Por Gabriel Guzmán
Cuando el archivo de la Policía Nacional fue descubierto y se determinaron sus condiciones y la necesidad de ponerlo a disposición del pueblo de Guatemala, así como el costo de tal empresa, se nombró a Gustavo Meoño Brenes para gestionar apoyo de la comunidad internacional y diseñar un proyecto de archivo que contribuya a la memoria histórica, al esclarecimiento de la verdad y a la aplicación de la justicia.
La sociedad civil jugó un papel importante para llevar a cabo el propósito. Un grupo de países donantes dio un valioso aporte financiero, ya que la naturaleza del proyecto respondía a sus líneas de cooperación. Fueron muchos los actores que se involucraron en esta proeza, destacando cientistas reconocidos en el mundo de la academia, del arte, el derecho, historiadores y defensores de derechos humanos de distintos países y experiencias, archiveros, investigadores de prestigio, dieron su aporte ad honorem para hacer de este proyecto un referente en la materia, por su carácter único en Latinoamérica.

El intercambio de experiencias con proyectos hermanos en Argentina, Chile, Paraguay, Alemania, España, Colombia, El Salvador Estados Unidos y demás, es otra contribución que no puede invisivilizarse, así como la entrega de hombres y mujeres que a lo largo de años ha trabajado como personal en la tarea de preparar, organizar profesionalmente los 22 millones de folios rescatados y digitalizados para el acceso del público, organismos de derechos humanos, de justicia y académicos que hacen uso del acervo archivístico. Muy importante ha sido el papel de administrador y mediador del personal del Programa Naciones Unidas para el Desarrollo que ha permitido la continuidad del financiamiento del proyecto. Unos 14 millones de dólares, incluidos el casi 7% de Over Head trasladados al PNUD, ocasionados por costos administrativos y que ha garantizado la ejemplar transparencia financiera frente a los donantes. Así recuerdo un poco de la historia de este esfuerzo irrepetible, en un país donde todo avance en materia social camina cuesta arriba.