Por Nelton Rivera
“Si los países se apresuran a levantar las restricciones rápido, el coronavirus puede resurgir y el impacto económico sería más grave y prolongado”
(Tedros Adhanom Ghebreyesus).
Catorce días han pasado desde el anuncio de la flexibilización de las medidas para combatir la COVID-19 en el país. Los casos diarios de contagio aumentaron considerablemente y se duplicaron a nivel departamental.
Ante el aumento de personas que dieron positivo a la prueba, un segundo cordón sanitario tuvo que ser instalado el 20 de abril en uno de los municipios del oriente del país, en la aldea Ixcanal, en El Progreso. Sumado a los casos por importación y los primeros contagios de tipo local, se suman los guatemaltecos deportados de los Estados Unidos que dieron positivo a las pruebas de COVID-19, En un solo día, el 13 de abril dieron 76 positivos.
Fue el Ministro de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), Hugo Monroy, quien confirmó los casos en personas deportadas, a pesar de la resistencia del presidente Alejandro Giammattei de confirmar que muchos de los guatemaltecos llegaron al país procedentes de las cárceles del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE) con el virus activo.
Fue hasta el 14 de abril cuando Giamamttei aceptó la existencia de estos contagios presentando solamente 12 de estos, luego de que un equipo de médicos norteamericanos realizara 12 pruebas de COVID-19 al azar, dando todas las pruebas positivas.
El domingo 19 de abril, el presidente abrió la cadena nacional anunciando 32 nuevos casos positivos, para un total de 289 casos en el país. Esta fue la segunda vez que los casos se disparan el doble de los registrados desde el 13 de marzo, la primera vez que ocurrió fue el 9 de abril, cuando se conocieron los 39 casos.
Ese mismo domingo, anunció la continuidad de las disposiciones presidenciales durante el estado de calamidad y el toque de queda, pero extendiendo los horarios y levantando la restricción de circular a nivel interdepartamental, medida que seguirá hasta mayo. El presidente realizó estas disposiciones en el momento en que las cifras de contagio van en aumento y los posibles casos de contagio vía local comenzaron a parecer en los departamentos de Patzún, San Agustín Acasguastlán y Totonicapán.
Cinco días después del 19 de abril, Giammattei anunció 46 nuevos casos. Reconoció que es el pico más alto desde el inicio de la pandemia, contabilizando 431 casos de la enfermedad, además, anunció que dotará de 10 mil galones de gel con alcohol a las escuelas para la posible vuelta de los niños a las escuelas. Incluso, volvió a colocar el tema de los seguros de salud para los niños escolares a nivel nacional. Según el presidente si un niño se contagia de COVID-19 el seguro cubriría el tratamiento.
Tomando en cuenta los datos oficiales, con la distribución de los casos registrados hasta el 2 de mayo, fue visible el crecimiento de la pandemia en el país. Prácticamente en todas las regiones se duplicaron los casos, son 689 casos positivos de COVID-19 y 19 personas fallecidas. Sí tomamos en cuenta la distribución poco usual del gobierno en la forma de regionalizar los contagios, los datos se disparan departamentalmente.
De mantener la flexibilización de las medidas el riesgo de contagio de la población será mayor, para el matemático y científico Enrique Pazos con la tendencia de estos registros, Guatemala podría alcanzar a las 600 personas contagiadas por COVID-19 para finales de abril. Esta cifra fue superada con 44 casos el sábado 2 de mayo y 45 casos el viernes 1 de mayo.
Si la tendencia sigue la curva celeste, a fin de mes podríamos llegar a 600 casos activos. pic.twitter.com/YUhE2efIbJ
— Enrique Pazos (@enriquepazos) April 24, 2020
¿Qué podemos esperar de la flexibilización de las medidas?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó el 3 de abril, sobre lo peligroso y contraproducente de flexibilizar las medidas para combatir la pandemia, el anuncio lo hizo el director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Si los países se apresuran a levantar las restricciones rápido, el coronavirus puede resurgir y el impacto económico sería más grave y prolongado”, expresó.
Además Adhanom Ghebreyesus subrayó que “la mejor manera de que los países puedan abandonar las restricciones y facilitar el crecimiento económico es atacar al coronavirus” con “medidas agresivas” como “encontrar a los infectados, hacer test, aislar los contagios y tratarlos”.
Para la analista Karin Slowing Umaña, la flexibilización de las medidas que hizo el gobierno a inicio de esta semana son preocupantes primero, “porque el toque de queda amplía en los espacios urbanos, la movilidad de la gente en la calle y la posibilidad de estar en el espacio laboral, sin poder garantizar las apropiadas condiciones de distanciamiento social, de higiene”; y dos, “por el lado de los territorios, el relajamiento en la apertura de movilidad interdepartamental, significa una nueva oportunidad para la expansión y diseminación de la epidemia, que en los últimos días su rasgo más notable es justamente su presentación o su florecimiento en las comunidades”.
Un gobierno que va en contra del interés común
El Gobierno de Guatemala actúa en un sentido inverso a las directrices de la OMS, desde el aparecimiento del primer caso el 13 de marzo Giammattei ha insistido en no aplicar de forma masiva las pruebas, solamente en aquellas personas que tengan la sintomatología.
“Muchos guatemaltecos piensan erróneamente que se le deben de hacer pruebas a todos y no es así, es por eso que se han cometido errores en otros países”, afirmó Juan Carlos Sandoval, Secretario de Comunicación Social de la Presidencia, una entrevista de Prensa Libre del 2 de abril.
“Aún nos encontramos en la fase dos, que es la de contención. Cuando sea la fase 3, de mitigación, es cuando nosotros debemos hacer las pruebas masivas”, expresó el ministro de salud, Hugo Monroy ministro, el 5 de abril en una conferencia de prensa desde el Palacio Nacional de la Cultura.
Ahora Guatemala permanece bajo toque de queda, desde las 18:00 a las 04:00 horas, pero se mantiene el horario laboral activo durante el día. Desde el 19 de abril en las calles de la ciudad capital, por ejemplo es notable el aumento de circulación de más vehículos, más personas, comercios que inicialmente tuvieron restricciones en las disposiciones presidenciales abrieron de nuevo, los bancos ampliaron los horarios y las agencias de atención. Siguen operando las maquilas que reúnen a gran cantidad de personas trabajadoras que se movilizan grandes distancias para asistir a las fábricas, lo mismo ocurre con los centros de atención al cliente de las empresas.
Por otro lado, han sido los alcaldes municipales quienes están presentando información sobre los casos que el Ministerio de Salud les confirma como positivos, con suficiente tiempo antes de que el canal oficial del gobierno haga pública la información. Otra fuente de información es el canal oficial de información del Gobierno y el Ministerio de Salud que se estableció para consultar de la prensa, es a través de un chat de WhatsApp, pero la información no fluye a tiempo y en otros casos no se confirma la información que la prensa solicita.
Del 19 de abril al 3 de mayo se construyó un listado de municipios y departamentos con casos de COVID-19, elaborado desde el equipo de Prensa Comunitaria levantando la información por localidad, incluso en la cadena nacional del 28 de abril por la noche, el Gobierno no dio información de los casos departamentales recientes, como en Totonicapán que incluyó el fallecimiento de una mujer el 25 de abril. El caso 33 de COVID-19 positivo falleció el 22 de abril, se trataba de una mujer, el Gobierno registró el fallecimiento pero no lo ha querido incluir en la información oficial que da.
Las deportaciones siguieron sin mayores medidas sanitarias
La flexibilización de la circulación interdepartamental contradice las medidas implementadas localmente por las autoridades comunitarias y municipales, especialmente en aquellos lugares en donde tuvieron que tomar medidas mucho más drásticas para controlar la asistencia a los mercados municipales, la circulación de personas entre aldeas, cantones y comunidades, como una manera de contener la enfermedad.
Las deportaciones masivas de migrantes desde los centros de detención del ICE a Guatemala, se convirtieron en un foco de infección de COVID-19 en los departamentos. Previo a confirmar los 76 casos positivos que dieron los migrantes deportados el lunes 13 de abril, solamente tres casos fueron reconocidos por las autoridades de salud, mientras que el presidente insistía en negar que algunas de las personas deportadas estaban siendo enviadas contagiadas con el virus.
Desde marzo aumentaron las deportaciones en viajes aéreos desde los Estados Unidos, especialmente desde el estado de Texas y por tierra a través del a frontera con México, las medidas implementadas para ambos casos fueron deficientes. El 17 de abril Giammattei confirmó que “la mayoría de nuevos casos positivos son migrantes que fueron deportados de Estados Unidos en un vuelo el pasado lunes”, sin confirmar la cantidad total de los casos registrados. El 20 de abril, la agencia internacional noticias Associated Press (AP) confirmó 44 casos positivos de COVID-19 de uno de los dos vuelos que hizo mención Giammattei tres días antes, finalmente fueron 76 deportados del mismo vuelo quienes dieron positivo con COVID-19. Giammattei pide a EEUU suspender deportaciones indefinidamente luego de contagio masivo de un vuelo
Según el registro del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), de enero a marzo de este año fueron deportadas 21 mil guatemaltecos vía área y vía terrestre, solamente en el mes de marzo se contabilizaron 5,549 personas deportadas. Las autoridades migratorias de los Estados Unidos cambiaron la dinámica de las deportaciones, enviaron un vuelo más con niños deportados que ingresó por la tarde del viernes 24 de abril.
¿Con los casos positivos en deportaciones a que nos enfrentamos?
En este momento de la pandemia, las deportaciones son un foco de contagio que podría acelerar la expansión del virus nivel nacional así lo expreso Karin Slowing.
“En este caso son ciudadanos guatemaltecos que están siendo retornados al país, sea por las deportaciones impulsadas por los Estados Unidos o México, o que están ingresando por cuenta propia por los puntos ciegos de las fronteras. Los mecanismos de prevención y contención no fueron puestos para esa población en las fronteras terrestres. El problema no son estas personas, el problema es que ese mecanismo de vigilancia epidemiológica no se hizo, y de identificación de sospechosos portadores y la puesta en cuarentena en lugares adecuados no se hizo en las fronteras terrestres, durante tres semanas hasta la semana el flujo de personas se dio y lo que vemos ahora es, que estamos empezando a ver los efectos de esas tres semanas de ingresos sin tomar las medidas.
La ruta más probable del acceso del virus a la comunidades rurales, serian esas personas que retornaran a las comunidades rurales, se abre una fuente importante de riesgo. Sabemos que los brotes van a seguir saliendo en las comunidades, dependerá mucho del primer nivel de atención de los puestos, centros de convergencia, centros de salud y de la red departamental de los servicios de salud que deben de trabajar de la mano con las autoridades municipales.”
En el tema económico la pandemia en los Estados Unidos afectó de forma directa a las y los trabajadores migrantes, eso se refleja en la caída en un 20% del envío de las remesas al país, según el Banco de Guatemala de continuar con la recesión en ese país la económica guatemalteca tendrá un decrecimiento preocupante, pues depende de las remesas para detener el decrecimiento del PIB, publicado en Prensa Libre el 6 de abril. A esto debemos sumar las permanentes deportaciones de guatemaltecos y guatemaltecas, según las autoridades del Instituto Guatemalteco de Migraciones IGM, hasta el inicio de la pandemia en Guatemala en el mes de marzo, fueron deportados fueron 41 mil personas de Estados Unidos y México.
Finalmente en un contexto de agravamiento de la económica familiar por la pandemia la caída de las remesas y la perdida de trabajos, el presidente no sancionó el decreto 15–2020 que buscaba proteger la económica de la mayoría de familias de este país, lo que podría provocar la salida a la calle de la población ante la falta de ingresos económicos que no se generan por el estado de calamidad, el toque de queda y la perdida de fuentes de trabajo. Todo esto ocurre en el momento en que la etapa de contagio dejó de ser por contacto con una persona portadora, el virus entonces en esta etapa de mitigación es aún más peligroso y las señales del presidente son las equivocadas, levantar las medidas e imponer la vuelta a la normalidad de las actividades podría desencadenar la multiplicación del contagio.