esta actividad.

“Yo voy todos los años con mi familia al cementerio de Xela y ahí adornamos a mis papás que ya murieron, pero en las noches nos gusta visitar este municipio por la alegría que tienen y la actividad de las calaveritas que nos parece muy atractiva”, dijo.

Este año además de que las familias pudieran disfrutar de su recorrido por las calles para llevar las calaveritas al cementerio, se hicieron otras actividades.

En el parque central se habilitó un escenario en donde se presentó un acto de La Llorona, que explicó de qué trataba la leyenda guatemalteca y además permitió que las personas se acercaran y se tomaran fotos con ella.

En otra estación se encontraba “La Gitana del Amor”, Vanushka, una leyenda que cuenta que una joven murió de amor. Su tumba se encuentra en la cabecera de Quetzaltenango, lugar que es visitado por cientos de personas. También estuvo presente la leyenda del Cadejo y del Sombrerón.

Foto de Shirlie Rodríguez

Al finalizar el recorrido, las personas lanzaron globos de cantolla recordando a sus difuntos.

En otros puntos de Quetzaltenango, se visita el cementerio desde tempranas horas el 1 de noviembre, para limpiar y luego adornar los mausoleos.

Como en otros lugares del país, la música acompañó el momento, pues algunas familias llevaron mariachis y música para animar a quienes se reunirían con sus seres queridos alrededor de las tumbas dentro del cementerio general de la cabecera.

Foto de Shirlie Rodríguez

COMPARTE