El éxodo rural y las condiciones que obligan la formación de asentamientos en Guatemala

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Créditos: Prensa Comunitaria
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El derrumbe en el asentamiento Dios es Fiel recuerda que el modelo económico no responde a las necesidades de vivienda de los guatemaltecos, explican expertos en urbanización.

Por Isela Espinoza

A diario cientos de automóviles circulan por el puente El Naranjo, bajo esta infraestructura, decenas de casas están asentadas a la orilla del barranco por familias guatemaltecas.

La madrugada del lunes 25 de septiembre, los habitantes del asentamiento Dios es Fiel fueron golpeados por las fuertes lluvias que hicieron crecer el río y que a su paso arrasó con viviendas. Las personas que todos los días transitan en caminos estrechos y gradas que conectan con la superficie para tomar el bus perdieron familiares y bienes materiales.

La tragedia se registró a las 2:00 de la mañana. Hasta el miércoles, al finalizar el tercer día de búsqueda, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) reportó un total de 9 personas localizadas de las 18 que fueron reportadas como desaparecidas.  Además, 15 viviendas están destruidas y 35 más en riesgo.

La CONRED y la Municipalidad de Guatemala advirtieron que el lugar es inhabitable, las familias asentadas en el lugar lo saben, pero también que es el único lugar en donde se han podido establecer ante el alto costo de la vivienda y los alquileres.

El lunes, desde las 3:00 de la mañana, los rescatistas iniciaron las labores de búsqueda de las víctimas del asentamiento que se ubica debajo del puente El Naranjo, zona 7 de la ciudad de Guatemala, y que colinda con la zona 4 del municipio de Mixco.

Una ciudad formada por el éxodo rural

Jorge Aragón, politólogo y urbanista, explicó que la ciudad de Guatemala se consolidó a partir de 1945 con un modelo de éxodo rural. Mientras, otras ciudades de la región como México, Chile o Brasil se formaron en un contexto de industrialización.

Con el crecimiento de la población también aumentó la demanda de servicios como agua potable, calles, drenajes, electricidad, transporte, seguridad y sobre todo disponibilidad de tierra para el desarrollo de vivienda y la urbanización. Estos dos últimos factores se olvidaron a través de las décadas.

“La falta de empleo e incluso la falta de soluciones de parte del poder público hacen que las personas tengan la necesidad de conformar los asentamientos precarios. Antes del neoliberalismo, el Estado a través del Banco Nacional de la Vivienda, sí promovía la vivienda asequible”, comentó el también investigador del Departamento de Estudios sobre Dinámicas Globales y Territoriales de la Universidad Rafael Landívar (URL).

De acuerdo con las investigaciones realizadas por Aragón, desde 1995, el Estado ya no promovió soluciones habitacionales y ahora se ha convertido en un facilitador de vivienda. Además, resaltó que los asentamientos precarios manifiestan que el sistema económico y político ya no responde a las necesidades de una sociedad y mundo cambiante. Ante esta situación, la población ya no solo migra internamente, sino que el país se ha convertido en un expulsor de sus habitantes hacia Estados Unidos.

Crédito de Prensa Comunitaria

Identificando víctimas 

El lunes de la tragedia se encontraron a las primeras cuatro víctimas que fueron rescatadas ese día, una de ellas una niña de 4 años, dos más el martes y el miércoles tres cuerpos. Hasta el miércoles, al  Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala (INACIF) habían ingresado seis cuerpos entre ellos el de la niña.

Aunque la institución indicó que aún no había sido identificada familiares que se encuentra afuera de la morgue afirman que se trata de Nairobi Abad Montenegro. Según señalaron esperan que los cuerpos de sus padres sean localizados y darles un sepelio.

El INACIF agregó que entre las víctimas también hay un niño de dos años; tres mujeres identificadas como Ofelia Patzán, de 34 años, cuya causa de su muerte se debió a asfixia por sumersión; Karla Roxana de Paz, de 23, quien falleció por trauma craneoencefálico y, Leticia Matías, de 27. Así como Vicente Patzán Tacatic, de 55 años,

Algunos cuerpos han sido localizados en jurisdicción de Tierra Nueva y San Antonio Las Flores, Chinautla. Las labores de búsqueda se complican debido a las condiciones del terreno, el cauce de las aguas negras que van a parar al río y que continúa arrastrando a las víctimas, algunas de ellas atrapadas entre grandes rocas, así como por los escombros de las viviendas. Los rescatistas se encuentran ubicados en el municipio de Chinautla y la aldea San Antonio las Flores con la esperanza de encontrar a las 12 personas desaparecidas. Lejos de la zona cero, las familias de las víctimas esperan noticias.

“Cuando bajé ya no vi nada”

Según los relatos, la mayoría de víctimas de la tragedia en el asentamiento Dios es Fiel podrían ser menores de edad. Ofelia Patzán relató a Prensa Libre que “todo pasó rápido” al recordar que los vecinos alertaron sobre la crecida del río.

Ella tomó a sus dos hijos y se los entregó a una vecina para luego correr hacia abajo en donde vivía su hermana junto a su esposo e hijos de 17, 11, 6, 3 años y una de seis meses. “Cuando bajé ya no vi nada. Ya estaba limpio. Fue en un ratito, solo vino la corriente con fuerza”, dijo Patzán.

Los asentamientos humanos precarios son una de las expresiones territoriales más notorias de la pobreza urbana, de la ciudad de Guatemala, dice el Proyecto de Cartografía Metropolitana publicado en 2015 por el Banco Mundial.

Este estudio contabilizó 412 asentamientos precarios urbanos que en ese entonces sumaban una población de 800,000 personas, es decir 23% de la población de la región metropolitana vivía en condiciones de precariedad. Esta cifra pudo haber aumentado ante el crecimiento de la población.

Crédito de Prensa Comunitaria

Estos asentamientos se concentran principalmente en seis de los 17 municipios siendo la ciudad de Guatemala la que registra la mayor ocupación seguido por Villa Nueva, Chinautla, Mixco, San Miguel Petapa y Santa Catarina Pinula. Las zonas 3, 7 y 18 de la ciudad de Guatemala son las más ocupadas.

“La lógica de ocupación de los asentamientos precarios responde a la necesidad de encontrar suelo barato y accesible. La topografía de la ciudad de Guatemala siendo muy quebrada, con barrancos que cruzan la ciudad en varias direcciones, han sido zonas privilegiadas para la instalación de asentamientos precarios informales”, se lee en el estudio.

El Banco Mundial advirtió que, según el perfil de los terrenos ocupados por quienes habitan los asentamientos, más del 50% vive en zonas riesgo, entre laderas y fondos de barrancos, expuestos a la vulnerabilidad del suelo en caso de fuertes lluvias, deslizamientos o terremotos.

Aragón, quien participó en parte del estudio del Banco Mundial, manifestó que además de carecer de servicios básicos, en los asentamientos se reporta hacinamiento. El Proyecto de Cartografía señala que a medida que el asentamiento se ubique en zonas centralizadas se registra mayor hacinamiento en las viviendas que son construidas en lotes menores de 84 metros cuadrados y construidas en su mayoría con láminas de zinc.

Mientras que en zonas periféricas resalta un patrón de mayor dispersión, aunque los casos de Villa Nueva y Chinautla revelan que el proceso de concentración de población en las periferias también va en aumento.

Por otro lado, la organización TECHO Guatemala también realizó, en 2021, un censo de asentamientos precarios. Este revela que solo un 40.6% de las personas que habitan en estas condiciones cursaron o finalizaron los estudios de nivel primario. Pero, el informe ve como alarmante que un 27.3% no ha tenido acceso al sistema educativo.

Una ciudad sin planificación e instituciones ineficientes

Las condiciones precarias en la que viven esto pobladores es “una conjugación de elementos” que van desde el modelo económico y hasta “una ciudad que no está bien planificada”, enfatizó Aragón

Para Amanda Morán, directora del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR) de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), la tragedia del asentamiento Dios es fiel no se debe a desastres naturales sino a falta de políticas de vivienda y otros problemas sociales. Además, recordó que desde la fundación de la ciudad capitalina se han registrado estos problemas de riesgo, como establecer las bases para captar lluvias o prevención de desastres, porque “no somos una ciudad planificada”.

“Lamentablemente en invierno estos desastres son recurrentes, pero no se toman medidas preventivas que es lo primero que hay que hacer en estas áreas vulnerables. Hay instituciones, pero no son eficientes”, dijo Morán.

La directora del CEUR coincidió con Aragón sobre la falta de acceso a la vivienda y el suelo provocan los asentamientos precarios. “Mientras no se aborde esta causa las personas buscarán cómo vivir”, dice, aunque eso signifique arriesgar la vida todos los días.

Morán manifestó que, aunque existen instituciones como el Fondo para la Vivienda (FOPAVI), que uno de sus objetivos es garantizar a familias en condiciones de pobreza y extrema pobreza el acceso a una unidad habitacional, o la CONRED, cuya función es prevenir desastres naturales, además de no coordinarse, les falta voluntad política para atender a las víctimas de estas tragedias dejando en el abandono a decenas de guatemaltecos que nuevamente buscarán un lugar de riesgo para construir su vivienda.

Crédito de Prensa Comunitaria

En tanto, Aragón considera que la cooptación de la municipalidad de Guatemala inició desde la administración del fallecido expresidente y exalcalde de la ciudad, Álvaro Arzú Irigoyen. “Arzú es un personaje central porque la alcaldía no asumió su rol. Además, no ha logrado resolver los problemas de la ciudad, no solo de habitación sino de la movilidad”, agregó.

Ana Patzán ya identificó a su hermana pero guarda la esperanza de que su cuñado y sobrinos sean localizados. Mientras, las horas pasan y los rescatistas continúan con sus labores, recuerda que antes de la tragedia pensaba alquilar en la colonia Bethania, zona 7, pero el costo de los cuartos es elevado para el tamaño que ofrece, por lo que se fue a vivir al asentamiento.

Según Germán Bran, de la alcaldía auxiliar de zona 7, se encuentran en comunicación con los líderes comunitarios y evalúan sus necesidades. Agregó que entre 2004 y 2005 el sector había sido declarado inhabitable debido al riesgo del lugar. Sin embargo, volvió a ser ocupado.

En lo que va del año, vecinos de municipios aledaños también han reportado derrumbes y su temor ante una posible tragedia. El más reciente se ubica en Villa Nueva, San Miguel Petapa. Tres días después de la tragedia en Dios es Fiel, la madrugada del jueves alrededor de 15 viviendas se derrumbaron por las inundaciones y la crecida del río Pinula.

Familias afectadas durmieron en las calles del sector 2 y 4 de Villa Hermosa I, mientras veían cómo su casa se caía al río. Según la CONRED, durante esta temporada de lluvias hasta el 28 de septiembre se reportaban 506 viviendas están en riesgo con un total de 9,814 personas en la misma situación a nivel nacional.

Ahora, la población de Dios es Fiel no solo enfrentan el luto, el miedo por las condiciones de su hogar que han construido con esfuerzo, sino también la falta de agua debido a que la correntada contaminó cuatro pozos de agua que usaban para cocinar sus alimentos y lavar ropa. Por aparte, compraban ocho pipas semanales de agua para abastecer aproximadamente a 100 familias. Un gasto extra que sufragan y que golpea su bolsillo al gastar Q2000 semanales.

 

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