Créditos: Lencho Pez
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Las autoridades ancestrales y los pueblos indígenas han encabezado gran parte de la lucha ciudadana durante la última semana del paro nacional, que se desarrollan en contra de las acciones golpistas de la fiscal general Consuelo Porras, los fiscales Rafael Curruchiche y Cinthia Monterroso, y del juez Fredy Orellana. En este proceso la espiritualidad y la religiosidad han estado presentes como elemento esencial para las personas que se movilizan pidiendo el retorno a la democracia.

Por Prensa Comunitaria

Frente a las instalaciones del Ministerio Público y en los distintos territorios que han mantenido el paro nacional continúan las autoridades indígenas y ciudadanos unidos en campamento de resistencia desde hace once días.

Durante las mañanas y las noches se ha observado la celebración de ceremonias mayas, con el propósito de pedir justicia, conservar la unidad y la comunión entre la población. En medio de este contexto de paro nacional, las ceremonias representan un elemento que fortalece la convicción de las personas y los anima a continuar en resistencia, además de reivindicar las prácticas ancestrales.

Otra práctica asociada a las ceremonias mayas, es la ceremonia del Xik’ay que forma parte de la justicia maya ancestral, que desde la espiritualidad busca aplicar una sanción a funcionarios considerados como corruptos por la población.

Esta ceremonia se ha realizado ya en dos ocasiones, frente a las instituciones públicas de Guatemala en medio de la persecución del Ministerio Público. El 05 de septiembre, cuando se reunieron abuelas y autoridades de los pueblos K’iche’, Ch’orti’, Poqoman y Kaqchikel frente a la casa presidencial, en donde aplicaron el Xik’ay a diferentes funcionarios públicos, entre ellos, la fiscal Consuelo Porras, Rafael Curruchiche, Cinthia Monterroso, Walter Mazariegos y Fredy Orellana.

El dos de octubre, luego de la declaración del paro nacional indefinido, abuelas y autoridades Maya Poqoman de Palín, Escuintla realizaron otra ceremonia Xik’ay frente a las instalaciones del MP. La ceremonia consiste en una acción simbólica que utiliza ramas de membrillo o sauco sobre las personas o sus representaciones “para que se reactive su energía o para enderezar su camino, como una medida de corrección”.

En Chichicastenango, el pasado 07 de octubre, la comunidad inició la sexta jornada del paro nacional en Pachoj con una ceremonia maya, organizada por la asociación de comerciantes y comunidades aliadas. Ese día, la Junta Parroquial y la Parroquia de Chichicastenango se congregó para apoyar a la comunidad en resistencia.

Foto Diego Ventura
Foto Diego Ventura

Luego del comunicado enviado por el presidente Alejandro Giammattei la noche del 09 de octubre, al cumplirse una semana de las manifestaciones pacíficas, y tras los actos vandálicos cometidos por personas infiltradas en las protestas pacíficas y la posterior represión por parte de las autoridades, el 10 de octubre la jornada inició y concluyó con ceremonias mayas, para fortalecer el ánimo de la población y pedir protección ancestral.

En Livingston, Izabal, las comunidades del pueblo Q’eqchi’ pasaron la noche fortaleciéndose con ceremonias y música.

En Santa Cruz del Quiché, los pobladores de Chitalul ofrecieron una ceremonia como forma de apoyo a la resistencia. También lo hicieron autoridades indígenas de Olopa y Quetzaltepeque en la ruta hacia Esquipulas, Chiquimula. Lo mismo en Tecpán y Santa María de Jesús, Antigua Guatemala, donde la población inicia su jornada en medio del fuego de las candelas, el aroma que emana el incienso, las flores, el pino y una atmósfera de sabiduría, energía y protección ancestral.

Sectores católicos y evangélicos unidos por una misma causa

Por otro lado, también se han observado expresiones religiosas de población católica y evangélica, que inician y cierran sus jornadas de manifestación con oraciones en las carreteras y puntos de resistencia. Como es el caso de la población K’iche’ de Totonicapán que sostiene una resistencia pacífica en Cuatro Caminos de forma consecutiva y la población de La Libertad, Petén, que oran en comunidad para fortalecer la resistencia en defensa de la democracia.

En esa línea, miembros de la comunidad católica, entre ellos la Conferencia de Religiosos de Guatemala (Confregua) han celebrado misas de acción de gracias y algunos actos de bendición frente a la sede del Ministerio Público.

Foto Alida Vicente

La lucha y la religiosidad

Lucha y religiosidad es una alianza que ha estado presente en otros momentos de la historia, por mencionar de las más recientes están la Resistencia de la Puya en 2012 en donde la gente aseguraba que Dios estaba presente en su manera de luchar. Se celebraban misas en el lugar del campamento antiminero permanente, en donde también había un altar. En los momentos más duros de la represión las mujeres se tiraban al suelo para protegerse de las bombas lacrimógenas y oraban.

En San Juan Sacatepéquez la gente se movilizaba contra la cementera con su santo en alto y celebraban para bendecir sus luchas.

La resistencia y la espiritualidad como herramienta política, ha sido una característica en las luchas pacíficas en Guatemala.

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