“Si gana Arévalo, los empresarios van a tratar de hacerle frente para perder lo menos posible sus privilegios”

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Créditos: Prensa Comunitaria
Tiempo de lectura: 6 minutos

Por Prensa Comunitaria

Stephen McFarland conoce bien Guatemala, ya que fue el embajador estadounidense en el país entre 2008 y 2011. Sabe cómo operan los grupos de poder en la nación. En la actualidad, según le dijo al Instituto de la Paz de Estados Unidos, considera que Guatemala tiene un “sistema de gobierno autoritario”, basado en una asociación de partidos políticos, operadores judiciales y algunos empresarios adinerados.

“Para Estados Unidos y la Unión Europea, una elección transparente y justa es crucial para revertir el giro de Guatemala hacia la cleptocracia autoritaria. Lo que pase en Guatemala también afectará directamente la migración a Estados Unidos”, añadió.

El exdiplomático le refirió al Instituto de la Paz, que EE. UU. y la comunidad internacional podría apoyar la segunda vuelta presidencial mediante la emisión de pronunciamientos, públicos y privados, enfáticos sobre la necesidad de asegurar elecciones transparentes y la seguridad de los candidatos.

También manifestó que se puede respaldar los comicios aprovechando la capacidad de las embajadas de EE. UU. para llegar a todas las partes interesadas, especialmente las autoridades judiciales y electorales. Además, sugirió que se preparen sanciones individuales y económicas, en caso de acciones antidemocráticas. Por último, recomendó apoyar a la Organización de Estados Americanos, a la Unión Europea y el seguimiento interno guatemalteco del balotaje que se llevará a cabo el 20 de agosto próximo.

En esta entrevista con Prensa Comunitaria, McFarland profundiza en cuál ha sido el papel del país dirigido por Joe Biden en la coyuntura guatemalteca, analiza la postura de los empresarios frente al proceso electoral y propone algunos escenarios sobre el futuro de Guatemala.

¿Cómo ve que Washington pone más atención en Guatemala, debido a las circunstancias?

No sé si realmente ha habido un cambio de atención. Lo que pasa es que, desde hace algunas décadas, ha habido un interés, diría, sincero de fortalecer, apoyar los procesos democráticos y los mecanismos de fortalecimiento del Estado, para que la gente tenga mayor seguridad, mayor empleo o que haya menos problemas o necesidades sociales. Es decir, menos hambruna, menos desnutrición crónica, etc.

Guatemala progresivamente se ha convertido en un Estado capturado por la corrupción y el crimen organizado con la venia de ciertos partidos políticos, la anuencia de ciertos empresarios y algunas figuras prominentes del país.

Pero cuando el gobierno y el “Pacto de corruptos” se vuelven tan descarados: o sea, no fue suficiente sacar a Thelma Cabrera, Roberto Arzú y Carlos Pineda. Cuando se encuentran estas jugadas tan groseras del gobierno para manipular el proceso electoral, la respuesta de la gente es: o no vota o vota por Semilla en grandes cantidades.

Es ahí donde tratan de repetir la jugada, tratando de sacar (a Bernardo Arévalo). Eso realmente es tan descarado que llama la atención no solamente de Estados Unidos, sino también de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, que es al fin y al cabo un grupo de gobiernos del continente. Son bastante moderados y todos ellos están en la misma línea.

También me llamó la atención que el CACIF haya apoyado el proceso electoral, teniendo en cuenta que ellos, o sea la inmensa mayoría de sus miembros, tienen horror hacia Bernardo Arévalo y preocupación hacia Sandra Torres.

¿Cómo interpreta el cambio de posición de Fundesa? Ellos pese a sus miedos y a las preocupaciones que tienen por Sandra Torres, pues eran parte de este mismo juego de poderes en el que pareciera que salieron perdiendo todos.

No, algunos de ellos estaban y creo que algunos de ellos aún están muy de acuerdo con Alejandro Giammattei y algunos miembros del “Pacto de corruptos”. Otros creo que, en un período, estaban anuentes, no querían arriesgarse y pensaban que Giammattei y el Pacto (de corruptos) eran el mal menor. Sin embargo, un grupo pequeño decía que el auge del crimen organizado y de la corrupción era una amenaza en el mediano y largo plazo para el CACIF, pero no era una posición mayoritaria.

El intento de manipular las elecciones era tan burdo que tuvieron que reaccionar. También creo que les dieron algunos mensajes a los empresarios. Les han dado muchos en los últimos años, pero entendieron que el país es visto como un paria y como un país que rompió con la democracia, lo cual no iba a ser bueno ni para las inversiones ni para el comercio.

Me temo que los empresarios le están apostando a todo, porque además estuvieron a punto de tenerlo todo. El hecho de que ya se hayan “pasado de la raya”, es porque están en un punto de ya no retorno, por lo menos un sector de empresarios que están con el “Pacto”. Lo que me inquieta de las posturas de ellos, desde la perspectiva “democrática” que se ve en sus comunicados, es que ganan impunidad, porque para ellos es muy fácil que se sacrifique a Miguel Martínez, Alejandro Giammattei, Consuelo Porras o Rafael Curruchiche, si al final salen librados y siempre son parte de los poderes ocultos. Me inquieta la reproducción de esas lógicas, aun llegando Bernardo Arévalo al gobierno.

Sí, no es nada fácil. Cuando yo me refiero a los cambios entre los empresarios, me refiero a un cambio táctico. Realmente no tenemos suficiente información para intuir que es un cambio estratégico o de visión. Honestamente, los seres humanos no hacen ese tipo de encaje tan rápido. El temor es casi una condición transversal en toda esa clase, es un temor a los levantamientos, es un temor que han tenido bastante por racismo y clasismo.

Muchos empresarios no quieren históricamente a Sandra Torres. Cuando yo era embajador más de uno de ellos se me acercó para ver si yo no podía hacer algo y evitar que fuera candidata en las elecciones de 2011. Y les decía: “no, nosotros no vamos a interferir en eso”. Hasta me aseguraron que era una izquierdista peligrosa, amiga de (Hugo) Chávez.

Para mí, ellos realmente la despreciaban porque ser mujer, clase media baja y originaria de provincia. No era como ellos. Si gana Arévalo, los empresarios van a tratar de hacerle frente para perder lo menos posible sus privilegios.

Hay otra cosa que me llamó la atención y es la declaración de dos congresistas de Estados Unidos, uno republicano y otro demócrata, pero ambos conservadores. Fue muy contundente sobre la necesidad de rechazar lo que pide el Ministerio Público y permitir la segunda vuelta. Es ahí que se interpreta que el argumento de que Arévalo supuestamente es un izquierdista peligroso, no tiene tracción ni resonancia dentro de los círculos más o menos conservadores de Washington.

Entonces, cómo definiría el rol de Washington en estos últimos días y también cómo del Departamento de Estado ha endurecido su discurso, especialmente respecto del Ministerio Público.

El discurso con respecto al Ministerio Público siempre ha sido bastante consistente, desde que en 2021 pusieron en la Lista Engel a la Fiscal General y el año pasado a Rafael Curruchiche. Estados Unidos tiene un fuerte interés en tratar de apoyar los procesos democráticos. Actualmente, lo justifican más por la necesidad de sentar las bases para que la gente no quiera huir de su país para buscar trabajo, seguridad y esperanza en EE. UU.

Sin embargo, Estados Unidos ha tenido menos éxito en utilizar su influencia o hacer que su influencia tenga impacto en los países centroamericanos, incluyendo Guatemala, en los últimos años. En parte es porque, desde los mismos países, han sabido manipular los procesos de evaluación de políticas en el Congreso de EE. UU., haciendo lobby. Además, porque los gobiernos a veces se vuelven tan autoritarios o tan corruptos que saben que si hacen alguna concesión van a perder el poder, entonces simplemente no van a acceder.

¿Cree que podríamos esperar algún tipo de sanción en los siguientes meses, considerando que la personas que están causando más problemas están en la Lista Engel y ya está bastante investigada y documentada su actuación?

Podría haber, pero eso sería producto de varios factores. Uno sería si Estados Unidos quiere cierto poder, porque tiene muchísimos intereses alrededor del mundo y nunca hay suficientes personas o recursos para implementar todas las sanciones. Entonces, de tener la capacidad de hacerlo, podría ser. También tendría que tener cierta evidencia, porque hay pautas legales para implementar sanciones.

Yo esperaría que, si realmente se concreta un tipo de golpe jurídico contra los candidatos en la segunda vuelta, podría haber algún tipo de sanción. Si las elecciones proceden de una forma justa y transparente de pronto no o (se impondría) más tarde.

Viendo el desarrollo de los acontecimientos, usted mencionó dos escenarios: uno en el que se logre reconstruir la democracia, con la realización de la segunda vuelta; el otro, en el que las argucias y las acciones legales que se han estado ejecutando tengan efecto. ¿Ubica como muy probable este último escenario?

Mi tesis es que, gane quien gane, habrá algunas oportunidades para cambiar la manera en la que se ha utilizado en los últimos años el poder en Guatemala. Con Bernardo Arévalo, el pueblo esperaría un esfuerzo mayor en ese sentido. Por supuesto, la gente que perdería poder y plata van a resistir esos intentos. Entonces, la segunda vuelta va a decidir quién va a ser presidente, pero no va a decir: “bueno, este va a ser la solución”.

¿Tiene alguna reflexión final que usted quisiera compartir, con base en los actores que conoce o lo que conoce de Guatemala?

Sí, cuando hay un grupo de personas, aun cuando es un grupo de personas que para mucha gente no tienen nombre, pero básicamente me refiero al grupo que se llama “Pacto de corruptos”. Cuando un grupo así ve que va a perder algo de poder, plata o ve que va perder su libertad, genera una situación con mayores peligros. Entonces, hay que estar atentos a esos peligros y yo creo que el objetivo tiene que ser qué es lo que se puede hacer para establecer un Estado más transparente, de una justicia más independiente, con menos corrupción y tratar de evitar que vuelva a haber una captura del Estado como ha ocurrido en los últimos años.

 

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