Por Regina Pérez
Feligreses y miembros de la Asociación Memoria Dignificación y Esperanza (AMDE) conmemoraron con una misa y ofrendas florales el 41 aniversario del asesinato del padre Walter Voordeckers, de nacionalidad belga, asesinado el 12 de mayo de 1980 en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla.
Durante la misa celebrada en la sede de AMDE, una organización que nació para buscar a personas desaparecidas en la Costa Sur durante el conflicto armado, la feligresia recordó el apoyo que Voordeckers dio a los campesinos que trabajaban en las fincas, quienes exigían un salario más justo, que se incrementó a Q3.20 centavos durante la huelga de trabajadores en 1980.
El padre Voordeckers se identificó con la causa de los campesinos, por eso lo tacharon de comunista. Hoy conmemoramos el aniversario de su muerte, para nosotros los cristianos él no murió, él vive espiritualmente entre nosotros, señaló una feligresa.
Su pecado fue denunciar las atrocidades que sufrían los campesinos en el campo. Para nosotros es un ejemplo y por eso año con año conmemoramos su muerte, no olvidamos su trabajo y su lucha, mencionó otra feligresa durante la misa, en memoria del sacerdote.
De acuerdo con una semblanza del sacerdote, realizada por Guatebelga, una asociación sin fines de lucro con sede en Bélgica, Voordeckers ya había recibido amenazas de muerte y había manifestado su temor por ello.
“Tengo un miedo tremendo, porque ya recibí amenazas, me quieren matar y me van a matar, pero si me quieren agarrar o si me quieren arrastrar, yo voy a correr, no me voy a dejar secuestrar, prefiero recibir un balazo y no ser secuestrado”, comentó el 11 de mayo de 1980. Un día antes de su asesinato.
El informe Guatemala, Memoria del Silencio, realizado por la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH), señala que la línea pastoral del padre coincidía con los planteamientos de la teología de la liberación y quedó muy impresionado por las condiciones de vida de los campesinos de las fincas algodoneras y de los ingenios de caña de azúcar.
Esa línea pastoral derivaba en una prédica de carácter ético-social hacia los campesinos, que entró en conflicto con los intereses de los dueños de las fincas e ingenios y tenía prohibido celebrar misas en centros productivos, según el informe.
En 1976 con motivo de una huelga en el ingenio Pantaleón, el padre Voordeckers proporcionó comida a los trabajadores y sus familias.
Ese mismo año aparecieron pintadas en paredes de Santa Lucía Cotzumalguapa varias amenazas públicas en contra del padre Voordeckers suscritas por el autodenominado Ejército Secreto Anticomunista (ESA), recopiló el documento.
El 12 de mayo de 1980 cuatro individuos armados estaban apostados frente a la parroquia y la sede de la Policía Nacional de Santa Lucía Cotzumalguapa. El padre salió alrededor de las 10 de la mañana hacia la oficina de correos, cuando estos individuos trataron de secuestrarlo y al fallar en el intento, le dispararon. El religioso recibió siete heridas de bala.
De acuerdo con el informe de la CEH, se presume fundadamente que Voordeckers fue víctima de agentes del Estado o sujetos que contaron con su tolerancia y posterior protección. Además, las autoridades guatemaltecas no cumplieron con su deber de investigar y sancionar a los responsables de este crimen.
Hoy, las familias sobrevivientes del conflicto armado interno en la Costa Sur, que forman parte de AMDE conmemoraron su vida y colocaron ofrendas florales en la placa ubicada en el lugar donde fue asesinado, así como en el cementerio de la localidad, donde están sus restos.
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