Por Francisco Simón Francisco
Esta mañana llegaron a la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG) los primeros 87 migrantes guatemaltecos retornados por las autoridades de Estados Unidos, quienes intentaron llegar a ese país de manera irregular, según dio a conocer en redes sociales el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM).
De los migrantes que venían de un vuelo procedente de Harligen, Texas, 57 son hombres mayores de edad, 1 menor de edad y 29 mujeres, también mayores de edad. Así arranca en 2023 la expulsión de migrantes por parte de las autoridades fronterizas de Estados Unidos.
El IGM también agregó que se espera este día la llegada de dos vuelos más, procedentes de ese país. Según datos de esa entidad, solo en 2022 retornaron vía aérea, desde Estados Unidos, 40 mil 713 migrantes, una cifra más alta que en 2021, con 17 mil 806 personas.
A pesar de la importancia de las remesas familiares para el país que alcanzó en 2022, el 18% del Producto Interno Bruto (PIB), equivalente a 18 mil millones de dólares, el gobierno de Guatemala invisibiliza a los miles de guatemaltecos que de forma obligatoria migran hacia Estados Unidos, como principal destino, ante la falta de empleo y con el fin de sostener a sus familias.
La corrupción, el desempleo, el deterioro de la infraestructura de educación, salud y vial, a lo que se suma la criminalización que enfrentan las poblaciones en sus territorios por defender sus recursos ante proyectos extractivos y la crisis climática, siguen siendo las causas por las que cientos de personas huyen y buscan llegar al territorio estadounidense, como única opción de vida.
“Las autoridades hacen un llamado a la población guatemalteca a migrar de forma regular y así evitar los peligros que conlleva la migración irregular”, es lo que dice el gobierno de Alejandro Giammattei al respecto de este fenómeno.
Según datos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, en 2021 fueron detenidos 1 734 686 personas migrantes en la frontera sur con México, lo que representa un incremento de 43.65% en comparación con 2019.
Esto significa que las políticas de contención impulsadas en 1994, desde el Plan Guardián, Sellamiento Fronterizo, Plan Sur, Plan Mérida, hasta llegar a la construcción del muro y la militarización de sus fronteras, han fracasado porque no responden a las necesidades de las personas en movimiento.
También, debido a la persistente falta de vías migratorias seguras y regulares, millones de personas siguen emprendiendo viajes peligrosos año tras año. Desde 2014 hasta 2021, más de 50 mil migrantes han perdido la vida en rutas migratorias en todo el mundo, según la ONU.
Además de exponerse al abuso y la explotación deben enfrentar agresiones xenófobas y la estigmatización inducida por la difusión de desinformación.
En el caso del norte de Centroamérica, las poblaciones experimentan una dinámica migratoria asociada principalmente a la crisis climática, según un estudio de OXFAM denominado Observatorio Latinoamericano de Observatorio forzado, que fue publicado en 2021.
El mismo estudio cita que a esta causa se suma el creciente incremento de la precariedad, que hace sentido con las cifras que reportan las autoridades de Estados Unidos. Solo en 2021, 1920 personas al día, provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador, intentaron cruzar la frontera sur de ese país.