Por: Patricia Cortez BendFeldt
Se trata de resolver algo
Los que me han leído saben que estoy a favor de la despenalización del aborto, de las mismas personas que me dijeron que como médica “no podía aprobar dicha práctica” ahora recibo memes donde glorifican la pena de muerte.
Veamos las inconsistencias
Yo abogo por la despenalización del aborto y cuando ustedes leen las veces que he hablado del tema insisto en dos cosas: si a usted no le gustan los abortos tiene que insistir en 3 cosas: autonomía del cuerpo femenino (que incluye como, donde, cuando y con quien tener relaciones sexuales), educación sexual que incluya ventajas y desventajas de los anticonceptivos y acceso permanente a bajo o ningún costo a los métodos más comunes.
No ando por allí con una legra intentando metérsela en el útero a ninguna mujer, solamente intento comprender las razones (miles, en realidad) que llevan a una mujer a procurarse un aborto y tratar de que, si al final no hay otra alternativa, este sea en un entorno saludable y sin riesgos mayores.
Sin embargo, en los últimos 10 años (tiempo que tengo convencida de la necesidad de la despenalización e incluso aceptación del aborto por 3 causales) he dado cursos, talleres, seminarios y consejería privada a mujeres, hombres, jóvenes y parejas sobre métodos anticonceptivos y respeto a su propio cuerpo y en realidad, no he realizado ningún legrado ni aborto con medicamentos.
Estoy convencida de que el aborto es como la fiebre, un signo que evidencia algo más, y he visto que atrás hay historias terribles, duras y muchas veces violentas.
¿Cuál es la diferencia con los apologistas de la pena de muerte?
Hasta donde yo veo su análisis es simple, del tipo “muerto el perro se acabó la rabia” sin entender que, por ejemplo, para ejecutar la acción que permitió liberar a un reo, se necesitó planificación, logística, dinero, contactos, un entramado de corrupción y falta de conciencia de mucha más gente que los 3 pistoleros atrapados. ¿Vamos a matar también al juez que ordenó el traslado? ¿A la persona responsable de las cámaras de seguridad? ¿Al que modificó las armas y a los que vendieron las balas?
Aquí ya llevamos ÚNICAMENTE con un caso fatal una suma de unas 20 a 50 personas que pudieron estar implicadas en el hecho. ¿Podemos como sociedad aplicarle la pena de muerte a todos? al final todos son asesinos.
Ninguno de los que gritan “quítenle los derechos humanos” piensa en el pobre hombre que acompañaba a su esposa y a quien el vestido y peinado lo colocó como “sospechoso” ¿se animarían a matarlo a mansalva y después “preguntar” si en serio era el asesino?
Un arma en este país es para un jovencito más fácil de conseguir que una vasectomía. Y aunque el obispo comparó balas con anticonceptivas, es más fácil conseguir un paquete de balas que un condón a media noche en algunas localidades.
De la misma manera en la que evaden hablar de las causas del embarazo temprano y sugieren la abstinencia y la oración, claman por la muerte de los asesinos (eso sí, que no maten a los de cuello blanco porque pobrecitos, esos si tienen “derechos”) ¿cuáles son las causas de la violencia? ¿Que lleva a un niño de 16 años a aceptar 200 quetzales por matar a alguien y poner en riesgo su vida? ¿Será que le asusta la muerte a alguien que gana tan poco por quitar una vida? ¿Será que matando a uno terminamos con la red? seguramente por cada niño que cae preso hay 10 esperando a ser reclutados igual o más hambrientos.
Yo pienso seguir el año entrante hablando con los jóvenes y sus familias y tratando de reducir la mortalidad materna a través de la educación sexual, pero no voy a culpar a ninguna mujer que opta por el aborto.
De la misma manera, lamento no tener herramientas para prevenir el delito, algo que es sumamente necesario en este momento.
Creo tener la solvencia para decir que ni el aborto ni la pena de muerte solucionan el problema. Sin embargo, si no analizamos las causas nos quedamos en la censura y la afrenta.
¿Podemos pensar por favor?