Raíces, tradición y sustento: el pan artesanal de Casillas, Santa Rosa

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Créditos: Glenda Álvarez
Tiempo de lectura: 2 minutos

 

Las familias de Casillas, Santa Rosa continúan con la tradición de elaborar pan horneado artesanal. Con la llegada de la Semana Santa cobra mayor importancia esta tradición que se hereda de generación a generación.

 Por Glenda Álvarez

Mientras el fervor de la Semana Santa envuelve a Guatemala, en el municipio de Casillas, Santa Rosa, varias familias, incluida la familia Salazar, mantienen viva una tradición que ha perdurado por generaciones: el arte de hornear pan en hornos artesanales.

En Casillas, Santa Rosa a 56 kilómetros de la ciudad de Guatemala, la llegada de la Semana Santa trae consigo el delicioso aroma del pan recién horneado, una tradición que va más allá de simplemente cocinar.

Detrás de cada horneada hay una historia de arraigada tradición familiar y una fuente de ingresos para muchas familias locales.

Para los habitantes de Casillas, la Semana Santa es un momento sagrado desde el catolicismo, momento en que las tradiciones ancestrales cobran vida. La elaboración de pan en hornos artesanales es una de estas costumbres arraigadas que han sido transmitidas de generación en generación.

Desde la selección meticulosa de ingredientes hasta el amasado cuidadoso y el horneado en hornos ancestrales de barro, cada paso en el proceso de hacer pan es un homenaje a las raíces y valores de la comunidad.

Pan horneado de Casillas, Santa Rosa. Foto de Glenda Álvarez

La familia Salazar continuadora de la tradición

La familia Salazar comparte que esta tradición la realizan de antaño, desde hace más de cinco generaciones. Cada año, preparan tres tipos de panes especiales: pan de 3 harinas (salpor, arroz y harina de pan), pan de leche y pan de yemas.

El proceso comienza un día antes, con la compra de ingredientes en el mercado, y continúa al día siguiente, cuando se levantan a las 5:00 de la mañana, para preparar las mezclas y encender el horno artesanal, que ha sido parte de su hogar durante más de 20 años.

“Es un momento especial para nosotros”, dice Hortencia Salazar, matriarca de la familia Salazar. “Es una oportunidad para recordar de dónde venimos y compartir nuestra cultura con las nuevas generaciones”, indicó.

Sin embargo, la familia Salazar no está sola en esta tradición. Muchas otras familias del municipio también participan, algunas con el fin de generar ingresos adicionales.

Vendiendo el pan a aproximadamente Q25 la cazueleja, estas familias encuentran en esta tradición una forma de unir a la comunidad y asegurar un sustento durante la temporada.

Con cada pan que hornean, las familias de Casillas dejan su huella en la historia de la comunidad, asegurando que esta tradición perdure por muchas generaciones más y manteniendo viva la esencia de la Semana Santa en Santa Rosa.

Además, la elaboración de pan artesanal no solo preserva el patrimonio cultural de Casillas, sino que también demuestra la importancia de adaptarse y aprovechar las tradiciones para generar ingresos.

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