Este hongo, que se identifica en el ámbito científico como Schizophyllum Commune, también crece en los departamentos de Alta Verapaz, Huehuetenango y Chimaltenango con distintos nombres en los idiomas mayas Q’eqchi’, Popti’, Chuj y Kaqchikel.
Por Elmer Ponce
Llegó el invierno y con él las lluvias que permiten el nacimiento y crecimiento del hongo Tz’ikinche, como se le conoce en el idioma maya Q’eqchi’. Esta clase crece en los troncos muertos de los árboles, principalmente en el Palo de Jiote o Chacaj, el Corozo, el Guarumo, el Jocote de montaña o Jobo, entre otros.
En el ámbito académico o científico se le conoce como Schizophyllum Commune, mientras que en Petén es conocido como Tz’ikinche.
Este hongo también crece en la misma época en algunas regiones de Cobán y Tactic del departamento de Alta Verapaz; Jacaltenango y San Mateo Ixtatán, de Huehuetenango, así como en Tecpán, Chimaltenango, donde se conoce con distintos nombres como asam, xikin che’, isem, ‘asn, esem y xikin kuk, según la química bióloga Ligia Ivette Quan Sierra, en su informe de tesis en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).
Quan Sierra indica que los hongos se encuentran entre los más importantes en el mundo, no solo por el papel vital en la función de los ecosistemas, sino porque son esenciales e incluso cruciales en actividades como la descomposición, reciclamiento y transporte de nutrientes y son indispensables para el desarrollo sostenible del ambiente.
Además, muchos de estos hongos como el Schizophyllum Commune o Tz’ikinche, tienen una gran importancia en la economía local; aquellos que se han domesticado se utilizan en la elaboración de cerveza, en la gastronomía, fermentación industrial, biotecnología y algunas otras especies se cultivan o se recolectan por las comunidades para alimentarse.
Se estima que cerca de 7 mil especies poseen varios grados de comestibilidad y más de 3 mil especies, de 31 géneros, se consideran como las principales especies para su consumo.
En el departamento de Petén, el platillo de Tz’ikinche es típico de la región y muy cotizado por la propia gente y extraños que buscan degustar sabores exóticos y buenos al paladar. Es una delicia que puede encontrarse durante la época de invierno en las comunidades peteneras.
También hay otras especies como el saqi okox, de color blanco; y el k’opitok’, de color morado, que tienen una textura gelatinosa, estos también nacen en los palos. Otro tipo de okox que nace en la tierra, especialmente en los botados recién quemados durante el verano, se llama ch’ureq y tiene un color anaranjado con blanco.
En la gastronomía Q’eqchi’, el asam o Tz’ikinche, se prepara en caldo y algunas familias lo preparan en batcha (envuelto en hojas y cocinado bajo cenizas). Mientras que en la cultura castellana se disfruta en empanadas que se preparan con abundante cebollín y chile habanero.
En restaurantes de la ciudad de Flores, la cabecera departamental de Petén, se preparan pizzas con este suculento ingrediente y se ha convertido en la sensación de la zona, como un platillo gastronómico originario y representativo de este departamento.
Donde comprarlo
En época de producción, que va desde el mes de junio a agosto, cuando las lluvias se intensifican, las familias los recolectan y los venden en los mercados locales de Petén, Se comercializan en pequeñas bolsas de varios gramos y el precio oscila entre los Q15. En algunas comunidades los transportan hacia las cabeceras municipales para exponerlos en las calles y avenidas, para que todo aquel interesado y conocedor de esta delicia pueda adquirirlos y prepararlos al gusto.
En el municipio de San Andrés Petén se realiza un festival del Tz’ikinche, promovido por el Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT) y el Ministerio de Economía (MINECO), donde participan distintos vendedores y vendedoras de los municipios de Petén, exhibiendo productos elaborados y producto en oro para que todo aquel que quiera prepararlos en casa pueda adquirirlo en esa festividad.
